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“La emergencia sanitaria es una medida adecuada”: epidemióloga Zulma Cucunubá

Entrevista a Zulma Cucunubá, epidemióloga doctorada en el Imperial College London y directora del Instituto de Salud Pública de la Universidad Javeriana. Insiste en que hay que actuar pronto con vacunación masiva para contener la expansión de esa enfermedad altamente letal. Pero, también, en que es necesario atender epidemias menos publicitadas como el dengue y el brote más grande de tosferina en muchos años.

Cecilia Orozco Tascón
27 de abril de 2025 - 01:00 p. m.
Zulma Cucunubá advierte: “Se debe priorizar a los habitantes y viajeros de zonas de alto riesgo que tengan entre 9 meses y 59 años de edad. Los mayores de 60 solo deben vacunarse si el beneficio supera el riesgo, con evaluación médica previa”.
Zulma Cucunubá advierte: “Se debe priorizar a los habitantes y viajeros de zonas de alto riesgo que tengan entre 9 meses y 59 años de edad. Los mayores de 60 solo deben vacunarse si el beneficio supera el riesgo, con evaluación médica previa”.
Foto: Mauricio Alvarado Lozada
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¿Comparte o no la declaratoria de emergencia sanitaria que ha decretado el Gobierno para enfrentar lo que parece ser un brote importante de fiebre amarilla en Colombia?

Sí, la comparto. Declarar la emergencia sanitaria es una medida adecuada para movilizar recursos, acelerar la vacunación, reforzar la vigilancia epidemiológica y coordinar acciones entre niveles territoriales, dado que la magnitud de la operación de una campaña masiva de vacunación está por fuera de las actividades rutinarias del sistema. Este tipo de decisiones se deben tomar, ante la letalidad de la enfermedad, en escenarios de aumento de casos humanos, en que haya expansión geográfica rápida y riesgo potencial de urbanización del brote.

Ya con la emergencia declarada, ¿cuáles son los próximos pasos a dar, entonces, para trazar una estrategia efectiva de contención?

El ministerio de Salud debe expedir los actos istrativos necesarios para que se dé la adecuada implementación de la estrategia de vacunación que requiere, entre otras actividades, autorización de compras, contratación de personal y adjudicación de responsabilidades. También se necesita la expedición de resoluciones en los que se determinen los municipios de mayor riesgo y las autoridades locales que deberán asumir el manejo de la situación de emergencia.

En este país siempre se ha hablado de la presencia de la fiebre amarilla ¿Qué cambió ahora para que las autoridades sanitarias y los expertos en epidemiología como usted, estén preocupados y en estado de alerta?

La fiebre amarilla lleva con nosotros siglos, desde las épocas de la Conquista. En una época estuvo concentrada en brotes urbanos (transmisión humano – mosquito - humano). Estos brotes, por diversas razones, como el extenso control en las ciudades hasta pasados los años 70 del mosquito aedes, adaptaciones de esos mosquitos y cambios de inmunidad cruzada poblacional, entre otras hipótesis, dejaron de existir en las Américas antes de la mitad del siglo XX. El último brote de fiebre amarilla urbana, en Colombia, se reportó en la década de los 20. Pero, el ciclo silvestre: mosquitos - primates no humanos, y el humano como hospedero accidental, es decir, que no necesita al hombre para transmitirlo a diferencia del brote urbano, quedó instaurado en el continente americano ocasionando pequeños brotes esporádicos en zonas remotas selváticas. Sin embargo, desde hace varias décadas, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha advertido el crecimiento en la frecuencia de brotes silvestres lo que ha llevado a varios países a instaurar programas regulares de vacunación. Por eso, Colombia inició la vacunación regular contra la fiebre amarilla desde 2002 para los niños. Pero las coberturas en adultos aún pueden ser muy bajas.

Siendo que la población adulta no ha estado recibiendo las vacunas, ¿ha crecido la incidencia de fiebre amarilla entre los mayores de edad?

Cuando se observan los casos que se han presentado actualmente, la mayor incidencia de la enfermedad y fallecimientos por la misma, está en la población adulta. Como la mayoría de los niños se vacunó y la inmunidad es de por vida, si se presenta un brote grande, se puede prever que los más afectados serán los mayores de 20 años debido al bajo nivel de vacunación de esta población. De todos modos, en algunas zonas, no todos los menores están vacunados por lo que también podrían estar en riesgo. Esos cálculos debe hacerlos el ministerio de Salud en sus planes de emergencia y ya está en esa tarea.

