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Embajadora Laura Gil: “Colombia tendrá que esforzarse y hacer la tarea”

La embajada en Austria que tiene interlocución con 6 organizaciones de Naciones Unidas y presencia en 4 órganos de gobierno, no solo ha impulsado la debatida exclusión de la hoja de coca de la lista de sustancias peligrosas, de la Convención Única sobre Estupefacientes. También logró votación mayoritaria en una resolución que propuso esta semana para crear un de expertos y consiguió para Bogotá, ser la sede de la Conferencia Internacional sobre reducción de daños, HR25. Entrevista a la embajadora Laura Gil.

Cecilia Orozco Tascón
16 de marzo de 2025 - 01:00 p. m.
La embajadora Laura Gil se pregunta: “Si la participación de la cocaína colombiana en el mercado ilícito mundial es de poco más de 5%, ¿por qué se nos trata como si el problema de las drogas reposara exclusivamente en nuestras espaldas?”.
La embajadora Laura Gil se pregunta: “Si la participación de la cocaína colombiana en el mercado ilícito mundial es de poco más de 5%, ¿por qué se nos trata como si el problema de las drogas reposara exclusivamente en nuestras espaldas?”.
Foto: Jose Vargas Esguerra
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La Comisión de Estupefacientes de Naciones Unidas, con sede en Viena, ha escuchado varias propuestas de Colombia recientemente. Una de estas, la petición de eliminar la hoja de coca de la lista de sustancias dañinas que levantó críticas de la oposición local a pesar de no ser iniciativa nueva o aislada ¿Cuánto hace que usted viene trabajando ese asunto y cuál país lo impulsó originalmente?

Bolivia formalizó, en junio de 2023, la solicitud para excluir la hoja de coca de la Lista I (Uno) de la Convención Única sobre Estupefacientes (marco legal internacional para el control de drogas). En esa lista se incluyen las sustancias clasificadas como muy adictivas o de probable uso indebido, y precursores que pueden convertirse en estupefacientes. Así, la hoja de coca aparece en la Lista I al lado de la heroína, el opio y la oxicodona entre otras. Desde cuando el gobierno de La Paz hizo su anuncio formal, Colombia expresó su apoyo a la iniciativa. ¿Cómo funciona el proceso para tomar la decisión? Tiene dos momentos: uno científico y otro político. Primero el Comité de Farmacodependencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) estudia las propiedades toxicológicas y farmacológicas, y los posibles usos terapéuticos de la sustancia y le hace una recomendación a la Comisión de Estupefacientes. Después, esta procede a votar a favor o en contra de la recomendación. Es necesario aclarar que todo el proceso está contemplado en el marco legal internacional de drogas y no constituye una enmienda a ninguna de las convenciones que lo componen.

Entonces, ¿puede o no ser interpretado - como lo ha hecho parte de la oposición al gobierno Petro y unos comentaristas, que la petición de excluir a la hoja de coca de las sustancias dañinas es permisiva con el narcotráfico?

No. Al contrario: en la visión de Colombia, propuestas como esta pueden convertirse en una forma más eficiente de luchar contra el narcotráfico. Esta claro que, hasta ahora, los resultados mundiales, en cuanto a reducción de la circulación y comercio de estupefacientes, son insatisfactorios. Otras medidas como la de arrancarles las matas de hoja de coca a los narcotraficantes para, por ejemplo, comercializarlas por sus usos medicinales o industriales, pueden ser más efectivas.

¿Cuáles son los argumentos políticos y científicos que sustentan esa petición y cuántos países se han sumado a ella?

Los argumentos científicos se basan en los estudios que descartan los aspectos nocivos de la hoja de coca, tal como lo evidencia su uso ancestral durante siglos. Los argumentos políticos se relacionan con lo que he dicho: la necesidad de encontrar una manera más eficiente de arrancar una planta, que es parte del ADN de la región andina, de las manos de los narcotraficantes. Por ahora, Bolivia y Colombia van de la mano.

A la solicitud de Bolivia y Colombia hecha en la Comisión de Estupefacientes de Naciones Unidas, ¿qué le sigue? ¿Cuál es el procedimiento?

Habrá una votación, en el seno de la Comisión, el año entrante. Pero hay que esperar, primero, según indiqué, la posición que adopte la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre los usos medicinales y científicos de la hoja de coca. Por ahora no se puede predecir cómo se repartirán los votos en la Comisión una vez se conozca la recomendación de la OMS. El éxito de nuestra propuesta depende de que los de la Comisión atiendan las evidencias científicas pero, también, de que seamos capaces de instalar la idea de que esa será una medida eficiente en la lucha contra el narcotráfico.

