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El brutal asesinato de Sara González, en Bello, Antioquia, al parecer por ser mujer trans, sacudió al país esta semana aunque la indiferencia ante este tipo de crímenes es constante ¿Por qué cree que el ‘transfeminicido’ de Sara sí conmovió a la sociedad?
Los asesinatos que pueden estar motivados por discriminación, o como se les dice con mayor frecuencia, por odio, no solo buscan la muerte de una persona, en este caso, de Sara, sino que pretenden enviarles un mensaje a quienes se parecen a ella. Es una amenaza, por tanto, para atemorizar a otras personas LGBTIQ+. Lo dantesco y macabro de la tortura a la que fue sometida Sara, es el acto criminal en sí mismo pero también la idea de exponerla en público como parte de la estrategia que, al parecer, se trazaron quienes la asesinaron con el fin de producir esa respuesta. No obstante, este es uno de esos hechos que, por el horror mismo que produce, conmueve a un sector de la sociedad aunque silenciosamente reafirme el odio de otros sectores que terminan justificando el crimen. En cualquier caso, si estos crímenes no nos conmueven y no generan ninguna reacción, o somos asesinos o estamos muertos por dentro. ¿Por qué cree que los asesinos pudieron planear la exposición pública del cuerpo torturado y vejado de Sara?
Si aceptamos la hipótesis de que el crimen de Sara fue motivado por su identidad, y esta es, precisamente, la que produjo el rechazo de los perpetradores, es lógico que ellos pretendan utilizar el caso de su víctima para enviarles un mensaje a las personas de la comunidad trans. Los victimarios se proponen infundir miedo y afincar su poder y control en el territorio en que actúan. Es el uso instrumental del cuerpo.
Es muy pronto para que los investigadores puedan establecer las causas precisas del asesinato de Sara pero, de acuerdo con la experiencia de Colombia Diversa en 20 años de su existencia, ¿este feminicidio tiene características similares a las de los crímenes de odio que afectan a de las comunidades diversas?
Sí. De acuerdo con nuestros informes sobre muertes violentas de personas LGBTIQ+ en Colombia, el asesinato de Sara tiene varios indicadores que deberían orientar una primera hipótesis investigativa en que se considere que se trata de un crimen motivado por conductas discriminatorias o prejuiciadas, asociadas a su identidad de género como mujer trans. Existen muchos elementos comunes en los asesinatos de las personas trans y, como dije, se cumplen en el caso de Sara: el lugar donde la encontraron herida (un río); la cantidad desproporcionada de daño que le causaron a su cuerpo (no solo para asesinarla sino para torturarla); consumo de sustancias psicoactivas, amenazas previas, presencia en un lugar dominado por bandas criminales que controlan la vida social, cultural, económica de la zona y que consideran, junto con otros habitantes de esos sitios, que convivir con personas LGBTIQ+ es inaceptable.
Me llaman la atención dos de los indicadores que usted señala: el primero, la cercanía a un río. Estos lugares, ¿se usan para dejar abandonados los cuerpos de sus víctimas?
Es común que los crímenes de las mujeres trans ocurran en espacios públicos a diferencia de los asesinatos de personas homosexuales que suelen suceder en espacios privados o reservados. A las víctimas trans las asesinan en la calle o en otros lugares públicos y trasladan sus cuerpos a las afueras de las poblaciones o ciudades o a sitios solitarios: ríos, campos, potreros, debajo de puentes, etc. A Sara no debieron torturarla en el río en donde fue hallada: es muy probable que la hubieran trasladado a ese sitio.
En segundo lugar, usted señala la presencia de sustancias psicoactivas. Sara era consumidora, según se ha reportado ¿Los victimarios buscan a víctimas con esa condición para matarlas?
Sí. Los perpetradores suelen aprovechar condiciones como el consumo de sustancias psicoactivas, habitabilidad de calle, situación de migrantes y otras más, para atacar a sus víctimas porque son muy vulnerables. Pero esto no sucede únicamente entre las bandas. La Policía perfila, también, a personas con los mismos factores de fragilidad social a quienes sus agentes acostumbran a atacar. Son conocidos los casos de violencia policial en las calles de las ciudades grandes. Además de su vulnerabilidad, las mujeres trans no cuentan, casi nunca, con el apoyo de su familia de origen y se perciben como solitarias y sin redes de amigos.
Casi simultáneamente con el asesinato de Sara, se conoció en Bogotá la noticia sobre la condena, a 39 años, de un extranjero. Se le impone esa pena porque se probó que mató a un panameño. Pero la juez desestimó la agravación del delito porque no reconoció que ese homicidio y los de otros 4 homosexuales cometidos, según las evidencias, por el mismo individuo, era un crimen de odio ¿La justicia es, también, homofóbica y machista?
