Hace tres años, la televisión colombiana se vistió de luto con la muerte de Marcelino Rodríguez, conocido artísticamente como Mandíbula, uno de los humoristas más reconocidos del país. El también actor tenía 71 años y, desde el 2013 se había retirado del programa de humor de Caracol Televisión por complicaciones con el alzhéimer, enfermedad con la que batalló durante varios años. Sin embargo, falleció a causa del covid-19.
Desde su retiro de los escenarios, el humorista mantuvo un perfil bajo, pocas noticias se conocían sobre su vida personal y su estado de salud. Algunos de sus compañeros del programa lo visitaban de vez en cuando y, a través de redes sociales, publicaban sus conmovedores encuentros.
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Mandíbula fue uno de los humoristas más reconocidos del país.
¿Qué tenía Mandíbula, humorista de ‘Sábados Felices’?
En el reciente capítulo de Expediente final, Olga Grajales, su hija, reveló detalles sobre cómo fueron los últimos días del humorista. “Él decía: ‘tengo miedo, tengo miedo’, entonces no lo dejábamos solo ni un momento y hacíamos actividades. Yo me le acercaba mucho, le hacía preguntas, masajitos”, contó.
De igual manera, reveló que el proceso tanto para el humorista como para ellos como familia no fue fácil: “nosotros no dormimos porque eran las 24 horas trasnochando con él. Venían los médicos a la una o seis de la mañana, todo el día. El alzhéimer va deteriorando el cerebro, así se comprometen muchos órganos. A él ya se le olvidaba masticar, pero se les olvida eso”, afirmó.
El apoyo de los familiares fue fundamental para que, pese a la situación, Mandíbula tuviera una sonrisa. Sin embargo, con el paso de los días, su decaimiento era más notable: “estuvo muy delicado, que la silla de ruedas, que no podía caminar... ya lo querían llevar a un sitio especial para él, pero Gloria no permitió”.
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Los seguidores, familiares y amigos del humorista guardaban la esperanza de verlo recuperado, incluso, de volverlo a ver en pantalla: “en este último año su salud se fue agravando por la enfermedad, tenía demencia senil, pero siempre recordaba a su círculo más cercano. Cuando llegábamos a la casa nos decía el nombre y nos hacía un gesto o una mueca, esas mismas que todo el mundo conoció a través de la televisión".
