El plan de fuga de “Pipe Tuluá” y la crisis por su posible extradición a EE. UU.

Alias "Pipe Tuluá", máximo líder de la banda La Inmaculada, de Tuluá (Valle del Cauca), tuvo que ser trasladado de la cárcel La Picota a una estación de Policía por seguridad.

Foto: Policía Nacional

De nuevo el nombre de Andrés Felipe Marín Silva, más conocido como alias “Pipe Tuluá”, sacudió el tapete de la seguridad y el orden público en Colombia. Esta vez no es por cuenta de alguno de los más de 30 crímenes en los que la justicia probó su responsabilidad en 2022. Tampoco por las acciones de La Inmaculada, la banda criminal dirigida por él y que durante años ha causado terror en el Valle del Cauca. Ahora la razón es su extradición a Estados Unidos y la posible existencia de un plan para fugarse de la cárcel, antes de esa diligencia.

En la mañana del miércoles 4 de junio empezó a correr la versión de que alias “Pipe Tuluá”, máximo líder de la banda La Inmaculada y condenado en marzo de 2022 a 30 años de prisión, sería extraditado a solicitud de la justicia norteamericana. El hombre estaba recluido en la cárcel La Picota, de Bogotá, donde pagaba la pena impuesta por su responsabilidad en 39 homicidios, siete tentativas de homicidio, entre otros delitos. Luego se supo que había sido trasladado a la estación de Policía de Los Mártires, en la capital.

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Fuentes cercanas al trámite de extradición del líder de La Inmaculada le dijeron a El Espectador que la verdadera razón de su traslado del penal fue la información obtenida por las autoridades sobre la existencia de un plan para que se fugara de la cárcel. La banda criminal liderada por “Pipe Tuluá” habría sido la encargada de fraguar la idea y de recoger aproximadamente $800 millones para entregar sobornos y hacer pagos a personal que permitiera su salida de la cárcel.

“A él lo sacan de La Picota por el pedido de extracción de Estados Unidos y, además, porque había información sobre un posible plan de fuga. La Inmaculada habría recogido unos dineros para varias acciones, que incluían sobornos, pagos para la fuga y movimientos”, señaló una de las fuentes. El dinero, según se sabe hasta el momento, sería producto de extorsiones a empresarios, ganaderos, comerciantes y transportadores del Valle del Cauca, que han sido blanco constante de las acciones de esa organización ilegal.

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A la cabeza del plan habría estado el propio “Pipe Tuluá”, quien además habría seguido delinquiendo desde La Picota. Algunas fuentes señalaron que las autoridades tendrían pistas sobre sus nexos con narcos invisibles, líderes del Clan del Golfo e integrantes de las disidencias de las Farc; de allí el pedido de extradición de Estados Unidos, por delitos relacionados con narcotráfico. Pese a esos señalamientos, las autoridades aún no se han referido directamente al actuar delictivo de este hombre, pero sí sobre la nueva crisis de seguridad que desató en el Valle del Cauca la noticia de su extradición.

Se encienden las alarmas en Tuluá

La noticia del pedido de extradición del líder de La Inmaculada desató una serie de acciones violentas en el Valle del Cauca. Especialmente en Tuluá, el municipio donde ha estado centrada la acción de ese grupo delincuencial. Las autoridades tuvieron que decretar un toque de queda entre las 6:00 de la tarde del miércoles 4 de junio y las 6:00 de la mañana de este jueves, para proteger a la ciudadanía de los ataques perpetrados por grupos ilegales.

Sobre las 3:40 de la tarde del miércoles, cuatro vehículos fueron incinerados de forma simultánea en Tuluá; tres de los cuales eran taxis. Según informaron las autoridades regionales, se sabe que uno de los carros estaba estacionado cuando hombres desconocidos le prendieron fuego. En otro caso, hombres armados detuvieron el taxi, obligaron al conductor a abandonar el vehículo y luego lo incineraron.

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También hubo reportes de ataques con tatucos y artefactos explosivos improvisados en contra de locales comerciales del municipio. Además, un panfleto de una organización autodenominada como Muerte a Guardianes Opresores (Mago) empezó a circular por el municipio, anunciando una arremetida violenta en contra de funcionarios del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec). “Iniciaremos acciones armadas en contra del Inpec, debido a los traslados injustificados de nuestros guerreros y hermanos”, se lee en la misiva.

