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La apuesta de Parques Nacionales por el turismo sostenible y la conservación

Parques Nacionales de Colombia impulsa el ecoturismo como herramienta de conservación y desarrollo sostenible, integrando comunidades y mejorando la gestión de áreas protegidas.

Leidy Barbosa
26 de febrero de 2025 - 01:00 a. m.
El apoyo de la cooperación alemana incluyó un sistema de señalética de orientación y de mitigación de impactos asociados al riesgo de la actividad de senderismo.
El apoyo de la cooperación alemana incluyó un sistema de señalética de orientación y de mitigación de impactos asociados al riesgo de la actividad de senderismo.
Foto: PNN Macuira
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Colombia, un país de contrastes geográficos y ecosistemas únicos, alberga una riqueza natural que lo convierte en un destino privilegiado para el turismo sostenible. Desde selvas impenetrables hasta páramos majestuosos, sus paisajes ofrecen experiencias únicas para quienes buscan conexión con la naturaleza.

Dentro de este escenario, los Parques Nacionales Naturales (PNNC) desempeñan un papel fundamental en la conservación del patrimonio ambiental del país y en el desarrollo de esta actividad. Como entidad encargada de la istración de 65 áreas protegidas dentro del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP), su labor no solo garantiza la protección de estos ecosistemas, sino que también permite que visitantes nacionales y extranjeros descubran la biodiversidad colombiana de manera responsable.

El Espectador conversó con Luisz Olmedo Martínez Zamora, director general de Parques Nacionales Naturales de Colombia, sobre el papel del turismo como herramienta para la protección de la naturaleza y los planes que la entidad desarrolla en este ámbito.

¿Cómo están integrando las áreas protegidas con su entorno para fortalecer la conservación y el desarrollo sostenible a través del turismo de naturaleza?

Estamos implementando una estrategia multiescalar que concibe las áreas protegidas como nodos de biodiversidad, integrados de manera activa con su entorno. Más allá de restringir impactos negativos, buscamos generar procesos expansivos que amplíen el alcance de la conservación y promuevan un desarrollo sostenible en las comunidades aledañas.

El turismo de naturaleza es un eje clave en esta dinámica. Si se gestiona de manera inadecuada, puede representar una amenaza para los ecosistemas; sin embargo, cuando se desarrolla con criterios de sostenibilidad, se convierte en una poderosa herramienta de conservación y fortalecimiento comunitario. Por ello, trabajamos para consolidar modelos turísticos que generen beneficios tanto para la biodiversidad como para las economías locales.

Además, en alianza con la Unión Europea, estamos impulsando un proyecto en la Amazonía y Nariño para generar oportunidades productivas en zonas afectadas por el conflicto, fortaleciendo la frontera agrícola con alternativas sostenibles, entre ellas el turismo de naturaleza. Paralelamente, colaboramos con el Ministerio de Comercio para estructurar estrategias que potencien las cadenas productivas vinculadas al turismo, conectando las áreas protegidas no solo con sus inmediaciones, sino también con centros urbanos, ampliando así su impacto económico y social.

¿Cómo están fortaleciendo el ecoturismo en las áreas protegidas de Colombia y qué estrategias han implementado para mejorar su y gestión?

Nuestra visión del ecoturismo lo posiciona como un pilar fundamental dentro de nuestra estrategia de conservación. Bien gestionado, el ecoturismo no solo reduce presiones indebidas sobre los ecosistemas, sino que también impulsa la inclusión económica y social de las comunidades locales, extendiendo los procesos de conservación más allá de los límites de las áreas protegidas.

Para fortalecer esta visión, hemos avanzado significativamente en la capacidad de nuestras áreas protegidas para recibir visitantes. Se han desarrollado infraestructuras innovadoras que incluyen zonas para pescadores, auditorios, áreas de investigación e instalaciones de camping. Actualmente, trabajamos en 144 frentes de obra distribuidos en diferentes parques nacionales, mejorando su accesibilidad y condiciones para una experiencia segura y sostenible.

Uno de los elementos clave de nuestra gestión son los Planes de Ordenamiento Ecoturístico (POE). Estos planes establecen dónde y cómo se puede desarrollar el ecoturismo en cada área protegida, garantizando que las actividades se realicen de manera adecuada y en los espacios más idóneos. Funcionan como una carta de navegación que define las zonas habilitadas para senderismo, camping y otras experiencias de o con la naturaleza, además de determinar las rutas de recomendadas.

Actualmente, Colombia cuenta con 37 parques nacionales con vocación ecoturística, de los cuales 25 están abiertos al público. Entre ellos, 18 ya tienen POE vigentes, mientras que los 7 restantes, como Gorgona, Yariguíes y Guácharos, están en proceso de actualización. Nuestra meta es completar los planes para todos los parques con potencial ecoturístico este año, lo que marcaría un hito en la planificación y gestión del turismo de naturaleza en el país.

