
Todos hablan de transición energética. Gobiernos, academia, empresas, científicos, activistas y ciudadanos coinciden en que el mundo va -o debería ir- hacia fuentes más limpias, de menor impacto ambiental y, siempre que sea posible, eléctricas.
De lo que poco se habla es que ese propósito global depende cada vez más de un puñado de países que controlan los minerales necesarios para hacerlo realidad.
Litio, níquel, cobalto, cobre, grafito y tierras raras. Estos minerales son los pilares de la transición energética y se encuentran en las baterías...

Por Daniel Felipe Rodríguez Rincón
