Con más de tres décadas de carrera, una memoria colectiva sembrada de personajes entrañables y un presente que la tiene en dos escenarios claves —la pantalla con La Venganza de Analía 2 y la presidencia de Actores Sociedad Colombiana de Gestión—, Andrea Gómez reafirma en entrevista con Vea que su camino en la actuación no ha sido casual. “Así como ha sido, así está maravilloso”, dice con la serenidad de quien ha aprendido a valorar tanto los aciertos como los desatinos.
Actriz desde los 13 años, la vallecaucana es parte de esa generación de intérpretes que consolidó la televisión colombiana en los años noventa y dos mil. Su rostro no solo marcó a quienes crecieron viéndola en series juveniles como De pies a cabeza y Francisco, el matemático, sino que también maduró con su audiencia en papeles dramáticos, protagónicos y secundarios, siempre sólidos, que siguen alimentando la empatía del público.
Sigue a la Revista Vea en WhatsAppParadójicamente, aunque su vocación artística se manifestó temprano, Andrea Gómez estudió Comunicación Social y Periodismo, carrera que terminó casi en paralelo con la grabación de una de las producciones más populares de la pantalla: Francisco, el matemático. “Me gradué por un impulso de tomar una decisión seria. Mis papás me apoyaron siempre, pero me decían: ‘Eso que haces es un hobby, tienes que pensar en algo serio’. Y mira la cosa seria, después de tantos años”, recuerda entre risas.
Aun así, reconoce que la formación universitaria le brindó herramientas valiosas: “La escritura es algo que me gusta mucho y que ahora valoro aún más”. Pero si de intuiciones se trata, confiesa que no dudó ni un segundo cuando la llamaron para interpretar su personaje de Deisy Pérez estando a mitad de carrera. “No hubo duda alguna. El impulso y la intuición me dijeron que eso era lo que quería hacer, yo quería estar en ‘Francisco, el matemático’. Y menos mal lo hice”.
Andrea Gómez, una actriz entre el rigor y la intuición
Durante la conversación con Vea, la caleña de 42 años se muestra clara y agradecida. Habla de su paso por la universidad como una etapa en la que, a pesar de la fama, logró mantener los pies en la tierra. “No me hicieron sentir mal. Aprendí a lidiar con eso. Era como, sí, la actriz que está en la universidad, y ya”.
Y aunque su rostro ha sido familiar para el público por décadas, su carrera ha sido discreta en cuanto a polémicas o exposiciones personales. Quizá por eso conserva un vínculo tan respetuoso y afectuoso con la audiencia. “Los comentarios siempre han sido amorosos. Creo que también tiene que ver con que me guardo una parte para mí. No todo se comparte, y eso me sienta muy bien como actriz”.
En un mundo donde la exposición constante en redes sociales parece una obligación para las figuras públicas, Andrea Gómez marca una diferencia. “Me cuesta conectar con las redes, no me queda fácil hablarle al teléfono. Respeto profundamente a quienes se dedican a eso, porque es un talento y una habilidad. Pero yo soy actriz, y aun así me gusta tener privacidad, cuidar a mi familia y también cuidarme a mí”, ite.
De la pantalla a la gestión colectiva
Hoy, a sus 33 años de carrera, Andrea Gómez asume uno de los desafíos más importantes fuera del set: la presidencia de Actores Sociedad Colombiana de Gestión, la entidad que vela por el derecho de remuneración por comunicación pública que le fue otorgado a los actores por la Ley Fanny Mikey (Ley 1403 de 2010). “Acabo de iniciar el periodo y eso amerita tiempo, dedicación y compromiso”, explica.
Lejos de ser una responsabilidad simbólica, la gestión de esta sociedad exige una mirada aguda sobre los derechos laborales de los actores en Colombia. “Me corresponde aportar algo al gremio y ayudar a construir una comunidad fuerte. Estoy aprendiendo mucho porque es un gran reto, pero también estoy muy emocionada por esto y por los nuevos proyectos que se vienen”.
En este nuevo rol, su formación, su experiencia y su mirada crítica se convierten en herramientas clave para representar a un sector que, si bien es esencial en la industria cultural del país, muchas veces ha sido invisibilizado en términos de garantías laborales y reconocimiento legal.
La carrera que siempre vuelve
Cuando se le pregunta si ha pensado en dejar la actuación, Andrea Gómez responde sin rodeos: sí. “Esta profesión hace que uno por momentos piense en que ya es momento de abandonar. No es fácil, emocionalmente también es difícil”. Sin embargo, siempre hay algo que la hace volver: una historia, un personaje, un reto. “Siempre vuelve a mí. Siempre”.
En su trayectoria hay constancia, pero también pausa; intuición, pero también estrategia. No es solo una carrera construida con talento: hay decisiones firmes, momentos de duda y una claridad serena sobre lo que significa ser actriz en Colombia. Desde De pies a cabeza y Francisco, el matemático, pasando por En los tacones de Eva, Escobar, el patrón del mal y La esclava blanca, hasta la reciente participación en La Venganza de Analía, su trabajo ha sido parte del paisaje emocional de varias generaciones de televidentes.
Tal vez por eso su nuevo papel como presidenta de una sociedad que protege los derechos de los actores no es un premio, sino una consecuencia lógica. Porque no por menos se llega a ser una figura con autoridad en el gremio: se llega por oficio, por coherencia y por respeto ganado, año tras año, escena tras escena.

“Esa niña que quería ser actriz encontró un camino profesional con rigor y disciplina, y lo que ha construido me llena de orgullo”, Andrea Gómez.