Además, estamos preparando la apertura de nuevas áreas protegidas al ecoturismo. Un ejemplo destacado es el Parque Nacional Natural Manacacías, declarado hace aproximadamente un año. Este parque se distingue por sus serranías suaves que emergen en la planicie de la Orinoquía, dando origen al imponente río Manacacías. Actualmente, trabajamos en la formulación de su plan de manejo y la zonificación del área, con el objetivo de abrirlo al público a finales de este año, en el segundo aniversario de su declaratoria.

¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta el turismo de naturaleza en los parques nacionales de Colombia y como planean superarlos?

A pesar de la riqueza natural del país, muchas áreas protegidas presentan dificultades de , lo que limita las oportunidades para el ecoturismo. Una estrategia viable sería la implementación de rutas de transporte circulares y la programación de servicios específicos en fechas determinadas en parques como Manacacías o Chingaza. Estas iniciativas facilitarían el ingreso de visitantes y optimizarían la movilidad dentro de los parques, promoviendo un turismo más organizado y sostenible.

Por ejemplo, nosotros estamos introduciendo mejoras significativas en la gestión de los parques nacionales abiertos al público. Un ejemplo destacado es el Parque Nacional Natural Tayrona, donde se ha habilitado un nuevo punto de ingreso en Bahía Concha. Este cuenta con infraestructura adecuada, incluyendo baños, guías especializados, zonas de acogida y servicios de alimentación, optimizando la experiencia de los visitantes y distribuyendo mejor los flujos turísticos dentro del parque.

La formalización de s es clave para la seguridad y sostenibilidad del turismo en áreas protegidas. Aunque los parques nacionales no tienen límites físicos estrictos, los ingresos oficiales garantizan un recorrido planificado, con senderos demarcados y servicios esenciales. Esto no solo mejora la experiencia del visitante, sino que también contribuye a la conservación de los ecosistemas.

El manejo de riesgos en entornos naturales representa un desafío clave para el ecoturismo. A diferencia de espacios controlados como los jardines botánicos, los parques nacionales son ecosistemas dinámicos donde la naturaleza sigue su curso. El ingreso a zonas no autorizadas puede exponer a los visitantes a riesgos innecesarios, como ocurrió en el Parque Tayrona, cuando un turista reportó la presencia de caimanes sin considerar que se encontraba en un área fuera de los senderos permitidos.

Si bien el riesgo no puede eliminarse por completo, sí puede gestionarse de manera efectiva mediante la delimitación de rutas seguras, señalización clara y educación ambiental para los visitantes. Además, es fundamental que los turistas asuman un rol responsable al seguir las indicaciones, mantenerse dentro de las áreas permitidas y optar por guías autorizados. Una actitud respetuosa y consciente frente a la naturaleza no solo garantiza la seguridad de los visitantes, sino que también contribuye a la conservación de estos ecosistemas únicos.

Asimismo, la formalización y fortalecimiento de los prestadores de servicios turísticos es una prioridad. Es esencial mejorar la calidad de sus servicios y su capacitación en temas ambientales para garantizar un ecoturismo responsable.

¿Qué avances y desafíos enfrenta la financiación y gestión del ecoturismo en los Parques Nacionales de Colombia?

Los recursos económicos son limitados, pero las oportunidades para fortalecer la conservación y el ecoturismo en Colombia son inmensas. Es fundamental que los medios de comunicación contribuyan a visibilizar tanto los avances como las grandes necesidades del sector ambiental. Por ejemplo, resulta preocupante que un país con la mayor biodiversidad del planeta aún no cuente con una sede propia para su sistema de Parques Nacionales. Esta situación refleja la urgencia de mayores inversiones y un compromiso sostenido para garantizar la protección efectiva de estas áreas estratégicas para el país y el mundo.

Pero el gobierno actual ha intentado fortalecer el sector ambiental, un ejemplo es que, por primera vez, el sistema de Parques Nacionales está recibiendo financiación a través del Fondo para la Vida, lo que representa un avance importante, aunque aún insuficiente frente a las necesidades del país.

En este contexto, se están destinando los recursos disponibles para generar condiciones favorables para la protección del medio ambiente, donde el ecoturismo juega un papel clave. Más que una actividad recreativa, se consolida como una estrategia que contribuye a la conservación, el desarrollo sostenible y la generación de oportunidades para las comunidades locales.

Un aspecto que quizás pasa desapercibido es la labor de los guardaparques. En cada proyecto de infraestructura que observamos, convergen múltiples fuentes de financiamiento: Fondos de Parques Nacionales, fondos de compensación ambiental, recursos del programa Colombia en Paz, asignaciones del Ministerio de Ambiente y cooperación internacional.