Si. Nuestra justicia sigue siendo machista. Ese que usted menciona, no es un caso aislado ni el victimario en cuestión es el primero que asesina a varias personas LGBTIQ+. A Sara la continuaron matando después del homicidio. Y a nosotros y nosotras nos han matado de muchas maneras, no solo quitándonos la vida: el profesional forense no afirma la identidad de género u orientación sexual de los cuerpos; la Policía no registra adecuadamente los casos; la alcaldía no reconoce el nombre identitario de la víctima; la fiscalía, aunque sabe que la víctima es LGBTIQ+, no incluye, como hipótesis de investigación, la posible discriminación de género (para acogerla o descartarla); los medios califican nuestras muertes como “crímenes pasionales” y banalizan el debate; los opinadores suelen culpar a la víctima; y las condenas no reflejan la gravedad de los crímenes.
¿Las nuevas generaciones son más igualitarias culturalmente hablando que las adultas? A veces pareciera que sí pero ¿también es verdad que se han conformado grupos de jóvenes extremistas que atacan, sobre todo en las noches, a los gais y trans?
Hay nuevas generaciones que están cambiando la cultura dominante. Pero es igualmente cierto que existen jóvenes que incentivan el rechazo y la violencia mediante las redes sociales como acaba de suceder con un influenciador de Antioquia a quien la Corte Constitucional ya sancionó. Él promueve, en sus sitios, el rechazo a las mujeres y a las mujeres trans con expresiones de violencia exacerbada y palabras soeces. Ese youtuber publicó expresiones de odio extremo como: “Lo enciendo a balín y le hago otros 17 huecos…” “Lo fulmino a balazos”… “Si mi hijo me salga trans (sic)… mi reacción va a ser apoyarlo… contra una pared para meterle un palo…”
De otra parte, y a pesar de estar prohibidas, ¿es verdad que en Colombia continúan ejecutando las “terapias de conversión” supuestamente para cambiar la orientación sexual diversa de unos jóvenes?
Sí. Conocemos casos de personas que han sido sometidas a esas “terapias” por sus padres o sus custodios. Hay un vacío legal en tanto que no hay regulación sobre la prohibición a aplicar ese tipo de tratamientos.
Así como los colombianos niegan ser clasistas o racistas, niegan ser homófobos. Según la experiencia de Colombia Diversa, ¿el rechazo a personas con diversidad sexual, es generalizado en esta sociedad?
Con cada chiste, cada acto de indiferencia ante las violencias contra la población LGBTIQ+, con discursos religiosos violentos y excluyentes y con las declaraciones de políticos que afirman que no vale la pena invertir recursos públicos en la lucha contra la discriminación, se está contribuyendo activamente a los asesinatos. También, cuando permitimos que circulen mentiras y desinformación como la idea de que somos personas enfermas que deben ser “curadas”, o que queremos “convertir a los niños en gais”. Incluso en los procesos legales se reproduce la discriminación con un efecto revictimizante. El año pasado, Colombia Diversa acompañó a un estudiante gay que fue expulsado de su colegio por defender los derechos de dos de sus compañeras que fueron víctimas de actos discriminatorios infligidos por las directivas.
¿Qué sucedió en ese caso?
El estudiante publicó, en sus redes, un video contando el caso de discriminación de las directivas contra unas compañeras que eran pareja. El colegio le canceló la matrícula argumentando que los alumnos no podían hablar mal de su centro educativo. Con el acompañamiento de Colombia Diversa, el perjudicado interpuso una tutela, la ganó y tuvieron que restituirle el cupo. Hace más de 30 años, la Corte ha establecido que en el país se garantiza el derecho a la educación de las personas LGBTIQ+. Sin embargo, siguen presentándose los actos de discriminación en los colegios, ya no por los estudiantes sino por las propias directivas.
En el discurso inaugural de su presidencia, Trump declaró que su gobierno solo reconocerá los géneros masculino y femenino ¿Cómo afecta a las comunidades diversas de ese país y del mundo esa política y otras similares anunciadas por él?
Cuando se niega apoyo técnico y financiero a las actividades para la inclusión y la diversidad, no solo de personas LGBTIQ+ sino también de las mujeres, las personas afro, los indígenas y migrantes, y cuando figuras como Trump y sus seguidores desprecian públicamente a nuestras comunidades, se crea un clima que deslegitima las vidas. Esto reduce la posibilidad de que se adelante el derecho al reconocimiento pleno como ciudadanos y fomenta la discriminación y la violencia incluyendo la letal. Este ambiente también legitima a los asesinos de Sara, y a otras personas que piensan lo mismo aunque lo hagan en silencio. Trump, con sus discursos, les ha dado licencia para matar, amparados en mentiras y desinformación, como cuando habló de la absurda historia de que una universidad gastaba dinero en producir “ratones transgénero”.