Justamente, la principal barrera para que la propuesta colombo-boliviana sea aceptada y aceptable en el concierto mundial es el crecimiento del mortal tráfico de cocaína…

Como le decía, necesitamos convencer que seremos más eficientes en reducir la disponibilidad de la hoja de coca para el narcotráfico, aprovechándola en mercados legítimos. Eso requiere, primero, determinar sus usos legales y, luego, su viabilidad comercial. Para eso hemos negociado, aquí en Viena, un acuerdo con la Organización Internacional de Energía Atómica (OEIA) para que, esa agencia, en conjunto con la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), investiguen posibles usos industriales de la hoja de coca, con ayuda de las tecnologías nucleares.

¿De qué manera?

Nos pueden ayudar a demostrar que a un determinado producto originado en la hoja de coca, se le ha eliminado, por completo, el alcaloide lo que implicaría que es imposible utilizarlo para la producción de cocaína. Las opciones de investigación son múltiples.

¿Cuáles han sido los aportes netamente colombianos a esa propuesta, en la Comisión?

En diciembre pasado, el Gobierno de Colombia le entregó un expediente con información científica a la Organización Mundial de la Salud en sustento de nuestra posición. Esperamos la recomendación de la OMS que se conocerá en octubre de este año y después vendrá, como señalé, la votación en la Comisión de Estupefacientes que se realizará en marzo de 2026. Como embajadora ad-hoc en política global de drogas, coordino la acción de todas las embajadas colombianas en la materia. Estamos dedicadas a brindar educación sobre la hoja de coca y a enfatizar en la diferencia entre hoja de coca y cocaína.

Si Colombia triunfara en su solicitud de eliminar de la lista de sustancias muy adictivas, la hoja de coca, ¿cuál sería el efecto práctico inmediato que se vería en el país?

Un efecto práctico sería que si, por ejemplo, el Gobierno les compra a los campesinos las matas de hoja de coca, una multiplicidad de empresas podría interesarse en comercializar el producto con sus usos industriales, medicinales o en otros campos variados. En la situación actual no se pueden utilizar por el marco legal internacional de drogas. Con el debido perdón por sus esfuerzos, que organismos internacionales como los que usted menciona, investiguen y encuentre los usos industriales y la viabilidad comercial de la hoja de coca, es casi imposible en el corto tiempo que queda para la votación que usted anuncia, en la Comisión de Estupefacientes, para dentro de un año. Entonces, ¿la solicitud colombo-boliviana es solo una constancia filosófica?

No. No lo es. Es posible que perdamos en la Comisión pero va a haber una votación al respecto y estaremos trabajando en eso. La OMS tiene varias alternativas con el fin de tomar su posición: 1. Que diga que necesita más información antes de determinar que la hoja de coca no es peligrosa; 2. Que determine dejar la hoja de coca en la Lista I por considerarla riesgosa; 3. Que diga que la hoja de coca puede pasar a otra lista de productos menos peligrosos que los de la Lista I. Cuando la OMS le dé a conocer su recomendación a la Comisión de Estupefacientes, esta votará. Si hasta ahora, ninguna política antidrogas ha funcionado, creo que varios países estarían dispuestos a buscar otros caminos. Desde luego, Colombia tendrá que esforzarse y hacer la tarea.

El régimen internacional de drogas (que es prohibicionista), impide que las naciones ensayen nuevas políticas en la lucha contra el narcotráfico ¿Qué probabilidades existen de que propuestas que se alejen de la posición tradicional tengan alguna consideración positiva?

No es fácil. El mundo prohibicionista gana terreno y prefiere que todo siga igual. Nadie quiere hablar de reforma legal. Los prohibicionistas le tienen pavor a la regulación y los más liberales, temen un retroceso. Es decir, cualquier avance gira en torno a cambios en la implementación del marco legal y no en las normas mismas. En todo caso, es mucho lo que se puede avanzar, aún con esa limitante.

Además de esta propuesta puntual, usted impulsó hace un año, una votación para que se firmara por primera vez y por mayoría (en la 67 sesión de la Comisión de Estupefacientes), una declaración en que se reconoce el fracaso de la política mundial contra las drogas ¿Por qué es importante que se explicite la ineficacia de esa política?

El Informe Mundial de la Droga, publicado anualmente por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, muestra lo mismo cada año: niveles récord de producción, consumo y tráfico. Eso no es más que el fracaso del régimen global de drogas. Colombia se ganó el derecho a plantear la necesidad de cuestionar ese statu quo. Según Naciones Unidas, en 2022, 292 millones de personas usaron drogas ilícitas en el mundo; 228 millones, cannabis; 60 millones, opioides; y 30 millones, anfetaminas. La cocaína está en el cuarto lugar con 23 millones, o sea, 7.9% del total. Y de la cocaína consumida, Colombia produce el 70%. Si la participación de la cocaína colombiana en el mercado ilícito mundial es de poco más de 5%, ¿por qué se nos trata como si el problema de las drogas reposara exclusivamente en nuestras espaldas?

