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El proyecto de turismo regenerativo que lo lleva a conocer Isla Fuerte, Bolívar

Isla Fuerte, en Bolívar, es un paraíso poco explorado del Caribe colombiano donde La Playita ofrece una experiencia de turismo regenerativo, comunitario y lleno de actividades de naturaleza.

Leidy Barbosa
07 de abril de 2025 - 10:41 p. m.
Ubicada en el mar Caribe, frente a las costas del departamento de Córdoba pero perteneciente istrativamente a Bolívar, Isla Fuerte es un destino aún poco explorado que sorprende por su riqueza natural, su ambiente tranquilo y su fuerte sentido de comunidad.
Ubicada en el mar Caribe, frente a las costas del departamento de Córdoba pero perteneciente istrativamente a Bolívar, Isla Fuerte es un destino aún poco explorado que sorprende por su riqueza natural, su ambiente tranquilo y su fuerte sentido de comunidad.
Foto: La playita
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Ubicada en el mar Caribe, frente a las costas del departamento de Córdoba pero perteneciente istrativamente a Bolívar, Isla Fuerte es un destino aún poco explorado que sorprende por su riqueza natural, su ambiente tranquilo y su fuerte sentido de comunidad. Rodeada por aguas cristalinas, manglares y formaciones coralinas, esta pequeña isla colombiana es ideal para quienes buscan desconexión, o con la naturaleza y experiencias auténticas lejos del turismo masivo. Allí se encuentra La Playita, un espacio que ha evolucionado de ser un hostal tradicional a convertirse en un modelo de turismo regenerativo, comprometido con el bienestar de sus visitantes y con el desarrollo sostenible de la isla.

Detrás de esta iniciativa hay tres socios: un australiano, un alemán y el colombiano Hans Heins Contreras. Este último se incorporó al proyecto en 2020, cuando la empresa —anteriormente conocida como “La Playita Hostel”— había entrado en quiebra debido a la pandemia y al cierre de fronteras, ya que su público objetivo eran principalmente viajeros extranjeros. A partir de su llegada, comenzaron a reformular el modelo de negocio y la propuesta de valor.

“Tras nuestra llegada, comenzamos a reformular el modelo de negocio y nuestra propuesta de valor. Identificamos una necesidad específica del público colombiano, que no estaba familiarizado con el concepto de hostal y que, en ese momento, constituía la totalidad de nuestros visitantes debido al cierre continuo de fronteras. Esta situación nos llevó a reinventarnos e innovar, buscando mantener el espíritu de comunidad característico de un hostal mientras elevábamos la calidad de nuestros servicios”, contó Heins.

Durante los últimos cuatro años, el equipo ha trabajado con dedicación para que cada visitante descubra algo nuevo y especial en cada estadía. Y es que para ellos, lo esencial en el turismo es entender que los viajeros destinan su tiempo y su dinero para descansar, divertirse y romper con la rutina. Muchos ahorran durante meses con la ilusión de vivir una experiencia única. Por eso, su mayor motivación es demostrar que un turismo responsable y sostenible puede dejar una huella positiva en cada visitante. Su anhelo es que, al regresar a casa, cada turista sienta que su paso por La Playita fue una inversión que valió totalmente la pena.

“La evolución ha sido extraordinaria. Al principio conformábamos un equipo muy reducido; yo mismo desempeñaba múltiples funciones como recepcionista, mesero, y varios roles más simultáneamente. Ha sido gratificante observar cómo, con el tiempo, se han sumado personas al proyecto que han dejado su huella. Algunos ya no están con nosotros, mientras otros continúan aportando. Cada uno ha contribuido positivamente a esta iniciativa que hemos creado, que trasciende el concepto de hotel o hostal para convertirse en una experiencia integral”, afirmó el experto.

Para el equipo de La Playita, resulta especialmente gratificante ver el crecimiento profesional de los isleños que hoy conforman gran parte del proyecto: el 90 % de los líderes de área y el 85 % del personal son originarios de la isla. Han sido formados a través de entrenamientos, viajes y proyectos como el centro de emprendimiento escolar, donde se fomenta la innovación entre los jóvenes de grando undecimo. Paralelamente, La Playita no ha dejado de crecer en infraestructura y propuestas, lo que permite que quienes regresan siempre encuentren algo nuevo. Todo esto refleja una motivación profunda: generar un impacto positivo en la comunidad de Isla Fuerte y promover un desarrollo sostenible impulsado por sus propios habitantes.

“Uno de los principales valores agregados de La Playita es la variedad de experiencias que ofrece, permitiendo a cada huésped personalizar su estadía según sus intereses. Tenemos un calendario semanal de actividades que incluye opciones para todos los gustos: clases de champeta, sesiones de yoga, talleres de coctelería y cocina local, shows de baile, noches de karaoke, bingo social y clases de pintura, todo diseñado para brindar una experiencia auténtica y memorable en Isla Fuerte” afirmó el experto.