Las restricciones en la atención médica de afirmación de género, la exclusión de las competencias deportivas y de los cuerpos militares son tres consecuencias inmediatas de la orden de Trump ¿Ustedes se comunican con organizaciones de Estados Unidos similares? ¿Cuáles efectos han sentido?
Trabajamos con organizaciones de Estados Unidos, de la región y el mundo. Todas manifiestan su alerta frente al incremento de la violencia y los obstáculos para que personas trans reciban servicios de salud, entre otros. Se han evidenciado al menos tres estrategias amenazantes: la desinformación y generación de pánico, cambios normativos regresivos impulsados por los Congresos (Colombia no es la excepción) y limitaciones para las fundaciones privadas que apoyan el trabajo por la diversidad y la inclusión. Pero también hay que señalar la importancia de actuar y responder con alianzas fuertes de organizaciones y movimientos porque la cuarta estrategia es dividirnos.
La identidad de género que se escribe en los documentos oficiales como cédula, pasaporte y otros, es muy importante para quienes han cambiado de sexo. Sin embargo, Trump también ordenó revertir ese cambio y poner en el documento, el género que se le adjudicó a una persona al nacer ¿Cuáles son las consecuencias derivadas del hecho de que el pasaporte de una mujer aparezca con su nombre masculino, por ejemplo?
Las consecuencias son devastadoras. El reconocimiento legal de la identidad en los documentos no solo es clave, sino que también es el resultado de un proceso vital y profundamente humano. La negación expresa a reconocer el género de una persona conlleva humillación, violencia y limitaciones para el a otros derechos pues la identidad es la puerta de entrada de todo lo demás. Organizaciones trans como la Liga de Salud Trans, la Fundación GAAT y el Comité por la Ley Integral Trans en Colombia han venido alertando sobre los retrocesos que se viven a nivel global y la necesidad de reafirmar el reconocimiento legal explícito a la identidad y a otros derechos.
¿Las manifestaciones de protección a sus comunidades por parte del presidente Petro, ¿han sido útiles para aminorar la discriminación o ha producido el efecto contrario: la ha incentivado por oposición al actual Gobierno?
Creo que el Gobierno ha demostrado voluntad política incuestionable en cuanto a la protección de las poblaciones LGBTIQ+. No obstante, más que voluntad política, nos gustaría que esta se tradujera en hechos concretos, más allá del nombramiento de personas, la elaboración de documentos públicos, etc. En concreto, se requiere que el “Compes LGBTBIQ+” cuya primera reunión se realizó en diciembre pasado, tenga financiación y no tiene ninguna.
¿Ustedes elaboran estadísticas sobre las violaciones a los derechos de las personas LGBTIQ+? ¿los crímenes de odio en contra de las comunidades diversas son más numerosos que los que afectan a ¿otros grupos discriminados como los de mujeres, religiosos, raciales, étnicos o políticos?
Una de las debilidades del Estado colombiano es la carencia de sistemas de información con datos desagregados importantes para el estudio serio de este fenómeno como ocupación, nivel educativo, edad, etnia u otras particularidades. También existe un altísimo subregistro de casos y poco conocimiento de quienes manejan los sistemas. La ausencia de cifras es, en sí misma, discriminación o lo que se conoce como invisibilidad estadística.
En Colombia, entonces, ¿se desconoce todo o casi todo sobre los patrones criminales que afectan a la comunidad diversa?
En cuanto a los casos registrados por Colombia Diversa, lo que sí se ha demostrado con relación a las amenazas, la violencia policial y las muertes violentas asociadas a nuestra sexualidad o identidad, es que hay unos patrones comunes como que las principales víctimas de homicidios son hombres gay; después siguen los casos de asesinatos de mujeres trans, particularmente, en el Valle de Aburrá (área metropolitana cercana a Medellín), junto con Bogotá y Cali en donde se concentran la mayoría de los casos. Específicamente, el municipio de Bello (Ant.) en donde fue abandonado el cuerpo de Sara, ha sido señalado varias veces como un lugar de riesgo para las personas LGBTIQ+. Y se lo hemos informado a las autoridades.
Los llamados crímenes de odio como el que podría haber motivado el asesinato de Sara, ¿se asimilan a los delitos que se califican como crímenes de persecución?