A propósito de su respuesta, Estados Unidos, cuyo gobierno ha demostrado ser hostil con muchos países incluido Colombia, está en proceso de certificar o descertificar al Estado en materia de combate al narcotráfico en momentos de tensiones por el crecimiento de cultivos ilícitos. El cruce de este delicado asunto con la solicitud de del gobierno Petro respecto de los cultivos de hoja de coca en Viena, ¿no complica más la certificación?

No debo invadir los terrenos propios de nuestro embajador en Estados Unidos pero asumo que al gobierno Trump, como a las istraciones de todos los Estados, les interesan los resultados y no cómo se llega a ellos.

Hace dos días, usted y otros funcionarios de la Cancillería consiguieron, también en la Comisión de Estupefacientes de la ONU, que se aprobara una resolución propuesta por Colombia ¿En qué consiste?

Propusimos la creación de un de expertos independientes para realizar un análisis crítico de la implementación del régimen global de drogas y para que le hiciera, después, recomendaciones a la Comisión sobre sus resultados y sobre un posible cambio de visión en ese régimen. Hubo mucha resistencia pero, al final, Colombia consiguió 31 votos a favor; hubo 3 en contra y algunas abstenciones. El deberá estar conformado de manera que sea incluyente y representativo, geográficamente hablando.

Otro éxito de su embajada es el de conseguir, para Bogotá, la sede de la Conferencia Internacional de la Comisión de Estupefacientes sobre reducción de daños, HR25, que se realizará en el próximo mes de abril. Explique, por favor, en qué consiste la llamada “reducción de daños” en la política mundial contra las drogas.

La reducción de daños en la política de drogas tiene relación con las estrategias y prácticas de salud pública para minimizar los riesgos de su uso y consumo. El año pasado, nuestra delegación forzó el rompimiento del consenso de Viena, en la Comisión, para que se votara este tema. Lo conseguimos y, por eso, nos hemos ganado el reconocimiento de una sociedad civil internacional y una comunidad de salud pública que llevaba décadas buscando la aceptación de ese término en una resolución oficial de la Comisión de Estupefacientes.

Quisiera saber si le entiendo bien: “reducción de daños”, ¿significa asumir otro enfoque en la política internacional de lucha contra las drogas diferente al de la persecución y la prohibición?

Sí. El término “reducción de daños” se refiere a la intervención de los Estados en materia de políticas públicas, leyes, programas y prácticas orientadas a minimizar el daño que produce el consumo de drogas, y su impacto negativo tanto en el individuo como en la sociedad. En cambio, los países prohibicionistas se oponen a la “reducción de daños” por considerar que es tolerante con el consumo. Pero la evidencia es incontrovertible en cuanto a que la reducción de daños es la mejor manera de salvar vidas.

Otra intervención colombiana en la Comisión fue la introducción de aspectos sobre medio ambiente en la lucha contra las drogas ¿En qué consistió?

Pudimos introducir dos párrafos en una resolución impulsada por Francia y Brasil sobre medio ambiente. Son fundamentales para nuestros intereses en cuanto a la protección medioambiental. Es cierto que la actividad ilícita de drogas daña la naturaleza. Pero también hay que itir que las políticas antidrogas pueden ser contaminantes y dañinas como, por ejemplo, con el uso del glifosato. Los párrafos introducidos por Colombia piden excluir la utilización de químicos tóxicos en la erradicación de cultivos ilícitos.

Usted es reconocida, en Viena, como una diplomática trabajadora ¿Cuántos organismos de la ONU hay en esa ciudad y en cuántos participa, hoy, Colombia?

En los 30 años que llevo estudiando la política exterior colombiana, sé que hay que trabajar y esforzarse para obtener logros. A Colombia no le sirve ponerse al frente para que los demás la sigan. Le va mejor cuando propone, negocia, hace acuerdos y camina de la mano de los demás, sin pretensiones y con espíritu colaborativo. Eso he hecho en las posiciones para las que he sido elegida como, por ejemplo, la presidencia del G-77 + China, primera vez para Colombia, en Viena. Para este año conseguimos ser elegidos en cuatro órganos de gobierno: la Comisión de Estupefacientes, la Comisión para la Prevención del Delito y la Justicia, la Junta de Desarrollo Industrial y la Junta de Gobernadores de la OIEA.

Y, ¿cuántas organizaciones de Naciones Unidas están en Viena?

