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El turismo es una de las industrias más poderosas y de mayor crecimiento a escala global, pero su futuro depende de algo más que cifras de visitantes o ingresos: requiere sostenibilidad real. Así lo advierte ONU Turismo, que plantea que el desarrollo turístico debe garantizar un equilibrio entre el cuidado ambiental, el bienestar económico y el respeto sociocultural.
Bajo esta premisa, el turismo sostenible no solo busca minimizar impactos negativos, sino también maximizar los beneficios para las comunidades anfitrionas y preservar los recursos naturales y culturales de los destinos.
¿Qué implica el turismo sostenible?
De acuerdo con las directrices de ONU Turismo, un modelo de turismo verdaderamente sostenible debe:
- Usar de forma responsable los recursos medioambientales, protegiendo la biodiversidad.
- Respetar la autenticidad sociocultural de las comunidades receptoras.
- Asegurar la viabilidad económica a largo plazo, con beneficios justos para la población local.
No obstante, llevar estas ideas a la práctica implica superar un obstáculo importante: la distancia entre lo que los viajeros dicen querer y lo que realmente eligen al planificar sus viajes.
El costo sigue mandando
Un informe reciente del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC), titulado Bridging the Say-Do Gap, alerta sobre esta brecha entre intención y acción. A partir de encuestas a más de 10.000 personas, el estudio revela que, si bien muchos turistas aseguran valorar la sostenibilidad, más del 50 % termina tomando decisiones basadas principalmente en el precio.
El informe identifica seis perfiles de viajeros con distintos grados de conciencia ambiental. Algunos están dispuestos a pagar más por opciones responsables, pero la mayoría aún prioriza la conveniencia y el costo sobre el impacto ambiental o social.
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¿Cómo cerrar la brecha?
Frente a esta realidad, el WTTC propone una hoja de ruta para que los actores del sector —desde agencias hasta alojamientos— integren la sostenibilidad sin alejarse del consumidor promedio:
- Hacer visibles los beneficios personales del turismo sostenible, más allá del impacto ambiental.
- Ofrecer opciones responsables accesibles y claras, sin complicaciones ni costos excesivos.
- Recompensar a los viajeros responsables mediante beneficios o reconocimientos.
- Segmentar la comunicación, adaptándola a los distintos perfiles de turista.
- Convertir la sostenibilidad en la norma, no en la excepción.
La clave está en facilitar la decisión sostenible, no en imponerla.
Hacia un turismo más consciente
Para Julia Simpson, presidenta y CEO del WTTC, la sostenibilidad no solo es un imperativo ético, sino una ventaja competitiva.
“Cerrar la brecha entre lo que se dice y lo que se hace no solo protege el planeta, sino que también garantiza experiencias más gratificantes para los viajeros y un futuro más resiliente para la industria turística”, afirma y añade que muchas empresas ya están marcando el camino con iniciativas innovadoras que demuestran que el turismo sostenible es posible y rentable.
A medida que el cambio climático y las exigencias sociales imponen nuevos retos, avanzar hacia un turismo más responsable no es una opción, sino una necesidad urgente para asegurar la continuidad, la calidad y el valor de los destinos turísticos en el mundo.
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