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Hace 12 años, una pareja de esposos, Alix Obando y Guver Bejarano, decidieron emprender un camino lleno de retos y sacrificios por amor a los animales. Así nació la Fundación Albergue Amar Huellitas en Anolaima, Cundinamarca, una organización que ha transformado la vida de miles de animales.
La misión de la Fundación es clara: ofrecer un futuro mejor a los animales que sufren ante la indiferencia humana. “Nuestra fundación nació del deseo de hacer una diferencia en la vida de aquellos seres más vulnerables. Los animales nos han enseñado que el amor y la compasión pueden transformar vidas”, asegura Alix.
La Fundación realiza rescates a nivel nacional, priorizando los casos más complejos y críticos. Se enfocan especialmente en animales viejos, enfermos, atropellados, y en aquellos que han sido víctimas de enfermedades como la desnutrición.
Amar Huellitas, también se ha convertido en un refugio para perritas y gatitas que, en muchos casos, llegan a sus instalaciones en un estado crítico, algunas incluso a punto de dar a luz o recién paridas.
“Cada vida importa para nosotros, y trabajamos incansablemente para darles una segunda oportunidad. Lo que hacemos es más que una labor, es una misión de vida. Los animales han sido víctimas de la indiferencia humana y por eso luchamos para que tengan una oportunidad de ser felices”, expresan con firmeza los fundadores.
A pesar del esfuerzo de Alix y Guver, una de las realidades más duras con las que se enfrentan es que los rescates no siempre se corresponden con el número de adopciones.
Aunque el abandono de animales puede ser más frecuente en ciertas temporadas, la necesidad de los servicios de rescate y rehabilitación es constante. Por lo que, muchas veces, las adopciones no siguen el ritmo. Esto implica que muchos de los animales que llegan a la fundación permanezcan durante largos períodos esperando un hogar.
Proceso de adopción riguroso
La Fundación Albergue Amar Huellitas se distingue por su proceso de adopción. Alix y Guver explican que no solo buscan que los animales sean adoptados, sino que se aseguran de que las personas que estén preparadas para brindarles un hogar seguro y amoroso.
“No queremos que nuestros peluditos vuelvan a pasar por situaciones de abandono o maltrato. Por eso, nos tomamos el tiempo necesario para evaluar a los adoptantes y asegurarnos de que estén listos para ofrecer el cuidado y amor que merecen”, afirman.
Este proceso exige paciencia, pero es fundamental para garantizar que los animales tengan un futuro feliz y saludable. Esto, es esencial para el bienestar de los animales de compañía y también para la educación de la comunidad en cuanto a la responsabilidad de adoptar.
El financiamiento y la lucha por obtener recursos
Uno de los mayores retos a los que se enfrentan es el financiamiento para mantener el albergue. A pesar de que se sostiene gracias a la generosidad de personas que comparten su pasión por el bienestar animal, los recursos siempre son limitados. “No es fácil recolectar fondos, pero contamos con el apoyo incondicional de nuestros benefactores, que aunque no son muchos, son verdaderamente especiales para nosotros”, aseguran.
Para generar ingresos y poder cubrir los costos de atención de los animales, organizan diversas actividades, como rifas, ventas de productos para mascotas y plantas decorativas. Estos esfuerzos les permiten seguir adelante, pero también son conscientes de que siempre hay una constante lucha por conseguir más apoyo.
Actualmente, alrededor de 300 animales habitan en el albergue, lo que representa un trabajo que no tiene descanso. Alix y Guver destacan que esta labor requiere dedicación total, y por ello, su vida gira en torno a la Fundación. “Es un trabajo de 24 horas al día, 7 días a la semana”, comentan.
Aunque ellos son el equipo principal, también cuentan con el apoyo incondicional de sus hijos, quienes han sido parte fundamental de esta aventura desde el comienzo.
A lo largo de su trayectoria, la Fundación Albergue Amar Huellitas ha dejado una huella en las vidas de muchos animales y personas. Su trabajo no solo ha transformado las vidas de las mascotas rescatadas, sino que también ha educado a la comunidad sobre la importancia de la adopción responsable y la lucha contra el maltrato animal.
Aunque los desafíos siguen siendo grandes, Alix y Guver siguen adelante con la esperanza de continuar brindando una vida mejor a aquellos que más lo necesitan. “Cada rescate, cada adopción es una victoria. Y cada vida salvada es una razón más para seguir luchando”, afirman con determinación.
A través de la generosidad de sus seguidores, la dedicación de sus fundadores y el esfuerzo continuo de todos los involucrados, continúan adelante, trabajando para hacer del mundo un lugar mejor para los perros y gatos que tanto lo necesitan.
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