
A Maiker Rafael Rico, conocido en la industria musical como Maisak, el vallenato le atravesó el alma desde pequeño, cuando escuchaba a su papá cantar los clásicos del Binomio de Oro en la sala de su casa. No fue solo el sonido del acordeón y la guacharaca lo que lo atrapó, también las historias que allí se narraban. Creció con las canciones que navegaban entre el amor y el despecho. Entre la profunda tristeza y la ilusión desenfrenada.
Su padre no era un cantante famoso, tampoco se dedicaba a nada que tuviera que ver con la industria. Solo era...