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El centro no es tibio…

Brigitte LG Baptiste
08 de mayo de 2025 - 05:05 a. m.
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Ni tampoco un lugar “equidistante”, ni un punto en el mapa desde el cual organizar el universo, aunque estas sean acepciones comunes de la palabra. En política, es más una condición de bisagra capaz de articular los debates que oscilan entre diversos extremos, en todos los cuales pueden obtenerse ideas innovadoras, pero que con frecuencia son difíciles o imposibles de ejecutar, salvo ejerciendo presiones o niveles de violencia inaceptables en una democracia o un Estado de derecho. Porque el centro, ante todo, es una manifestación del pensamiento democrático, que nunca permite que una propuesta totalitaria, sea la dictadura del proletariado o de alguna élite autodesignada, se imponga. En ese sentido, el centro a menudo se confunde con una tecnocracia, una istración de los procesos controversiales con actitud “higiénica” o pretendidamente científica, cosa que tampoco es: desde el centro se han inspirado revoluciones, solo que nunca propiciadas por la sangre, los abusos o la violencia, porque se sabe que ese péndulo solo profundiza las guerras y la miseria. El centro nunca expulsa opositores, nunca silencia la prensa, nunca sanciona cuestionamientos.

Decir por eso que el centro es tibio es no conocer la pasión por las libertades, especialmente la de los contradictores, el respeto al enemigo, la necesidad de encumbrar los debates y, en especial, reconocer que el reino de las ideas individuales, por geniales que parezcan, deben desvincularse del ego y el culto a la personalidad. En el centro no hay héroes arrebatados, pero sí pasiones sofisticadas, no necesariamente eruditas ni ilustradas, de cierta forma evitando apagar la vela que hay que ponerle a dios y al diablo, porque entre las dos hay luz suficiente para iluminar el camino de las decisiones complejas.

Se vienen elecciones llenas de discursos emocionados y emocionales, de oniciones y saetas que ven, no de un lado al otro, sino de todos contra todos. En el centro, por donde cruzan las saetas, hay quienes son capaces de leerlas antes de que continúen su curso hacia el contrincante y sacar de ellas un mensaje constructivo. Por eso, sólo desde el centro se puede articular una transición energética que garantice la salida de los combustibles fósiles, pero de manera concertada para que no colapse la economía; una transición alimentaria para reinventar los agroecosistemas del futuro sin imponer arbitrariamente los usos del suelo; una transición industrial para promover la innovación y el emprendimiento con propósito, no el darvinismo social que solo existe en las mentes llenas de estereotipos de los maleducados; una transición cultural que deconstruya y renuncie conscientemente al colonialismo y al racismo como criterios de organización política de la nación, pero que no caiga en el populismo de las subjetividades plenas, convertidas en derechos imposibles de controvertir sin caer en el desprestigio.

En el centro arde el fuego y desde allí invito a l@s colombian@s a leer, primero, la forma en que los diferentes actores de la política plantean la legitimidad de sus propuestas, y luego la calidad de su contenido. Una recomendación académica, cierto, pero para nada tibia: un buen profesor no es el que adoctrina, sino quien ayuda a ilustrar y llenar de contenido las distancias y los recorridos que potencialmente existen entre los extremos como un ejercicio enriquecedor de la acción colectiva. Con una visión ecosistémica queremos fortalecer multiversos, nunca uni-verso. Mucho menos, el panfleto con el cual estamos siendo gobernados estos últimos días…

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Omber(32074)10 de mayo de 2025 - 03:09 a. m.
Excelente descripción del Centro. Estaremos listos para él ? No me parece. Si dos líderes que lo representan en el país como Sergio Fajardo y Alejandro Gaviria no logran ponerse de acuerdo y sienten que no están en lo mismo, menos podrán dialogar con pares de la izquierda y/o derecha.
Olegario (51538)10 de mayo de 2025 - 02:15 a. m.
Sergio Henao(3490): Yo creo que el fanático es otro. En mi caso no creo en NINGÚN h p político, en NINGUNO, güevón! Usted sí es un puto mamerto, un mamerto petrista. Quién es el fanático, ahhh, ahhh, pendejo?
javier arlés(96673)09 de mayo de 2025 - 08:40 p. m.
Fajardo no tiene el carácter para enfrentar a unas oligarquías cada vez más atrincheradas en sus irritantes privilegios.
javier arlés(96673)09 de mayo de 2025 - 08:39 p. m.
¿Cómo hace el centro para lidiar con unas oligarquías que ni siquiera dejan devolver horas extras y rabiosamente opuestas al trabajo decente? ¿o que se oponen a renunciar al manejo oscuro y fraudulento de los recursos de la salud? Una propuesta de "centro" sería que se embolsillen solo $50 billones. Todo por la calle de en medio por donde es fácil escabullirse para renunciar a la ineludible batalla de frente contra las injusticias.
Sergio Henao(3490)09 de mayo de 2025 - 03:39 p. m.
¿Cuántos comentarios lleva ya en esta columna en esta y repite en otras el tal Olegato? Y aún niega ser bodeguero. Hay que ser caído del zarzo, que es lo mismo que imbécil.
  • Olegario (51538)10 de mayo de 2025 - 02:11 a. m.
    Y usted igual, hijueputica, o qué, el foro de este diario es de su propiedad o qué, pirobo? Mamerto infeliz y eso sí me disculpa la redundancia, chupa vergas petrista.
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