Ante esta situación, las autoridades regionales anunciaron que reforzarán la seguridad en Tuluá y en el Valle del Cauca. El alcalde de ese municipio, Gustavo Vélez, dijo a medios de comunicación que la Policía y el Ejército harán acompañamiento permanente allí. Negó que su istración esté adelantando cualquier tipo de diálogo con La Inmaculada y pidió más apoyo a instituciones del orden nacional. “Reconocemos que las cosas han mejorado, pero hay mucho trabajo por hacer. Es necesario que se sienta que se está aplicando la justicia contra quienes atentan contra la ciudadanía”, dijo.

Reaccionan las autoridades

En medio del revuelo y las alteraciones al orden público que generó la noticia de la posible extradición de “Pipe Tuluá” a Estados Unidos, el ministro de Defensa de Colombia, Pedro Sánchez Suárez”, dijo que estos actos violentos son una muestra del “desespero” de los aliados del líder de La Inmaculada, ante el pedido de extradición hecho por la justicia norteamericana. “Estos solo caben en la mente de aquellos que le quieren hacer daño a tulueños, vallecaucanos y colombianos”, dijo el alto funcionario.

Agregó que medidas como el toque de queda decretado en la noche de ayer por la Alcaldía de Tuluá, son claves para que la acción de Policía y Ejército sea más efectiva en el territorio. “Toda la Fuerza Pública se ha desplegado para garantizar la seguridad de los tulueños. (...) Colombia no se arrodilla, vamos a garantizar la seguridad”, dijo el jefe de la cartera de Defensa. Esto, tras una reunión en la que analizó la situación junto al general Carlos Fernando Triana, director de la Policía.

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Por su parte, el general Triana anunció que, además de reforzar la presencia de unidades de Fuerza Pública, se fortalecerán las capacidades de inteligencia e investigación criminal para identificar, individualizar y judicializar a los responsables de ataques a la población civil, como los taxis quemados en la tarde de ayer. También dijo que en municipios aledaños a Tuluá habrá despliegue de las autoridades, con el objetivo replegar la acción de organizaciones ilegales como La Inmaculada en toda la región.

“La Policía Nacional, sobre la orientación e instrucción del señor ministro de Defensa y en coordinación con las Fuerzas Militares, tiene unos dispositivos amplios en Tuluá y en los vecinos municipios del norte del Valle, a efectos de garantizar la seguridad”, dijo el general Triana.

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A ellos se sumó la gobernadora del Valle del Cauca, Dilian Francisca Toro, quien por medio de una publicación en su cuenta de X aseguró que las autoridades regionales apoyarán el trabajo de la Fuerza Pública para controlar la situación.

“Quienes hoy han sembrado terror y violencia con sus actos delictivos, deben saber que no escaparán de la justicia ni de nuestra firme decisión de recuperar a Tuluá del control delincuencial. Desde la institucionalidad estamos actuando con determinación y de forma articulada para restaurar el orden público, proteger a nuestra gente y transformar a fondo la seguridad”, señaló la gobernadora.

Lo que vendrá con la extradición

La solicitud formal de extradición de “Pipe Tuluá” por parte de Estados Unidos no solo tiene efectos sobre la situación de seguridad en la región. De paso, cierra una puerta de las que habían sido tocadas por el Gobierno Nacional, en el marco de la política de paz del presidente Gustavo Petro. Hace un año se supo que el líder de La Inmaculada estaba interesado en sentarse en una mesa para negociar la paz con el gobierno.

Incluso se comprometió públicamente a no ordenar muertes violentas durante un mes, develar la columna vertebral de su estructura a partir de un “inventario”, entregar al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) a los niños y jóvenes que tuviese en sus filas, y poner a disposición de las autoridades 80 armas, entre ellas 20 de largo alcance y un lanzacohetes.

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El gobierno lo escuchó y le ofreció un proceso de sometimiento, dado que la organización criminal que lidera no tiene fines políticos y no podría abrirse de manera formal un tablero de negociación de paz. Esa idea nunca cuajó y ahora, con “Pipe Tuluá” en calidad de extraditable y pendiente de los trámites que le darán vía libre a su envío a Estados Unidos, se cierra cualquier posibilidad de colaborar con la paz.

Por el contrario, las autoridades regionales tienen claro que con el líder de La Inmaculada en un avión rumbo a Estados Unidos, alias “Caregallo” y alias “Nacho” serían los dos hombres designados para relevar a “Pipe Tuluá”. Dos sujetos con trayectoria dentro de esa banda y quienes podrían seguir moviendo los hilos del narcotráfico y la criminalidad en el Valle del Cauca.

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