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Sacar a pasear al perro es una de las responsabilidades básicas que conlleva tener un animal de compañía. Estos momentos no solo son esenciales para su salud física y mental, sino que también representan una oportunidad para reforzar el vínculo con su tutor. Sin embargo, aún es común ver en espacios públicos a perros caminando sin correa, lo que representa un riesgo tanto para la comunidad como para el propio animal.
Permitir que un perro circule libremente, sin collar, puede ocasionar situaciones peligrosas: accidentes de tránsito, enfrentamientos con otros perros, sustos a peatones, o incluso que el animal se pierda. Para prevenir este tipo de altercados, el Código Nacional de Policía y Convivencia, establece normas respecto al manejo de animales de compañía en lugares públicos.
Según el artículo 117, en el espacio público, esto incluye vías, trasporte y lugares abiertos al público, ”los ejemplares caninos deberán ir sujetos por medio de traílla y, en el caso de los caninos potencialmente peligroso, además irán provistos de bozal y el correspondiente permiso, de conformidad con la ley”.
En este sentido, la sanción por pasear a un perro sin correa puede variar según el comportamiento del animal y el contexto del caso. En general, si se trata de un perro de raza pequeña que no representa un riesgo evidente, las autoridades podrían emitir solo una advertencia. Sin embargo, cuando se trata de razas consideradas potencialmente peligrosas, como pitbull, rottweiler, bull terrier o doberman, las regulaciones son más estrictas y las sanciones suelen ser más severas.
En estos casos, la ausencia de correa y bozal puede derivar en una multa tipo 2 o 3, que equivale a montos entre los $261.000 y los $522.000.
Otras razones por las que podría ser multado al tener una mascota:
- No recoger el excremento de los animales y no depositarlo adecuadamente.
- Permitir que los caninos esparzan desechos y basuras en el espacio público.
- Incumplir las disposiciones para el albergue de animales.
- Tolerar, permitir o inducir por acción u omisión el que un animal ataque a una persona, a un animal o a bienes de terceros.
- Entrenar ejemplares caninos para su participación en peleas como espectáculo, para la agresión de las personas, a las cosas u otros animales.
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