Hay seis organismos de Naciones Unidas en Viena: la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, la Organización Internacional de Energía Atómica, la Organización de Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), la Comisión para el Derecho Mercantil, la Oficina para los Asuntos del Espacio Ultraterrestre y la Organización para la Prohibición de los Tests Nucleares. Nosotros impulsamos que haya mayor coordinación interagencial en Naciones Unidas para aumentar el impacto y reducir los costos. Por ejemplo, a Colombia le interesa que todos los desarrollos alternativos que se hagan en el país, tengan sentido industrial para que los beneficios de las cadenas de producción queden entre las comunidades y no entre quienes les compran las materias primas. Estuvimos detrás del memorando de entendimiento con la Oficina contra la Droga y el Delito y con la Organización para el Desarrollo Industrial que cristaliza esta visión. El primer proyecto con este enfoque se hará en el Catatumbo.

“Es evidente el cambio de alianzas en las salas de negociación de Naciones Unidas”

Colombia tuvo el apoyo del gobierno Biden en algunas de sus posiciones pero con Trump esa relación debe haber variado sustancialmente ¿Se nota en el ámbito diplomático, el drástico cambio de intereses y tono de Estados Unidos no solo con Colombia sino con las demás delegaciones?

Es evidente el cambio de alianzas en las salas de negociación de Naciones Unidas, en Viena. No deja de sorprender que Estados que hasta hace poco trataban a algunos otros como parias, ahora coordinen sus intervenciones y estrategias con ellos. Colombia actúa de buena fe y trata a sus pares con respeto. Lo hicimos antes y lo seguiremos haciendo ahora, así el mundo nos parezca irreconocible.

¿Es una invención o una realidad que, en ciertos escenarios internacionales como en los que usted está, el gobierno de Estados Unidos prefiere ser acompañado por países como Rusia, Cuba y Venezuela que antes eran sus antagonistas?

Solo le puedo decir que, en la votación sobre la resolución propuesta por Colombia para la creación del de alto nivel de expertos, los únicos países que votaron en contra fueron Rusia, Estados Unidos y Argentina.

“No pregunte solo por las relaciones de ese excanciller conmigo”

Seguramente no podrá contestar mi pregunta pero de todos modos se la formulo: usted fue primero vicecanciller en el gobierno Petro, mientras el ministro era Álvaro Leyva. Después fue nombrada en la embajada en donde está hoy. Quiere decir que usted ha tenido o “padecido” a tres cancilleres: Leyva, Luis Gilberto Murillo y, recientemente, Laura Sarabia ¿Cómo han sido sus relaciones con cada uno de ellos y cuál ha sido, a su juicio, el mejor vocero del país?

Trabajé en sintonía y armonía con el excanciller Murillo y mi relación con la canciller Sarabia se caracteriza por un diálogo fluido y por el compromiso de ambas en obtener resultados relevantes, concretos, visibles y rápidos. Hemos impulsado y destrabado muchas cosas juntas desde mi época de vicecanciller.

¿Por qué no menciona en su respuesta a Álvaro Leyva? En su momento se dijo que usted salía de su cargo de vicecanciller e iba a la embajada en Austria por la pésima relación laboral con él ¿Fue cierto?

No pregunte solo por las relaciones de ese excanciller conmigo; hágalo, también, respecto del trato a otros funcionarios y, en particular, a varias funcionarias. Usted encontrará, allí, la respuesta.

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Cuando EE entrevista un funcionario del gobierno , se presume qué es fuego amigo y qué es más desgradecido qué una puerta de golpe y qué hablará peste del jefe de jefe.
Mario Giraldo(196)16 de marzo de 2025 - 03:48 p. m.
Las Sras canciller y embajadora, y sus equipos de trabajo son un orgullo para el país. Esta iniciativa demuestra la importancia de dejar trabajar a este gobierno. El peor enemigo para lo prosperidad del pais, es interno. Pierde mucho la entrevista preguntando chismes de oficina que nada tienen que ver con el tema.
CARLOS BARRGAN(lcggj)16 de marzo de 2025 - 02:17 p. m.
Buscar alternativas legales y concertadas para enfrentar el narcotráfico, siempre serán de suma importancia. Ojalá, finalmente se dé otro enfoque para erradicar o, por lo menos, minimizar el daño que hace el narcotráfico en el mundo.
Helga66(40077)16 de marzo de 2025 - 01:56 p. m.
No se pudo contra el crimen y se busca ahora linea de acción científica para aprobarlo. Es que el cultivo nunca ha sido lo censurable. Lo malo es la producción y comercialización de COCAINA que en sí misma mata la gente. Destruye la vida física y sicologica del consumidor. En la cadena de comercio genera renta que sirve para matar y tener control político. No hay que dejarse confundir con esta seudocientifica solución al narcotrafico
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