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El diario El Tiempo, que suele disfrazar causas ajenas al periodismo con el ropaje de “investigación” y “exclusivas”, tituló un artículo así, el pasado viernes: “Caso Uribe: hermano de señalado ‘testigo estrella’ accede a declarar desde EE. UU. ¿Lo va a desmentir?”. La pregunta, poco sutil, develaba la intención real de la supuesta noticia. De acuerdo con su texto, ese periódico “estableció en primicia que una persona que la Fiscalía ya interrogó pero que no ha subido al estrado de manera pública, accedió a hablar pero en audiencia virtual”. Frase tan enrevesada servía para llegar al punto que interesaba al inductor de la nota, el objetivo de “la primicia”: “Se trata de Óscar Monsalve Pineda, el hermano… del testigo (contra el expresidente Uribe en el juicio que enfrenta por el delito de soborno a testigos) Juan Guillermo Monsalve…” (ver). En conclusión, el llamativo interrogante “¿lo va a desmentir?”, referido al pariente de Juan Monsalve, es eficaz en la estrategia de los abogados del jefe político de destruir la credibilidad del testigo que se ha mantenido indemne desde el año 2011, cuando empezó a entregar sus declaraciones sobre los supuestos nexos del exmandatario y otros personajes con grupos paramilitares en un caso mucho más grave que el de la compra de testimonios falsos. 14 años transcurridos desde entonces, constituyen, no obstante, una señal de la solidez de su historia. Por eso, los apoderados del exmandatario deben considerar vital su pretensión de demostrar que Monsalve miente o, al menos, que ha sido inconsistente.
Hasta hoy, no lo han conseguido. Pero, ¿quiénes mejor que el papá y el hermano del testigo para darle esa impresión a los colombianos y a la juez del actual proceso? Sin embargo, hay un obstáculo gigantesco con el que, tal vez, no han contado: la memoria judicial con sus expedientes, grabaciones, declaraciones y demás pruebas que están ahí, en los archivos de los juzgados desde hace una década y más. Esa memoria impediría los propósitos del grupo jurídico y extrajurídico del expresidente de engañar a la fiscal Marlene Orjuela y a la falladora, juez Sandra Heredia, con las falsedades recicladas de declarantes como Óscar Monsalve papá, Óscar Monsalve hijo, abogados de oficio, amigos, políticos, aliados y socios del procesado, muchos de los cuales ya han sido señalados por la Corte Suprema y otros tribunales como sospechosos de mentir para favorecer al hacendado antioqueño Uribe. De todos modos, la fiscal y la juez han permitido la confusión de dos casos con las declaraciones remontadas: el primero se cerró en 2018, en la Sala Penal de la Suprema, con el fallo en que absolvió al senador Iván Cepeda (radicado 38451); y el segundo, que todavía está abierto, es el que vemos todos los días, en directo, en contra del expresidente (radicado 52240). Pues bien, las personas que la defensa del exmandatario ha puesto hábilmente a declarar ahora, ya lo hicieron en el caso Cepeda y, pese a que la corte compulsó copias en su contra por sus evidentes engaños y contradicciones, “reabrieron” sus acusaciones contra el senador como si el enjuiciado fuera él y no Uribe Vélez.
Pero hay un pequeño detalle jurídicamente incontestable: Cepeda fue declarado inocente hace siete años por la Corte Suprema de los delitos que le endilgó el propio Uribe en 2012, y de las afirmaciones perversas que hicieron entonces y repiten hoy los Monsalve papá e hijo, y los exparamilitares presos que desfilan en las audiencias en que se juzga al expresidente. No hay inocencia ni ignorancia periodística cuando El Tiempo se pregunta: “¿Lo va a desmentir?”. Basta con leer el fallo del año 2018 y escuchar las grabaciones de las conversaciones telefónicas interceptadas a los Monsalve y a otros más, por orden de la Corte desde 2015, para concluir que los familiares de Juan Guillermo Monsalve y demás colegas de estrado fueron preparados para decir, bajo juramento, la versión que interesaba al exmandatario. Trascribo un extracto de uno de los cuadernos de la investigación en que constan decenas de indicios de la manipulación de los testigos de Uribe por parte de este y de sus amigos, entre estos, el finquero Juan Guillermo Villegas, viejo socio, aliado y par de negocios del expresidente: página 347. Síntesis de una llamada entre Villegas y Óscar Monsalve hijo; septiembre 04, 2015. 9:52 a.m. Duración de la llamada: 5 minutos, 2 segundos. JV (Juan G. Villegas) llama a OM (Óscar Monsalve hijo); le dice que lo van a llamar unos investigadores, “que es decir lo mismo, que usted declarará acá en Medellín con su abogado, lo mismo de hace tres o cuatro años. Que diga ‘yo declaro ante un fiscal con mi abogado. Es para darle final a todo eso’. JV dice que a Martha también la van a llamar, es lo mismo que cuando declaró Óscar viejo; que cuando lo citen, le avisen y acá se prepara todo” (ver). Decenas y decenas de evidencias como la que se lee aquí, existen en el expediente que terminó con la absolución de Cepeda y la apertura del proceso Uribe. La defensa del expresidente no lo desconoce. Pretende hacerlo y, al parecer, le está funcionando por el desconcierto que se nota en las audiencias y por la complacencia de unos medios.