¿Cómo se define, de manera sencilla, la fiebre amarilla y cuál es su nivel de riesgo para la vida humana? Dicho de otro modo, quien la adquiere ¿tiene alto riesgo de perder la vida? ¿Cuántos casos comprobados se han presentado en este brote y cuántas personas han muerto por esta causa?

Es una enfermedad viral transmitida por mosquitos, que puede causar fiebre, síntomas generales de malestar, y después de una fase de remisión en que parece que ha disminuido, viene una fase más fuerte de toxicidad, con ictericia y hemorragias. En su forma grave, la letalidad puede superar el 30%. En Colombia, el comienzo del brote empezó en septiembre del año pasado y hasta el 20 de abril 2025 se han presentado 83 casos de los cuales 37 afectados han fallecido, es decir, el 46% de letalidad. El brote más reciente similar conocido es el de Brasil, entre 2016 y 2018, el mayor de los últimos 50 años en Suramérica con una transmisión fuera de la región amazónica que produjo más de 2.100 casos y 745 fallecidos aún con estrategias de vacunación. De manera que la afectación hubiera podido ser mucho más grave sin las vacunas.

Después de la picadura del mosquito, ¿cómo se manifiesta la enfermedad y cómo puede evitarse que llegue a la fase mortal?

Inicia con fiebre alta, dolor muscular, náuseas y puede progresar a fallos hepáticos o renales. Justamente de ahí su nombre, porque ocasiona, en gran parte de los casos, una falla hepática que se manifiesta con ictericia (color amarillo en la piel por acumulación de bilirrubina) y esto puede desencadenar en fallecimiento hasta en 50% de las veces. La prevención más efectiva es la vacunación, insisto. Si se presentan síntomas graves, la atención médica temprana puede reducir el riesgo de muerte aunque no existe un tratamiento antiviral específico.

¿Cuáles son las regiones más afectadas hasta el momento en el país y en cuáles zonas, rurales o urbanas?

El departamento del Tolima es el más afectado con 65 casos de los cuales 41 viven y 24 fallecieron (37.7%). También se ha detectado presencia de fiebre amarilla en Putumayo con 7 casos, 2 vivos, 5 fallecidos; en Nariño, Meta y Caquetá, con dos casos cada uno; y Caldas, Huila, Cauca, Vaupés y Guaviare con un caso por departamento. La mayoría se ha presentado en zonas selváticas o rurales pero hay algunos reportados en zonas urbanas aunque no se ha establecido si quienes la contrajeron, estuvieron antes en el campo.

Se sabe que la enfermedad se adquiere por la picadura de mosquito ¿Se trata de un solo tipo de insecto transmisor o hay varias clases y dónde están presentes?

La reproducción de los mosquitos requiere de condiciones sostenidas de temperatura y humedad que en Colombia solo existen, hasta ahora, por debajo de los 2.300 metros. Por eso, en ciudades como Bogotá no es aún viable porque, aunque eventualmente la temperatura es alta un día, no se sostiene por suficiente tiempo en los rangos necesarios. Ahora, el virus pueden transmitirlo diferentes mosquitos dependiendo del ciclo. En el ciclo silvestre, los mosquitos implicados son Haemagogus y Sabethes en áreas selváticas, rurales y periurbanas, incluso en los bordes de las ciudades grandes. Si el ciclo urbano se presentara, el principal implicado sería el Aedes aegypti que se encuentra, principalmente, en las ciudades de zonas cálidas. El riesgo principal actual de fiebre amarilla está en las zonas rurales y cálidas pero el potencial de expansión urbana existe. Por eso se requiere vigilancia entomológica activa en múltiples contextos.

Con vigilancia entomológica ¿quiere decir control sobre la reproducción de los mosquitos? ¿Tenemos en Colombia capacidades científicas para desarrollar ese tipo de programas?

Sí. Colombia tiene una tradición científica enorme en este campo. Existe la Sociedad Colombiana de Entomología, numerosos laboratorios de biología molecular y muchas universidades en el país tienen biólogos especializados en el área. Desafortunadamente, la ciencia está desfinanciada.

De acuerdo con lo establecido cientifícamente, ¿cuál es el porcentaje de efectividad de la vacuna contra la fiebre amarilla y cuánto tiempo se demora en inmunizar a quien se la aplique?

