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Colombia no le puede dar más largas a la clasificación al Mundial que, dicho sea de paso, ya no representa un gran logro como antes. De diez competidores del continente irán seis de manera directa y el séptimo jugará un repechaje. Es decir, solo se quedarán por fuera tres.
Lo ideal era clasificar hace rato y con un rendimiento parejo, que no dejara mayores dudas, como pasó hasta la Copa América. Como esto se juega cada dos o tres meses, hay que recordar que el equipo de todos ajusta tres derrotas y un empate en las últimas cuatro presentaciones. De ser segundos casi toda la eliminatoria pasamos a ser sextos. Hoy tenemos el último cupo disponible y estamos por debajo de la mitad de la tabla. Lo bueno es que le llevamos cinco puntos a Venezuela, que tiene por ahora el cupo a repechaje. Parece lejano que nos alcance alguno de los que viene de atrás, pero más por su bajo rendimiento que por nuestras virtudes. Los venezolanos llevaban un año sin ganar un juego, lo hicieron y se metieron en la pelea. Ese es el pobre nivel.
En la cancha se ha visto confusión y desorden defensivo y es ahí en donde hay que mejorar como para ilusionarse con un buen Mundial. Y para eso hay que ganarle a Perú la otra semana, el mismo equipo que la última vez nos ganó en Barranquilla. Nosotros, tan dados a mirar por encima del hombro a los rivales aunque la realidad nos ha mostrado históricamente que somos de media tabla en el continente, tenemos que ver ese partido como una final.
Ya Lorenzo anunció después del juego ante Paraguay, en donde él también se vio confundido desde el banco, pese a que hasta hace un tiempo su brillantez para tocar el equipo fue una de las grandes virtudes, que llegó la hora de hacer cambios.
En cuanto a los nombres, no podrá contar con Camilo Vargas, recién operado, quien será valorado por un médico, pero difícilmente podrá estar, ni con Luis Díaz, suspendido. En el arco no hay problema. Montero, Ospina, Mier… los tres dan confianza. Para reemplazar a Díaz se puede pensar en enviar por izquierda, como extremo, a Arias y dejar por derecha a Juanfer acompañando a James de media punta. El delantero debería ser Durán y en una de estas nos sorprende llamando, y poniendo, a hombres que la están rompiendo como el lateral izquierdo Angulo en Independiente de Argentina o Marino Hinestroza, el extremo derecho de Nacional. De resto no muchas novedades en cuanto a nombres.
Los cambios tienen que ser de actitud en seguridad mental, concentración en los momentos límite y orden cuando se pierda la pelota. También, si es que es cierto que hay lucha de egos en el equipo, será necesaria una conversación entre jugadores para que recuerden que, como decía Di Stéfano, ningún futbolista es tan bueno como todos juntos. A Perú hay que ganarle como sea, después hablaremos del Mundial.
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