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¿Cómo arrancó su carrera en el automovilismo internacional?
Tenía 15 años y estaba corriendo karts en Brasil. Eso fue a finales de 2006. Fui a hacer unas pruebas a Inglaterra y, al mes y medio, me aron para ofrecerme un contrato para correr la Fórmula BMW. Tuve entrenamientos en diciembre de ese mismo año. Por irme perdí el campeonato que estaba liderando a falta de una o dos carreras.
¿Cómo se dio su llegada a la Renault 3.5?
Corrí fórmula BMW dos años y luego hice Fórmula 3 inglesa. Tenía las opciones de hacer la 3.5 o la GP2, que en esa época eran muy parecidas. Corrí contra Kevin Magnussen, que fue compañero mío en Inglaterra, y Carlos Sainz Jr. (hoy en la Fórmula 1). El nivel estaba muy fuerte. La experiencia fue buena y aprendí mucho. Lo único es que, sobre todo el primer año, tuve mala suerte en cuanto a fallas mecánicas.
¿Por qué cambió Europa por la IndyCar?
A finales de 2013 no sabía si iba a seguir, era un poco incierto. Estaba de vacaciones y me salió la oportunidad de hacer un test en Sebring, Florida. Me fue bien y Panther me ofreció un contrato, pero no llegamos a un acuerdo. Faltando 15 días para la primera carrera me llamó Dale Coyne, el dueño del equipo con el que finalmente corrí, y me dijo que tenía un asiento libre. Al comienzo el contrato era por carrera, pero como tuve buenos resultados quiso que corriera todo el año.
¿Cómo fue ganar el Gran Prix de Houston?
La carrera fue bastante complicada porque empezó lloviendo. En esa primera mitad no iba para nada bien, bastante lento. El setup que teníamos en lluvia no funcionaba, pero por fortuna el clima se empezó a secar bastante rápido. Se involucraron varias estrategias. Si uno se salía un poco o se desviaba de la línea de carrera, era casi seguro que iba a tener un accidente. También tenía que ahorrar gasolina para no tener que parar y así llegar al final. Se volvió una carrera de no cometer errores. Controlé muy bien la carrera, tuve muy buen ritmo y pude lograr la victoria.
¿Cómo fue la celebración del podio colombiano?
Por una penalización que hubo me enteré solo cuando estábamos en el podio, y la verdad me puse muy contento. Juan Pablo Montoya, que terminó de segundo, siempre fue muy querido conmigo y me felicitó. De tercero quedó Carlos Muñoz. Celebramos en el podio y ya. Lo único extraño de ese fin de semana fue que gané el sábado, pero al día siguiente había otra carrera, entonces las celebraciones fueron un poco moderadas.
Ese mismo día Colombia eliminó a Uruguay en el Mundial de Brasil, ¿eso opacó su victoria?
No, no creo, más bien fueron dos cosas buenas. En mi caso, toda la gente que me conoce o que sabe de automovilismo siempre se acuerda de esa carrera, entonces no solo es algo positivo para mí, sino para Colombia y para los pilotos que estuvieron ese día. Lo veo como un plus.
¿Esa victoria le abrió las puertas que esperaba?
Sí, en ese momento me ayudó mucho por el estatus de las negociaciones con el dueño del equipo por ganar una carrera, y más siendo novato, sobre todo porque no tuve entrenamientos de pretemporada, apenas uno o dos días. Él no solo estaba muy sorprendido, sino contento. Las condiciones del contrato cambiaron y ya era fijo que el año siguiente tenía una silla en el equipo de Dale Coyne.
¿Cómo fue competir junto a otros cuatro colombianos en la Indy?
La relación de mi parte siempre fue buena y cordial con todos. Obvio, uno se lleva mejor con uno que con otros. En mi caso, con Juan Pablo Montoya y sobre todo con Carlos Muñoz, porque con él no solo corrimos juntos en karts, sino también en Europa, en la Fórmula 3. Los vuelos y entrenamientos los compartíamos, lo que generó un vínculo.
¿Por qué terminó su carrera en Estados Unidos?
Fue debido a un problema de vértigo. Podía correr algunas carreras, pero no todo el campeonato por los circuitos ovalados, sobre todo los que tienen peralte, entonces no era rentable y por mi condición tuve que hacer exámenes, terapias e incluso una operación. Me sentía mareado y en vez de estar al 100 %, estaba como en un 80-85 % bastante incómodo, lo cual también puede ser un peligro para los demás. Fue duro, pero son cosas que no se pueden controlar.
¿A qué se dedicó después de las carreras?
Estudié. Hoy en día soy abogado. Tengo mi empresa de asesorías jurídicas y una de inversiones. Siempre he creído que el derecho le ayuda a uno a entender muchas cosas. De vez en cuando voy al kartódromo acá en Bogotá a unas carreras de duración con unos amigos, más que todo como por “hobby” y por pasar un rato agradable con ellos.

Por Daniel Bello
