Dentro de una de las galerías con más tradición en Bogotá, una sala transporta a su audiencia a un plano alterno. Con un muro pintado de blanco y los demás de un tono azul verdoso, los cuadros que allí se alojan conducen a una exploración a través del color y la forma. Los seres representados son champiñones entre brumas que, a la distancia, parecen estar plasmados con pintura. Sin embargo, al acercarse, es posible identificar que fueron creados con lápices de color. La mente detrás de estos seres es la del artista caleño Miguel Böhmer.
Esta...

Por Andrea Jaramillo Caro
