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La democracia colombiana está en riesgo

Eduardo Lora
25 de mayo de 2025 - 05:06 a. m.
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Colombia, a pesar de su larga tradición de elecciones populares, enfrenta una crisis democrática silenciosa pero profunda. El capítulo seis de mi libro Los colombianos somos así revela un preocupante declive en el apoyo a las instituciones y la tolerancia política, poniendo en riesgo la estabilidad del sistema. No se trata de una simple crisis de gobierno, sino de una erosión de las bases mismas de la democracia representativa.

Según las encuestas de LAPOP, los colombianos llevamos más de dos décadas perdiéndole el respeto a las instituciones de las que depende el buen funcionamiento de la democracia. La falta de confianza en las instituciones es generalizada, afectando a todos los niveles del gobierno. Los partidos políticos se encuentran en el último lugar de la escala de credibilidad, seguidos por las elecciones, las alcaldías, la Presidencia y el Congreso. Este descrédito institucional no distingue entre estratos sociales, aunque es ligeramente más pronunciado entre las mujeres, las personas con mayor educación y en los estratos sociales más altos. Paradójicamente, la legitimidad del sistema es mayor en los estratos más bajos y entre quienes se interesan por la política. Sin embargo, incluso en estos grupos, la confianza ha disminuido.

Todo esto es alarmante. Sin embargo, la situación se agrava al analizar otras variables. La encuesta de 2023 revela una baja puntuación (en una escala de 1 a 7) en la percepción de apoyo al sistema político (4,1), en el orgullo que los colombianos sienten por el sistema democrático (3,6) y en la medida en que consideran que protege los derechos básicos de los ciudadanos (3,3). En otras palabras, una porción significativa de la población ya no percibe que el sistema democrático sea legítimo ni justo.

La erosión de los cimientos de la democracia se manifiesta también en la falta de tolerancia política. La tolerancia consiste en aceptar el disenso en asuntos políticos y en respetar a quienes critican al gobierno de turno. Gradualmente, esto se ha perdido durante las dos últimas décadas.

Cuando el grueso de los electores considera que el sistema democrático no es legítimo y han perdido la tolerancia política, es muy probable que estén dispuestos a aceptar al autoritarismo. Es lo que puede estar ocurriendo en Colombia.

La erosión de las bases democráticas no es un fenómeno coyuntural: ha ocurrido en forma casi continua desde 2004. La combinación de baja legitimidad y baja tolerancia ha aumentado del 19 % del electorado a más del 40 % en la actualidad. Como concluyo en el libro, “esto significa que el futuro de la democracia en Colombia está en riesgo, como quizás nunca, porque una parte importante del electorado puede estar dispuesto a aceptar que el Gobierno tome represalias o acuda a tácticas ilegales para acallar o debilitar la oposición, o trate de impedir el adecuado funcionamiento de instituciones esenciales para la democracia, como son el Congreso, los partidos, el sistema judicial y los órganos de control del Ejecutivo”.

Apuntalar las bases de la democracia en este momento es la mayor responsabilidad que tienen los dirigentes políticos, los líderes gremiales y las autoridades judiciales del país. Las élites deben unirse para demandar transparencia, no solo del Gobierno, sino también de los líderes políticos de todas las tendencias. También deben unirse para defender la independencia y eficacia de las instituciones judiciales y de control. Para ganar el respaldo de la ciudadanía, es fundamental que las élites políticas y económicas apoyen todos los espacios de diálogo y discusión política constructiva y exijan el respeto de las más diversas opiniones, incluyendo las que son contrarias a sus propios intereses e identidades.

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Fabio Enrique Velásquez Carrillo(40966)26 de mayo de 2025 - 01:04 a. m.
O sea, ¿este país debe acudir de nuevo a los políticos y a los empresarios para salvar la democracia? ¿En qué mundo anda este columnista? Si son esas élites políticas y económicas las que construyeron la democracia que tenemos, recortada, excluyente e injusta. Por eso es que la gente no cree en ellas. Señor Lora, deje de dar tanta lora sin sentido!
Teocrato Siracusa(a6w66)26 de mayo de 2025 - 12:51 a. m.
El congreso (como las Cortes ) fue capturado por intereses economicos hace mas de 30 anos. Alla no se discute nada en favor de la sociedad, sino como apropiapiarse de los poco que queda, agua, bosques, aire....deberiamos votar entonces para elegir quien sea el presidente de Aval, de Bancolombia, de Nutresa, de Colpatria, de Manuelita etc y de ese paraempresariado voraz y violemto.
Amaranto De Jesús Daniels Puello(v8lb8)25 de mayo de 2025 - 11:53 p. m.
Que podemos esperar de tres décadas de implementacion del modelo neoliberal en su variante de capitalismo salvaje y extractivista. Al parecer este columnista vive fuera del país.
Luis Fernando Marin Molina(03333)25 de mayo de 2025 - 08:09 p. m.
No es solamente a las élites políticas y económicas a las que hay que llamar para buscar soluciones a los múltiples problemas que tiene el país desde hace doscientos años, se le olvida, que si no se convoca a toda la sociedad y estamentos civiles, no habrá solución posible ni paz en todo el territorio nacional.
Sergio Henao(3490)25 de mayo de 2025 - 06:10 p. m.
¿Cómo? ¿ahora apenas se dio cuenta de que está en riesgo? ¿pero de cuál democracia habla? ¿Hubo alguna vez democracia en este platanal? ¿En serio? La de un país cuyo 90 % de la riqueza está en manos del 7% de su gente? ¿La que legisla para los gremios y las corporaciones y no quiere soltar sus privilegios y sus lazos para el saqueo continuado de la bolsa estatal? No leí su columna, pero con un titular así es dudoso que pueda ofrecer alguna idea sensata.
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