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Luego de que el presidente Gustavo Petro anunciara que decretaría emergencia sanitaria por la fiebre amarilla, la Asociación de Epidemiología de Colombia (ASOCEPIC) hizo algunas recomendaciones sobre lo que faltó a la hora de hablar del virus, específicamente a la hora de comunicar sobre el riesgo al que estaría expuesta la ciudadanía. “¿Qué falto? La comunicación del riesgo no es solo hablar del peligro. Es generar confianza, orientar la acción, prevenir el pánico y, sobre todo, promover la adherencia”, afirmó ASOCEPIC.
La Asociación le hizo un llamado al Ministerio de Salud y al Instituto Nacional de Salud (INS), refiriéndose a que el mensaje alertando sobre fiebre amarilla en el país “debió estar acompañado de información continua y técnica desde las autoridades sanitarias, especialmente del INS. Las cifras deben ser claras, verificables y actualizadas por el INS. ¿Cuántos casos sospechosos? ¿En qué municipios? ¿Qué coberturas de vacunación existen?”.
Por la misma línea, la asociación enfatizó en que no basta con decir que la fiebre amarilla mata al 50 % sin explicar el contexto. Esta cifra “refleja la letalidad en casos graves no vacunados, pero con vacunación oportuna y atención clínica, la mortalidad se reduce dramáticamente”.
Entre otras recomendaciones, ASOCEPIC afirmó que se debe mostrar empatía y comprensión, específicamente en comunidades rurales, étnicas y cafeteras, quienes no deben ser responsabilizadas, sino acompañadas.
Recomendaciones para Semana Santa para la fiebre amarilla
La asociación recordó que, durante Semana Santa, la información y el cuidado respecto a la fiebre amarilla debe ser “con confianza, no con miedo. El mensaje debe ser claro y empático”.
Algunas de las recomendaciones son:
- Verificar el esquema de vacunación. No viajar a zonas de riesgo en caso de no tener la vacuna.
- Fortalecer la vacunación en zonas como Santander, Antioquia, Bolívar, César y Magdalena.
- No estigmatizar a las regiones y su habitantes.
- En caso de ver monos muertos, reportarlo a las autoridades.
- En caso de ya estar vacunado, viajar con cuidado y promover la vacuna entre personas conocidas.
ASOCEPIC también le hizo varios llamados a las autoridades sanitarias. En el caso del Minsalud, la sugerencia principal es garantizar el cumplimiento estricto de la Circular 012 de abril de 2024, de manera que las secretarías de salud departamentales y municipales prioricen las zonas de riesgo y aseguren la aplicación oportuna de los lineamientos en vacunación y vigilancia.
Además, ASOCEPIC insiste en la necesidad de que se publiquen de forma periódica y transparente los datos sobre coberturas de vacunación contra fiebre amarilla, desagregados por municipio, grupo etario y pertenencia étnica, con el fin de identificar brechas y dirigir las acciones hacia las poblaciones que aún no han sido protegidas.
También propone implementar estrategias anticipadas de vacunación en corredores de riesgo, como municipios limítrofes entre departamentos, zonas de tránsito turístico y regiones que históricamente han registrado bajas coberturas.
A esto se suma la recomendación de movilizar recursos logísticos y personal adicional hacia los municipios de categorías 5 y 6, donde las capacidades institucionales suelen ser más limitadas y los equipos locales enfrentan restricciones para ejecutar las labores de control.
Para el INS, las recomendaciones se centran en reforzar la vigilancia de epizootias en primates no humanos, mediante protocolos de búsqueda activa y la capacitación de comunidades para la detección temprana y la notificación de casos.
También se plantea la necesidad de fortalecer la vigilancia virológica y entomológica, incluyendo el muestreo de vectores en municipios ubicados en zonas de transición ecológica, específicamente aquellas que se encuentran entre los 1.800 y 2.200 metros sobre el nivel del mar.
Finalmente, ASOCEPIC considera fundamental que el INS publique boletines técnicos semanales con datos actualizados sobre la circulación del virus y la respuesta institucional, y que acompañe técnicamente a los laboratorios departamentales para garantizar diagnósticos oportunos y confiables.
¿Qué es la fiebre amarilla?
La fiebre amarilla es una enfermedad viral endémica que circula en regiones tropicales de África, América Central y América del Sur. En Colombia, el primer caso fue diagnosticado en 1907 en Muzo, Boyacá, por los médicos Roberto Franco, Jorge Martínez Santamaría y Gabriel Toro Villa, según reseña el Ministerio de Salud.
Esta enfermedad es causada por un virus del género Flavivirus, que se transmite a los seres humanos a través de la picadura de mosquitos infectados. En ambientes selváticos, la transmisión ocurre mediante mosquitos de los géneros Haemagogus y Sabethes (este modo de transmisión es el que está ocurriendo hoy en Colombia). En entornos urbanos, se cree que el principal vector es el Aedes aegypti, el mismo mosquito que transmite dengue y zika.
El ciclo de transmisión selvático se mantiene entre mosquitos silvestres y primates, quienes actúan como reservorios naturales del virus. Las personas que ingresan a estos ecosistemas, como zonas de selva o bosque, pueden exponerse al contagio si son picadas por estos mosquitos. En áreas urbanas o periurbanas, la fiebre amarilla se propaga cuando el mosquito Aedes aegypti pica a una persona infectada y luego a otra sana, facilitando la transmisión en ciudades y centros poblados. Desde 1929 no se ha reportado transmisión urbana de fiebre amarilla.
El Ministerio de Salud, en una circular publicada el 3 de abril de 2025, advirtió que la fiebre amarilla es considerada una de las enfermedades transmisibles e inmunoprevenibles con mayor tasa de transmisión.
¿Cómo se contagia la fiebre amarilla?
La enfermedad se transmite exclusivamente por la picadura de mosquitos infectados, no por o directo entre personas, objetos ni a través de la lactancia materna, como señala la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Los síntomas suelen aparecer entre tres y seis días después de la picadura e incluyen fiebre, dolor muscular, náuseas y vómitos.
Aunque en algunos casos la fiebre amarilla puede presentarse de forma leve o incluso sin síntomas, cuando se complica puede afectar órganos vitales como el hígado y los riñones. Según el Ministerio de Salud, esta es una enfermedad de inicio súbito y curso agudo cuya gravedad varía según el paciente.
¿Cuáles son los síntomas de la fiebre amarilla?
Los síntomas iniciales suelen confundirse con los de otras enfermedades transmitidas por mosquitos, como el dengue, el chikungunya o el zika. Sin embargo, cuando la infección avanza, puede comprometer el hígado y alterar la producción de proteínas esenciales para la coagulación, lo que en algunos casos provoca hemorragias.
Como explicó Karen Correa Tello, epidemióloga y profesora de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad del Tolima, cuando la fiebre amarilla afecta el hígado y se reducen las proteínas necesarias para la coagulación, aumenta el riesgo de sangrados y de desenlaces graves. Esta es una de las razones por las que la enfermedad puede alcanzar una tasa de letalidad elevada, sobre todo en casos que no reciben atención oportuna.
¿Existe tratamiento o vacuna?
Actualmente no existe un tratamiento específico para la fiebre amarilla. El manejo médico se enfoca en aliviar los síntomas, controlar la fiebre y prevenir complicaciones como la deshidratación. Sin embargo, sí existe una vacuna segura y eficaz que ofrece protección de por vida. Una sola dosis es suficiente para generar inmunidad, aunque en algunos casos, especialmente en personas mayores de 59 años, se recomienda evaluar la posibilidad de aplicar un refuerzo.
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