La vacuna es altamente efectiva, ofrece inmunidad a partir de los diez días de aplicación y produce una respuesta inmune de por vida por lo cual la Organización Mundial de la Salud (OMS) determinó que la aplicación de una sola dosis es suficiente.

¿Los programas de vacunación deben priorizar a quiénes, en cuáles sitios y en cuál rango de edad? Pregunto sobre la edad porque se ha dicho que las personas mayores de 60 años no deberían aplicarse la vacuna…

Se deben priorizar las zonas de muy alto y alto riesgo y a sus habitantes y viajeros que tengan entre 9 meses y 59 años de edad. Los mayores de 60 solo deben vacunarse si el beneficio supera el riesgo, con evaluación médica previa. El ministerio de Salud ha determinado un proceso de consentimiento informado para mayores de 60 años.

¿Cuál es el riesgo potencial en las personas mayores de 60 si se apliquen la vacuna contra la fiebre amarilla?

El principal riesgo consiste en contraer la llamada enfermedad vicerotrópica (el virus de la vacuna puede proliferar en múltiples órganos internos) pero se presenta en raras ocasiones: de acuerdo con la literatura, de cada 100 mil aplicaciones de vacunas en mayores de 60, se da en 7 casos. Pero si alguien tiene más de 60, vive en una zona de alto riesgo, y contrae la fiebre amarilla, el riesgo de morir es de cerca del 50%. Claramente, el beneficio de aplicarse la vacuna, supera el riesgo. Pero esa evaluación deben hacerla los médicos.

Colombia, ¿tiene la cantidad de vacunas suficiente para atender a toda la población potencialmente expuesta y cuál es la cifra aproximada de habitantes en peligro real de contagiarse?

El ministerio de Salud determinó tres zonas: Muy alto riesgo (111 municipios), Alto riesgo (290 municipios) y Bajo riesgo (722 municipios). Entre las zonas de Muy alto y Alto riesgo hay un total de aproximadamente 3.5 millones de personas susceptibles de contraerla, es decir, aún sin vacunar. Esa población deberían ser la prioridad. En las zonas de Bajo riesgo hay cerca de 7 millones de habitantes sin vacunación, para un total de alrededor de 10 millones de personas. El Gobierno ha informado que ya tiene una parte de las vacunas necesarias en reserva y que ha gestionado otras, pero honestamente no conozco las cifras exactas. En cualquier caso, debe crearse una planificación clara y detallada para distribución progresiva y rápida.

Hay mucha desinformación sobre las epidemias, en este caso, sobre la fiebre amarilla, y las posibilidades reales de que se expanda y afecte a un número muy importante de seres humanos así como de los efectos reales de la vacuna ¿Es necesario iniciar campañas pedagógicas o al menos divulgativas?

Sí, absolutamente. La desinformación puede poner en riesgo el éxito de la campaña de vacunación. Se necesitan estrategias pedagógicas claras sobre síntomas y prevención y sobre la seguridad de la vacuna.

¿El ministerio de Salud y el Instituto Nacional del área están desarrollando una estrategia comunicativa, pero ¿se han quedado cortos ante la magnitud del problema?

Aunque es cierto que el ministerio y el Instituto Nacional de Salud han iniciado acciones, considero que son insuficientes para el nivel de exposición en algunas comunidades.

Los cambios climáticos, la deforestación y, en general, las actividades económicas antiambientalistas, ¿influyen en la reaparición y fortalecimiento de epidemias como el coronavirus de hace cinco años y la fiebre amarilla de hoy presente en América y África?

Sí. Estos factores alteran hábitats naturales, acercan los vectores a áreas humanas y favorecen las condiciones para su reproducción. La interacción creciente entre humanos y ecosistemas perturbados, aumenta el riesgo de transmisión de enfermedades como la fiebre amarilla, el dengue u otros virus emergentes. La mayoría de las investigaciones científicas en este tema proyectan un incremento en el riesgo de expansión de las arbovirosis (infecciones transmitidas por mosquitos), así como de las infecciones emergentes que pudieran llevar a pandemias.

En estos días se habla mucho de fiebre amarilla pero ¿esta es la única epidemia presente en Colombia o hay otras sobre las que, por ser menos mediáticas o de bajo riesgo mortal, no se informa nada o casi nada?