¿De qué manera la suspensión de financiamiento de USAID ha impactado el desarrollo de algunos proyectos en los Parques Nacionales?

La suspensión de operaciones de USAID tiene un impacto significativo en nuestros proyectos, aunque de manera indirecta. El efecto principal no radica en la falta de inversión directa hacia nuestra organización, sino en el trabajo que USAID realizaba con las comunidades circundantes a las áreas protegidas. Durante años, han implementado proyectos fuera de las zonas de protección ambiental.

Recientemente habíamos logrado establecer un acuerdo estratégico con USAID para desarrollar conjuntamente el concepto de turismo de naturaleza, además de mejorar la planificación e innovación en el ecoturismo. Comenzamos con un proyecto piloto en la zona de Corales, específicamente en el Parque San Bernardo e Islas del Rosario. Los resultados iniciales fueron tan prometedores que los representantes de USAID quedaron impresionados por las oportunidades identificadas, hasta el punto de proponer expandir el proyecto.

Aunque este desarrollo creó expectativas importantes, cabe señalar que aún no habían realizado inversiones concretas, estábamos en una fase preliminar. Por tanto, si bien lamentamos esta interrupción, es importante aclarar que USAID no constituía nuestra principal fuente de financiamiento.

Nuestra financiación principal proviene del presupuesto nacional. Además, debemos reconocer especialmente a KFW como nuestro cooperante internacional más importante en la actualidad. El Programa “Áreas Protegidas y Diversidad Biológica”, cofinanciado por el Gobierno Alemán a través del Kreditanstalt für Wiederaufbau (KFW), opera actualmente en 37 áreas del Sistema de Parques Nacionales Naturales de Colombia. Este programa abarca diversas inversiones y medidas institucionales orientadas al fortalecimiento de las estructuras de gestión, así como al desarrollo de esquemas de conservación y uso sostenible por parte de las poblaciones locales, tanto en las áreas protegidas priorizadas como en sus zonas de amortiguamiento.

¿Qué papel juegan las comunidades locales en los proyectos de turismo ecológico?

Las comunidades representan un elemento fundamental en nuestro trabajo de conservación. Parques Nacionales no solo protege la vida en todas sus formas, sino que reconoce una verdad esencial: la conservación efectiva solo es posible cuando todos participan activamente en este esfuerzo.

Debemos entender que las comunidades vecinas a las áreas protegidas son actores de la conservación. Con ellas establecemos acuerdos específicos que buscan extender las prácticas de protección ambiental más allá de los límites oficiales del parque. Dentro de los límites del parque, las actividades dañinas constituyen un delito penalizado por la ley. Sin embargo, el desafío más significativo radica en cómo promover prácticas sostenibles en las zonas adyacentes, motivando a estas comunidades a continuar con su labor de cuidado del entorno natural.

Este compromiso con las comunidades reconoce sus necesidades socioeconómicas. Por ello, las integramos activamente en los diversos procesos que desarrolla el parque. Entre estos, los procesos económicos son particularmente importantes, y el ecoturismo es una alternativa efectiva. La razón es simple: ofrece un ciclo económico corto. Mientras que actividades como la agricultura tradicional (por ejemplo, el cultivo de maíz) requieren largos periodos de espera —aproximadamente cinco meses— con resultados inciertos en términos de rentabilidad, el ecoturismo genera ingresos inmediatos cuando los visitantes llegan.

Además, es fundamental que todos los colombianos se involucren activamente en la protección de los Parques Nacionales. Necesitamos, en sentido figurado, 51 millones de guardaparques, es decir, ciudadanos comprometidos con el cuidado y la conservación del país y su riqueza natural.

Este programa de voluntarios canaliza la voluntad de servicio de quienes desean aportar sus conocimientos y habilidades a la conservación. A través de la educación, la apropiación y el intercambio de saberes, buscamos que esos colombianos se sensibilicen sobre la importancia de proteger los ecosistemas representativos de la nación.

Queremos invitar a todos los colombianos a obtener su “cédula de ciudadanía ambiental”, un reconocimiento simbólico de que han alcanzado una “mayoría de edad ambiental” al comprender el valor de nuestros ecosistemas y su importancia para la sostenibilidad del país. Al reclamar esta cédula, evocamos el concepto socrático de la mayoría de edad, entendido como el momento en que el individuo asume plena responsabilidad por sus actos. Nuestro llamado es claro: vengan a conocer, valorar y proteger estos espacios naturales. Al hacerlo, no solo resguardan el patrimonio ambiental del país, sino que también se protegen a si mismos y a las futuras generaciones.

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Leidy Barbosa

Por Leidy Barbosa

Periodista de la Universidad Externado de Colombia, con énfasis en la producción audiovisual y en animación digital. Apasionada por temas medioambientales y sociales.@leidyramirezb[email protected]

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