Más allá de sus instalaciones, La Playita ofrece experiencias únicas que permiten a los visitantes conectar con la esencia de Isla Fuerte. Actividades como el waveboard y el stand-up paddle (SUP) brindan una perspectiva distinta del mar Caribe, deslizándose sobre aguas cristalinas mientras se contempla el paisaje costero. Estas experiencias son guiadas por expertos que las adaptan al nivel de cada participante, garantizando seguridad y diversión en todo momento. Las excursiones en kayak, por su parte, permiten explorar manglares y calas escondidas, inaccesibles por otros medios, ofreciendo la oportunidad de observar aves marinas y vida costera en su entorno natural.

Entre las actividades más populares se encuentran los tours de snorkeling, en los que los huéspedes son llevados a puntos estratégicos alrededor de la isla con abundantes formaciones coralinas y una sorprendente diversidad de vida marina. Guiados por conocedores locales, los visitantes no solo disfrutan de avistamientos memorables, sino que también aprenden sobre el delicado ecosistema del arrecife, enriqueciendo su experiencia con una dimensión educativa y ambiental.

“Hemos desarrollado también una línea especial de actividades que denominamos “turismo eco-comunitario”, trabajada en colaboración directa con la comunidad local. La siembra de manglares permite a los visitantes aprender sobre estos ecosistemas cruciales mientras participan activamente en su preservación. La restauración de corales ofrece una experiencia inmersiva en conservación marina, donde los participantes contribuyen directamente a la recuperación de los arrecifes que son fundamentales para la biodiversidad local. Además, tenemos un tour de pesca artesanal que brinda la oportunidad única de acompañar a pescadores locales y aprender las técnicas tradicionales que han sustentado a las familias isleñas por generaciones”, contó Heins.

Complementando estas iniciativas, las caminatas ecológicas y las salidas en velero permiten descubrir la riqueza natural de la isla desde distintas perspectivas. En tierra, los senderos guiados por expertos locales conducen a los visitantes a través de paisajes únicos, con flora autóctona, aves y formaciones geológicas. En el mar, las travesías en velero —tanto privadas como grupales— invitan a navegar entre calas escondidas y contemplar atardeceres caribeños, con la posibilidad de avistar delfines y otras especies marinas en libertad.

Una de las experiencias más mágicas que ofrece La Playita es la observación del fitoplancton bioluminiscente y el careteo nocturno. En noches seleccionadas, cuando las condiciones naturales lo permiten, se organizan salidas en pequeños grupos hacia zonas donde este fenómeno se presenta con mayor intensidad. Buscan que los visitantes queden asombrados al ver cómo el agua se ilumina con cada movimiento, generando destellos brillantes que dan la sensación de nadar entre estrellas. Además, el careteo nocturno permite descubrir un mundo submarino distinto al del día, habitado por especies marinas que solo emergen después del anochecer.

“Con gran orgullo contamos con el primer centro de buceo PADI certificado de toda la región, operativo durante todo el día y con casi tres años de trayectoria. Este centro ofrece desde sumergidas para principiantes hasta inmersiones avanzadas para buceadores certificados, todo bajo la supervisión de instructores altamente calificados. Los puntos de buceo alrededor de la isla presentan asombrosas formaciones coralinas, cuevas submarinas y una diversidad de vida marina que incluye tortugas, rayas y peces tropicales de todos los colores imaginables”, aseguró.

Esta oferta se complementa con una propuesta de turismo de bienestar que invita al descanso y la conexión personal. El spa de La Playita brinda dos tipos de terapias: masajes de pies, ideales para recuperar energías tras un día de exploración, y masajes de cuerpo completo que integran técnicas orientales y occidentales con el objetivo de liberar tensiones y restaurar el equilibrio energético. Ambos tratamientos emplean aceites esenciales elaborados localmente, lo que aporta un toque auténtico y sensorial a la experiencia.

La gastronomía y la mixología también ocupan un lugar central en la propuesta. Los cócteles de autor, diseñados por mixólogos expertos, integran frutas tropicales e ingredientes de la región en mezclas creativas que evocan el sabor del Caribe. El restaurante, por su parte, presenta una carta que combina la tradición culinaria isleña con técnicas contemporáneas, priorizando siempre productos frescos del mar y de la agricultura sostenible local.

“Para facilitar una experiencia completa, hemos diseñado dos paquetes turísticos integrales: el “Paquete de Amigos”, una opción todo incluido con precio por persona que adapta el tipo de habitación según el grupo, y el “Paquete Romántico” para parejas, que incluye además de alojamiento y alimentación completa, servicios especiales como masajes, cena romántica privada y transporte desde y hacia el punto de llegada a la isla. Estos paquetes permiten a nuestros huéspedes disfrutar de múltiples experiencias sin preocupaciones logísticas, maximizando cada momento de su estancia en Isla Fuerte”, contó el experto.

