
Hay fotografías estremecedoras, que cuentan historias, que en un instante petrificado narran una guerra, muestran una injusticia, un genocidio, o pueden causar, por esa fracción eternizada, una sensación imborrable y desgarradora en el observador. Pasa, por ejemplo, con el hombre que cae de la torre norte del World Trade Center; lleva una camiseta anaranjada debajo de su camisa clara, y se precipita sin remedio. No ha podido ser identificado todavía.
Esa impresionante fotografía, captada tras una sucesión en ráfaga por el reportero gráfico de la AP, Richard Drew, transmite a quien la mira la espantosa sensación de ser un...