Los crímenes de odio revisten una especial muestra de animadversión en el acto violento que, generalmente, se asocia con los delitos motivados por la discriminación por sexo, color de piel, origen u orientación sexual e identidad de género. En algunas legislaciones, estas formas de violencia se consideran delitos autónomos con agravantes penales si se concluye que un homicidio, por ejemplo, tuvo el componente discriminatorio. En Colombia, el delito de persecución se asocia con el hostigamiento o acoso pero en el derecho internacional se conocen como crímenes de persecución los motivados por discriminación en contextos de guerra; Colombia Diversa ha procurado que la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP, investigue casos de violencia de género que cometieron los actores armados del conflicto interno en contra de mujeres trans y, en general, de personas de las comunidades LGBTIQ+.
Pero, los dos tipos de crímenes, ¿confluyen en el mismo sentimiento de rechazo a la existencia de la diversidad sexual?
Sí. Ambos se basan en características de rechazo sobre las que existe un consenso social o cultural explícito como en los discursos religiosos o, incluso, leyes; o implícito, como sucede con creencias o prácticas según las cuales ciertos grupos poblacionales son inaceptables o de poco valor. Existen al menos dos modalidades en esos crímenes: mantener a una persona subordinada, en un lugar secundario, con menor valía y menores oportunidades, o eliminarla, borrarla, desaparecerla totalmente. Las personas LGBTIQ+ son víctimas de esas dos modalidades al punto de que muchos victimarios ni siquiera consideran que actúan de manera delictiva porque se sienten validados por el consenso social.
De acuerdo con los conocimientos que ha adquirido Colombia Diversa en sus veinte años de conformación, y pese a todos estos hechos violentos que se presentan, ¿se ha avanzado en el reconocimiento de los derechos de las personas diversas?
Ha habido muchos avances legales aquí: las personas trans pueden tener documentos acordes con su identidad; se ha dado protección a las familias diversas y a sus hijos; los migrantes LGBTIQ+ tienen derechos reconocidos; existen políticas, presupuestos funcionarios y funcionarias dedicados a trabajar contra la discriminación, y hay más apoyo de muchos sectores de opinión. Lo paradójico es que, a pesar de esos avances, la discriminación y la violencia no disminuyen. Según las cifras de Colombia Diversa, en el 2023 se registraron 159 homicidios contra personas LGBTIQ+ lo que muestra un incremento respecto del 2022 cuando hubo 148 hechos. Si comparamos con los registros de 2018 y 2019 cuando se reportaron 109 y 106 casos de homicidio respectivamente, el incremento es del 45,8%, Se registraron, además, 203 amenazas. Debido a la naturaleza discriminatoria de la mayoría de estos hechos cualquier incremento es muy sensible y debe preocupar.
“La minorías no somos las únicas afectadas: la propia democracia está en riesgo”
Las órdenes de Trump en cuanto a que solo se reconocerán los géneros masculino y femenino en Estados Unidos, se extenderán, en recorte de derechos, a otros países por el poder de Estados Unidos, según se calcula ¿Puede predecirse que crecerá, entonces, una nueva ola de odio contra las poblaciones LGBTIQ+ aquí y en el mundo?
Es muy posible que quienes se declaran en contra de los derechos de las personas LGBTIQ+ (gobiernos, políticos, religiosos, líderes en tecnología y comunicación, entre ellos) tengan nuevas fuerzas y financiamiento para actuar en contra del reconocimiento de nuestros derechos. Por eso resulta tan importante que protejamos nuestras instituciones; que sigamos fortaleciendo las alianzas entre movimientos y grupos. Pero sobre todo, que valoremos lo que se ha logrado, que reconozcamos a quienes lo han hecho posible y que mantengamos la esperanza. La igualdad de las comunidades LGBTIQ+ y de muchos otros grupos tradicionalmente discriminados en Colombia, ha sido el resultado del trabajo de muchas personas. Hay que cuidarla, porque las “minorías” no son las únicas afectadas: la democracia misma es la que está en riesgo.
Gran déficit de acciones preventivas para proteger a personas diversas
¿Su organización tiene identificadas rutas y sitios de riesgo para las comunidades diversas y, en consecuencia, ha creado protocolos de autoprotección?
Hay un gran déficit de acciones de prevención a pesar de que existen algunas estadísticas que señalan patrones de ocurrencia de estos hechos. Por ejemplo que, contrario a los lugares públicos en que se perpetran los asesinatos de las mujeres trans, los homicidios de gais suceden con mucha frecuencia en hoteles, sitios privados de encuentro y lugares de citas por aplicaciones, siendo la causa de muerte más común, la asfixia mecánica y que las ciudades en donde más se reportan homicidios de la comunidad son Cali, Medellín y Bogotá. En cuanto a la prevención por la que usted pregunta, no conocemos ninguna campaña que alerte sobre riesgos. Existe una mesa para examinar casos urgentes, liderada por el Ministerio del Interior a la que deberían asistir funcionarios de alto nivel pero quienes van, son delegados de menor rango que no tienen capacidad de decisión y que son rotados con frecuencia.