Sí están presentes otras epidemias. En forma muy importante persiste una enorme de dengue que ya lleva dos años de duración (2023-2025) con más de medio millón de casos y más de 300 muertes. Es la epidemia de dengue más importante en toda la historia del continente americano. En Colombia también padecemos el brote de tosferina más grande desde hace muchos años, aunque se trata de una infección prevenible por vacunación. Y hay que llamar la atención sobre una alerta en las Américas por el brote de sarampión en Estados Unidos causado, también, por la disminución de las tasas de vacunación. El sarampión es altamente contagioso, tal vez el virus más contagioso que conocemos, por lo que existe la posibilidad de llegar a grandes poblaciones y extensiones geográficas de manera rápida. Su letalidad y consecuencias médicas son considerables. Hay que recordar que se eliminó el virus de sarampión en la mayor parte de las Américas a comienzos del siglo XX y que su reintroducción se produjo, repito, por la disminución de las tasas de vacunación.

El sarampión que asuela principalmente el estado de Texas en Estados Unidos y la frontera mexicana, ¿en cuánto tiempo se puede expandir a América Latina y a Colombia?

El brote podría llegar en semanas o meses si hay viajeros infectados, por eso urge reforzar esquemas y vigilancia sindrómica. Existe este riesgo si no se mantiene alta cobertura de vacunación. Las poblaciones no vacunadas o con esquemas incompletos, son vulnerables.

Personalidades en materias de salud y laboratorios científicos de investigación han predicho que el mundo puede enfrentar otras pandemias similares a la del coronavirus, del 2020, o a esta, de fiebre amarilla, la cual aunque no se ha extendido en todo el planeta, sí está presente en dos continentes: Suramérica y África. Usted tiene un doctorado en epidemiologia de enfermedades infecciosas ¿Qué hay de cierto en esas predicciones y por qué es factible que cada vez haya más epidemias en el planeta?

Sí, eso es cierto. La globalización, los cambios ambientales y los desequilibrios en salud pública crean un conjunto de condiciones propicias para nuevas epidemias. Es clave, para anticiparse a los riesgos y responder mejor a estas amenazas, el fortalecimiento de la vigilancia, la cooperación científica y la preparación institucional.

Temible enfermedad pero vencible con vacunación

De acuerdo con los sitios informativos especializados, la fiebre amarilla es una enfermedad aguda que puede ser mortal en un porcentaje importante de casos. En el brote que ha aparecido en el país, solo en seis meses ha afectado a 83 personas de las cuales 37 han fallecido, es decir, el 46% de letalidad. En Tolima, el departamento más golpeado, se han detectado 65 casos, entre ellos, 41 vivos, 24 muertos. El mal se contrae por la picadura de mosquito que – como en el caso actual colombiano - se encuentra en zonas selváticas, rurales e, incluso, cercanas a la periferia de las ciudades de clima cálido. Los síntomas aparecen entre tres y seis días después de la punción. Se desarrolla en tres etapas: en la primera, la de infección, hay dolores de cabeza, articulares, náuseas, vómito, fiebre e ictericia (color amarillo). En la segunda, cuando desaparecen algunos síntomas, muchos se recuperan pero otros infectados pueden empeorar en cuestión de horas. En la tercera etapa, la de intoxicación, se pueden comprometer el corazón, el hígado y los riñones, y aparecer trastornos hemorrágicos, convulsiones y coma. El remedio más eficaz: la prevención con una dosis de vacuna.

La influenciadora científica de apellido Cucunubá

Zulma Cucunubá, primera doctora de su familia boyacense, tiene una sólida formación académica: se graduó como médica cirujana en la Universidad Pedagógica de Tunja, estudió una maestría en Salud Pública en la Universidad Nacional y obtuvo el doctorado en Epidemiología de enfermedades infecciosas en Londres. Actualmente es directora del Instituto de Salud Pública y profesora en la Universidad Javeriana. Además, tiene estudios de postdoctorado sobre impacto de vacunas y análisis de enfermedades globales. Se hizo conocer en Colombia por sus asesorías en la formulación de estrategias durante la pandemia del Covid-19 y ha participado en la creación y validación de modelos para enfermedades prevenibles por vacunación y transmitidas por vectores, como el caso presente de la fiebre amarilla en el país, con la Organización Panamericana de la Salud, la Organización Mundial de la Salud y otros organismos internacionales de investigación de enfermedades tropicales desatendidas. Sus trinos en las redes sociales, en el año de la pandemia, 2020, la convirtieron en una especie de influenciadora científica por sus contenidos pedagógicos en momentos de desconcierto, por el miedo al coronavirus y al aislamiento.

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