Heins afirma que las personas deberían visitar Isla Fuerte porque allí pueden vivir una experiencia verdaderamente única. La Playita combina lo mejor de un hotel boutique y un hostal: ofrece servicios de alto nivel, atención personalizada y habitaciones confortables, pero también el lugar se distingue verdaderamente por su compromiso con un turismo sostenible y regenerativo: Entre algunos proyectos que se destacan estan:

  • “Nidos de Vida”, una iniciativa en colaboración con la Fundación Tortugas de Mar, donde incentivamos a los pescadores locales a proteger a las tortugas marinas intercambiándolas por su equivalente en pollo. Estas tortugas son posteriormente medidas y liberadas junto con nuestros huéspedes, creando una experiencia educativa y memorable.
  • “Corales sin Fronteras” se enfoca en la siembra de corales en Isla Fuerte para recuperar estas especies gravemente afectadas por el cambio climático, involucrando activamente a nuestros visitantes en el proceso.
  • “Recolectando Sonrisas” aborda la limpieza de la isla y el reciclaje de materiales como plástico y vidrio. El vidrio se pulveriza para utilizarlo en construcción, mientras que el plástico recuperado se transforma mediante impresión 3D en nuevos productos, como nuestra próxima línea de gafas de material reciclado.
  • “Strong Island”, un colectivo cultural que brinda oportunidades a los niños locales a través del baile y el canto. Estos mismos niños ofrecen clases de champeta y presentan espectáculos de baile todos los sábados para nuestros huéspedes.

¿Cómo llegar al lugar?

La forma más fácil de llegar a Isla Fuerte es la siguiente:

  • Vía aérea hasta Montería: Aterrice en el Aeropuerto Los Garzones, en Montería. Muy pronto podrá adquirir sus tiquetes aéreos directamente con la empresa La Playita, gracias a una alianza con Click.
  • Transporte terrestre hasta el puerto: Desde Montería, puede contratar con el emprendimeinto el transporte terrestre hacia Paso Nuevo, un pequeño pueblo en la costa de Córdoba, después de San Bernardo del Viento. El trayecto dura aproximadamente 2 horas.
  • Lancha a Isla Fuerte: En Paso Nuevo abordará una lancha que lo llevará hasta Isla Fuerte en un recorrido de aproximadamente 25 minutos.
  • Otras rutas por carretera: También puede llegar por vía terrestre desde Cartagena, Coveñas o desde el sur del país, por ejemplo desde Necoclí, rutas que muchos viajeros eligen.

Si el emprendimiento fuera un animal o una textura…

“Nos identificaríamos con la figura del jaguar: ágil e innovador, pero también sigiloso y consciente en cada paso que damos. Esta dualidad nos permite avanzar con rapidez sin generar impactos negativos; por el contrario, buscamos siempre dejar una huella positiva en todo lo que hacemos. El clima que mejor nos representa sería un cielo completamente despejado y soleado, símbolo de la claridad, felicidad y motivación que cultivamos en nuestro entorno. Esta atmósfera luminosa no solo inspira a nuestros huéspedes, sino que también nos impulsa a emprender nuevas iniciativas y disfrutar intensamente de cada experiencia”, cuenta Heins.

En cuanto al color que representa a La Playita, se ha adoptado una rica paleta que refleja fielmente el entorno natural de Isla Fuerte. El azul predomina como la tonalidad más emblemática, presente en ese horizonte constante donde el mar y el cielo se funden, creando un telón de fondo característico de la isla y, en particular, de este espacio. A ello se suman el verde vibrante de la vegetación y el cálido marrón de las estructuras en madera que definen gran parte de sus instalaciones.

Un dato curioso de la región

“Isla Fuerte se distingue por su asombrosa diversidad de mangos, con 27 variedades que florecen en su territorio. Esta riqueza frutal incluye tipos con nombres tan curiosos como mango loro, mango canela, mango chancleta y mango cerdo, entre muchos otros que reflejan la estrecha relación entre los isleños y esta fruta. La temporada de mango, que va aproximadamente de mayo a septiembre u octubre, transforma el paisaje: los árboles se cubren de frutos y los mangos caen por toda la isla, generando una abundancia tal que los habitantes a menudo no saben qué hacer con tantos.

Esta sobreproducción influye directamente en la experiencia de quienes nos visitan. Durante estos meses, el mango se convierte en protagonista de la vida cotidiana: locales y turistas lo consumen a diario y en todas sus formas. En nuestro establecimiento aprovechamos esta generosidad natural para crear productos como mango deshidratado, jugos, mermeladas y otras delicias. Es tanta la presencia del mango en nuestra cocina que algunos huéspedes bromean con estar “cansados de tanto mango”, aunque casi siempre aceptan probar una nueva variedad antes de despedirse.

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Leidy Barbosa

Por Leidy Barbosa

Periodista de la Universidad Externado de Colombia, con énfasis en la producción audiovisual y en animación digital. Apasionada por temas medioambientales y sociales.@leidyramirezb[email protected]

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