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Jóvenes iraníes se purifican bailando en las calles en la única noche que pueden hacerlo

Jóvenes iraníes celebraron este martes el ‘Chaharshanbe Suri’, una festividad zoroástrica de 3.000 años, saltando sobre hogueras y desafiando las restricciones del régimen islámico. A pesar de las advertencias de las autoridades, miles de personas se reunieron para bailar y cantar en las calles, aprovechando la que parece su única ocasión al año para expresar su libertad.

Jaime León
18 de marzo de 2025 - 08:24 p. m.
Tres mujeres con luces durante la celebración de la milenaria fiesta zoroástrica del 'Chaharshanbe Suri'.
Tres mujeres con luces durante la celebración de la milenaria fiesta zoroástrica del 'Chaharshanbe Suri'.
Foto: EFE - Jaime León
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Jóvenes iraníes bailaron, cantaron y saltaron sobre hogueras este martes en las calles en la milenaria fiesta zoroástrica del ´Chaharshanbe Suri´, en la única ocasión al año que pueden dar rienda suelta a este tipo de libertades en la República Islámica de Irán.

El 'Chaharshanbe uri' -la 'fiesta del miércoles' y 'miércoles rojo' en persa- es una festividad de purificación popular con 3.000 años de antigüedad, que se celebra el último martes del calendario iraní y es el primero de los festejos del año nuevo persa, Noruz, que comienza el 20 de marzo.

Se trata de un festival de origen zoroástrico y preislámico, en el que se salta sobre hogueras para purificarse, pero muchos jóvenes lo aprovechan para bailar y cantar en las calles, algo prohibido en la República Islámica de Irán.

“Hoy es nuestro día. Es el único día que se puede hacer algo así”, dice Medina, una joven barista de 18 años en el barrio de Saadat Abad de Teherán en medio de explosiones de petardos y bajo la luz de fuegos artificiales.

A su alrededor, cientos de chicos y chicas sin velo, juntos y revueltos, bailaban en público, algo prohibido para las mujeres, en un ambiente que no aprobarían los clérigos que rigen los destinos de Irán, en un signo de cambio de los tiempos. “Salimos a la calle a celebrar esta fiesta histórica. A pasar buen rato”, explica Medina.

Más dura se muestra Tanaz, una traductora de inglés de 38 años, quien asegura que “aquí (en Irán) está prohibida la felicidad”. “Como hay muchas prohibiciones, la gente aprovecha estas fiestas para disfrutar”, cuenta la mujer, que explota petardos sin parar y explica que se trata de un festival milenario.

No le falta razón, ya que el ‘Chaharshanbe Suri’ tiene raíces zoroástricas, la religión dominante en Persia antes de la llegada del islam, y se remonta a unos 1.700 años antes de Cristo.

En esta jornada se salta sobre hogueras para purificarse, porque en la tradición zoroástrica el fuego y la luz representan la bondad, y por ello se salta sobre el fuego para deshacerse de las cosas malas y pedir energía para el año nuevo.

También se hacen volar las llamadas “linternas del deseo” que al ascender al cielo con fuego en su interior cumplen los anhelos que se piden, según la tradición iraní. Todo ello, el carácter preislámico de la fiesta y las libertades que se toman muchos jóvenes, hace que las autoridades no vean con buenos ojos esta jornada.

El Poder Judicial iraní advirtió este mismo martes que “quien altere el orden y la paz pública con alboroto, tumulto o movimientos inusuales será condenado a prisión y latigazos”. Y la Policía llamó a la población a no lanzar petardos contra las patrullas.

Todos los años la festividad deja un alto número de víctimas por accidentes, por la manipulación de petardos y explosivos y en esta ocasión en los días previos a la fiesta murieron al menos seis personas y más de 600 resultaron heridas.

En 2024, al menos 15 personas fallecieron y más de 5.000 resultaron heridas en accidentes durante la celebración de la tradicional fiesta, un descenso pronunciado respecto a 2023 cuando hubo 27 muertos.

Por Jaime León

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