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La transfobia del dicho al hecho

Catalina Ruiz-Navarro
24 de abril de 2025 - 05:05 a. m.
“La fiscalización del género comienza por las personas trans, pero viene por todas, todos y, por supuesto, todes”: Catalina Ruiz-Navarro.
“La fiscalización del género comienza por las personas trans, pero viene por todas, todos y, por supuesto, todes”: Catalina Ruiz-Navarro.
Foto: El Espectador - José Vargas
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La semana pasada, la Corte Suprema del Reino Unido emitió una sentencia que define que los términos “mujer” y “sexo” en el Equality Act (una ley que, en 2010, consolidó las leyes antidiscriminación por “edad, discapacidad, género, raza, religión, orientación sexual, matrimonio y unión civil, embarazo y maternidad”) debían entenderse como “biológicos”, es decir, que mujer se referirá solo a las mujeres cisgénero y que sexo solo se referirá a los genitales. El resultado es gracias a un litigio estratégico financiado por, ni más ni menos, que la millonaria escritora J. K. Rowling, quien ha dedicado sus últimos años a perseguir y discriminar a las personas trans. La escritora celebró esta victoria de la transfobia con un puro y un whisky, y con ella, feministas transexcluyentes de todo el mundo —incluido Latinoamérica—, celebraron también.

Celebraron las mismas feministas transexcluyentes que unos días antes se lamentaban por el asesinato y tortura de Sara Millerey González Borja, una mujer trans colombiana, víctima de un transfeminicidio lleno de sevicia. El crimen contra Sara Millerey fue tan atroz que hasta las terfas tuvieron que repudiarlo; eso sí, no perdieron la oportunidad de malgenerizarla. Las feministas transexcluyentes, que dedican buena parte de su vida a difundir ideas transfóbicas de forma intencionada, dicen que no ven la relación entre sus discursos de odio, lo que acaba de suceder en el Reino Unido, y los transfeminicidios, pero todas estas cosas tienen en su raíz la misma discriminación, solo que esta se expresa en el discurso, en la ley y en la violencia física. Lo que nos urge entender es que discriminación es discriminación.

La transfobia es un discurso peligroso porque el empeño en perseguir los derechos de las personas trans es una forma de fascismo, ¡por eso les encanta a los líderes autoritarios! En una columna para The Guardian (“Why is the idea of ‘gender’ provoking backlash the world over?”, 23 de octubre de 2021), la filósofa Judith Butler comenta que estos grupos nacionalistas quieren construir naciones basadas en “la supremacía blanca, la familia heteronormada y la resistencia a cualquier cuestionamiento crítico de las normas que claramente han restringido libertades y puesto en riesgo las vidas de tantas personas”. El terfismo, en su raíz, también tiene mucho que ver con el sentimento antinmigrante, como dice la feminista Sophie Lewis: “Lo que quieren [las feministas transexcluyentes] es reforzar los bordes, volver a la discriminación sexuada como parte del proyecto MAGA”.

Los comentarios transfóbicos en redes sociales y fuera de ellas, en las conversaciones informales e institucionalizados en forma de ley, hacen parte de un continuo de discurso de odio que deshumaniza a un grupo vulnerable, las personas trans, y al hacerlo normaliza y justifica la violencia. La fiscalización del género comienza por las personas trans, pero viene por todas, todos y, por supuesto, todes. Además de ser el comienzo de una deshumanización escalonada que ya incluye a otros grupos como les migrantes, refuerza y refrenda el poder de gobiernos fascistas y autoritarios; por eso la transfobia está de primera en la agenda de Milei, de Bukele y de Trump. No podemos seguir negando sus consecuencias.

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David Valencia Cuellar(0vhxw)26 de abril de 2025 - 12:51 a. m.
Bien enrevezadas las columnas de doña Catalina......
OS GRDP(42236)24 de abril de 2025 - 06:58 p. m.
Impresionante florecimiento de la TERFobia. Peca doña Catalina de falacias que van y vienen asumiendo que la Biblia de Butler debe ser el libro sagrado en el que todas tenemos que creer. Por supuesto que las personas Trans merecen protección como personas Trans; asimilarlas a mujeres u hombres no las beneficia.; si van al urólogo o la ginecóloga eso no cambia su identidad; ¿si las mujeres biológicas desean baños exclusivos por su seguridad, quiénes tienen el derecho de negarles sus miedos?
Mar(60274)24 de abril de 2025 - 06:38 p. m.
Son transgénero y como tales las respeto y apoyo sus luchas pero las luchas de las mujeres no son las mismas que las de las mujeres transgénero, el punto en común que compartimos es el odio a lo femenino, pero nuestra lucha no es la misma.
Mar(60274)24 de abril de 2025 - 06:33 p. m.
No es discriminación, pero no creo seguro q al baño de mujeres entren mujeres transexuales, cuando ésta es muy conocida tal vez si, pero. conociendo a muchos machos, algunos serían cap de vestirse como mujeres y engañar para tener a los baños de mujeres para espiarlas o hasta violarlas. Creo q el fallo iba encaminado a eso. Tampoco estoy de acuerdo en q mujeres cis género compitan en deportes con mujeres transgénero porq las mujeres Cis estarían en desventaja y no es discriminación.
PEDRO CASTIBLANCO REYES(85266)24 de abril de 2025 - 05:00 p. m.
mujer con mujer, hombre con hombre , y en sentido contrario
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