Esta semana es el trigésimo quinto aniversario de la primera vez que Margarita García Robayo dejó su casa. Tenía diez años cuando sus padres le anunciaron que se mudarían. La noche antes de partir, lloró y talló en una baldosa una cruz y la fecha: 23/05/1990. Este episodio, contado por ella misma en “Mudanza”, un artículo publicado en el sexto número de la revista Casquivana, fue para ella el comienzo de una larga cadena de cambios de hogar, todos dramáticos, aunque unos más que otros.
Uno de esos tantos días en que la escritora...

Por Santiago Gómez Cubillos
