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Todavía faltan muchas piezas por embonar en el rompecabezas del caso Erik Matías, el menor de 2 años que duró un mes desaparecido y que fue hallado esta semana en la localidad de Usme. Pese a que el niño fue ubicado sano y salvo para ser entregado a su abuela, el misterio de su desaparición está todavía lejos de resolverse. En primer lugar, la abuela de Erik no consiguió un final feliz; su hija de 18 años, la cual desapreció junto al niño el pasado 9 de enero, fue hallada muerta el 19 de ese mismo mes en una zona boscosa de la localidad de Ciudad Bolívar.
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Los entresijos de este complejo caso se remontan a la tarde del 9 de enero, cuando Jenny Valentina Beltrán y Erik Matías desaparecieron de manera misteriosa. De acuerdo con la información que suministró al Ojo de la Noche, Jenny Banguero, abuela del menor, madre e hijo, fueron vistos por última vez ese día en su vivienda ubicada en la localidad de San Cristóbal.
A este lugar, la joven de 18 años se había ido a vivir junto a su hijo por invitación de su pareja sentimental, un individuo, aún sin identificar, al que conoció dos semanas antes de mudarse. De hecho, según contó la abuela del niño al Ojo de la Noche de Noticias Caracol, esta persona le había propuesto a su hija irse a vivir a Ecuador, con todo y niño, en búsqueda de mejores oportunidades. “Como ella tenía un niño que se fueran para Ecuador porque con los niños pequeños que allá les iba bien y que no sé qué”, contó Banguero al medio en mención.
La muerte de Jenny Valentina
Sin embargo, el viaje nunca se produjo, y a tan solo 9 días de comenzar el año, Jenny Valentina y el pequeño de dos años desaparecieron sin dejar rastro. A partir de ese día, Banguero comenzó una búsqueda desesperada que culminó de manera trágica el pasado 13 de febrero. En esta fecha, la mujer recibió una llamada de Medicina Legal en la que le notificaron el hallazgo del cuerpo de una mujer, con características similares a las de su hija, en una zona boscosa de la localidad de Ciudad Bolívar.
En efecto, tras corroborar que se trataba de su hija, los funcionarios de Medina Legal le informaron que el cadáver había sido encontrado por un transeúnte el 19 de enero, pero que solo hasta ahorita se había podido cotejar la información que relacionaba a la occisa, con la joven que estaba buscando Banguero. A partir de este momento, la zozobra y la tristeza se apoderó de Valentina Banguero, quien había perdido a una hija y, para colmo, todavía no lograba dar con el paradero de su nieto.
El hallazgo de Erik
Pero una buena noticia, en medio de tanta tragedia, se produjo el miércoles 19 de febrero. Ese día, gracias a la llamada de una residente del barrio Alaska, de la localidad Usme, las autoridades encontraron al pequeño Erik. Lo hicieron en esta remota zona rural de la localidad, envuelto por una cobija, con el cabello recién cortado, y un osito de peluche con el cual se encontraba jugando.
Tras realizar las verificaciones del caso y confirmar su identidad, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar asumió la custodia del menor mientras se realiza el correspondiente proceso de restablecimiento de derechos. Una vez culmine esta etapa, el pequeño Erik podrá reunirse de nuevo con su abuela.
Lo que no cuadra
Aunque el hallazgo del menor representa un alivio para Valentina Banguero, todavía quedan varios cabos sueltos por resolver. El más importante de ellos: la muerte de la joven de 18 años, que de acuerdo con el dictamen de Medicina Legal, habría sido asesinada y luego abandonada en la zona boscosa en donde se encontró su cadáver.
En medio de la investigación, el periódico Q’HUBO logró ar con Edwin Orlando Reyes, padre de Erik y expareja sentimental de la occisa. Durante la entrevista, Reyes explicó al medio citado que se había separado de Jenny Valentina en septiembre de 2024, por lo cual ella decidió mudarse a Bogotá, junto al niño, de una zona rural de Santander en donde vivían previamente los tres. A partir de ahí, dijo Reyes, no tuvo o con ella, sino hasta el pasado mes de diciembre, cuando Jenny ya sostenía una relación con el individuo que se la llevó a vivir a San Cristóbal.
Luego, cuando desapareció la joven junto a su hijo, la hermana de Jenny lo llamó para preguntarle si sabía algo sobre su paradero, a lo que él respondió: “Yo respondí que llamara a otro muchacho con el que ella (Jenny) se relacionó”. Aparentemente, la hermana de la difunta se comunicó con esta persona quien, al parecer, también dijo desconocer en su momento el paradero de ella y del pequeño Erik.
De momento no se ha formulado una hipótesis formal sobre el asesinato de Jenny Valentina, ni los motivos que desencadenaron en la desaparición de ella y su pequeño hijo. Las autoridades continúan realizando las pesquisas del caso, revisando cámaras de seguridad, y trazando la ruta de los hechos, con el fin de dar con la respuesta definitiva a este enredado caso.
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