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El dato de crecimiento económico reportado por el Dane, de apenas el 3,3% para el tercer trimestre de este año, evidencia que se crece solo por el lado de la demanda y consumo de bienes foráneos. Sin embargo, se presenta estancamiento por el lado de la oferta y producción interna, que es la que genera puestos de trabajo en nuestro territorio.
El comercio crece al 5,9%, pero vendiendo mas productos importados los cuales crecen al 10% en términos reales a pesar de la subida del dólar, mientras las exportaciones se estancan con apenas 1,9% de aumento. El otro sector disparado es el financiero, con crecimiento del 8,2% y alimentando peligrosamente un “consumo al debe”, mientras la superintendencia financiera les otorga plazo hasta el año 2024 para ajustarse a los requerimientos de solvencia patrimonial exigidos por Basilea III y que actualmente incumplen peligrosamente.
En este impulso de consumo, llama la atención el gasto del Gobierno, con un crecimiento del 3.5%, mostrando que eso de la austeridad no es la política predominante: se puede comprobar con los suntuarios gastos de publicidad de entidades como el Ministerio del Deporte o Findeter. Si Findeter no atiende al público por ser una “banco de segundo piso” ¿Que imagen busca lavar con tanta propaganda?
Desafortunadamente esta demanda de bienes importados, alimentada con crédito bancario y el derroche gubernamental, no está siendo satisfecha con producción nacional. La industria manufacturera solo crece 1,5%, el sector agropecuario con un flojo 2,6% y el sector minero apenas 1%. Al mismo tiempo la construcción se desploma en 2,6% y el sector de comunicaciones cae 0,6%. Si estos sectores representativos de la oferta interna y generación de empleo no se recuperan el mercado laboral tampoco va a recuperarse de su permanente destrucción de puestos de trabajo. No importará que paupericen el salario mínimo.
La Ley de Financiamiento fracasó en su promesa de generar crecimiento por el lado de la oferta y producción interna para que usara mas mano de obra local y de los 1,6 millones de inmigrantes venezolanos que, afortunadamente, han aportado con su consumo para este crecimiento de corto plazo basado en la sola demanda. De no corregirse el rumbo, este flojo crecimiento se desinflará rapidamente, enardeciendo aún mas a un país que este gobierno ha envenenado con su polarización y arrogancia.
@jrobertoacosta1; [email protected]
