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Con apenas un año y medio de vida, Flora, una perrita criolla, ya conoce lo peor y lo mejor del ser humano. Fue atropellada y arrojada desde un puente, una doble agresión que puso en riesgo su vida. Sin embargo, fue rescatada por un grupo de voluntarios que la encontraron malherida y decidieron brindarle una nueva oportunidad.
Tras un proceso de recuperación física y emocional, Flora se encuentra completamente sana, esterilizada, vacunada y lista para ser adoptada. De tamaño mediano-pequeño, es una perrita alegre, juguetona y con un carácter afectuoso, a pesar del sufrimiento que ha enfrentado.
La Fundación Rocky, que lidera su proceso de búsqueda de hogar, hizo un llamado a las familias interesadas en adoptar con responsabilidad. “Flora no solo necesita una casa, necesita un compromiso de amor y cuidado para toda la vida”, señalan desde la organización.
Las personas interesadas pueden descargar el formulario de adopción en la cuenta de Instagram @rockyadopcion. Flora espera no solo un techo, sino un hogar donde pueda dejar atrás el abandono y comenzar una nueva historia.
Cabe recordar que la tenencia responsable de animales de compañía implica mucho más que brindar alimento y vivienda. Significa asumir un compromiso a largo plazo con su bienestar físico y emocional, incluyendo cuidados veterinarios, socialización, espacio adecuado y, sobre todo, respeto. Adoptar un animal no debe ser una decisión impulsiva, sino un acto consciente que considera las necesidades y derechos del animal como ser sintiente.
El maltrato, en cualquiera de sus formas: abandono, golpes, negligencia o explotación, no solo es moralmente inaceptable, sino que está penado por la ley en Colombia. Los animales sienten miedo, dolor y apego, y someterlos a violencia o descuido es un reflejo de una sociedad que aún debe avanzar en empatía y educación.
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