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Durante dos largos días, Brandy, un gato naranja, quedó atrapado a 20 metros de altura, enredado entre las ramas de un árbol en la Ciudad de México. Su situación movilizó no solo a sus dueños y vecinos, sino también a bomberos y expertos en rescate animal que hicieron todo lo posible para devolverle la libertad.
La angustia creció en la comunidad y en redes sociales, donde imágenes y videos del pequeño felino se viralizaron, generando una presión ciudadana para actuar rápido. Fue gracias a esta difusión que la Brigada de Vigilancia Animal y los bomberos se enteraron de la emergencia y organizaron un operativo para poner a salvo al Brandy.
El 17 de mayo, fue el día del “gran operativo”. Equipados con el conocimiento y las herramientas adecuadas, la brigada realizó un rescate en rápel desde el noveno piso de un edificio cercano. Uno de los rescatistas descendió con cuidado, aseguró a Brandy dentro de una bolsa especial y lo bajó sano y salvo.
La acción coordinada entre vecinos, medios y cuerpos de emergencia permitió que Brandy recuperara su libertad y volviera a casa. Esta historia no solo destaca el valor del trabajo en equipo, sino también cómo la solidaridad puede salvar vidas, incluso la de los gaticos más curiosos e intrépidos.
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