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El nuevo formato de la Champions le dio vida a la primera fase. Antes, con el sistema de cuadrangulares, los favoritos se clasificaban muy rápido y las últimas dos fechas solían ser de mero trámite. Esta vez vimos más partidos y equipos como Real Madrid, Manchester City y PSG tuvieron que ir a un repechaje para inscribirse en los 16 finalistas. Sin embargo, al final del cuento, sin Manchester City (antes también era normal que alguno de los grandes se quedara por fuera), tendremos unos octavos de final en los que los visitantes habituales de esta ronda reiteran su presencia.
Así las cosas, el sorteo ha premiado a algunos como Barcelona, que enfrentará a Benfica y, si sale adelante, al ganador de una versión notablemente desmejorada de Borussia Dortmund o Lille (a partir de acá todo es difícil, pero evidentemente es mejor enfrentar a Benfica que al Madrid), hasta el complicado camino que le ha correspondido enfrentar al actual campeón. Real Madrid tendrá que sacarse de encima al siempre difícil Atlético de Simeone, que más de una vez le ha sacado algún partido importante, si quiere jugar unos cuartos de final contra el Arsenal, que tendría que deshacerse del PSV holandés sin demasiados contratiempos.
En otro lado del cuadro, también habrá un choque de trenes en el que estará involucrado el único colombiano que queda en competencia. El Liverpool de Luis Díaz tendrá que deshacerse del PSG que, si bien viene del repechaje y no tiene a las grandes figuras de otros tiempos, ha ido afianzando un colectivo consistentemente trabajado por su entrenador Luis Enrique, en el que sobresale el actual goleador del planeta, el francés Dembelé. El que salga de ahí se verá con Brujas o Aston Villa. Ojo, que este Brujas belga tiene con qué ser la gran sorpresa de esta edición.
El otro cuadrante tiene una llave que, aunque no es histórica, promete muchas emociones. Bayern Múnich jugará con el actual campeón de la Bundesliga, el Leverkusen de Xabi Alonso. Hoy los bávaros le llevan cinco puntos en la tabla del torneo doméstico, pero saben que al frente tendrán a un equipo que ya no sorprende, es una realidad. El ganador se enfrentará al que salga de la llave entre el único equipo italiano sobreviviente, el Inter, y Feyenoord. Ha sido llamativa la prematura eliminación de la Juve, el Milan y Atalanta de una competición en la que, si bien hace rato ninguno es campeón, había notales avances en el regreso a la grandeza de una serie A que supo ser, sin discusiones, la mejor liga del planeta.
Le pongo mis monedas al Madrid de Ancelotti, que sabe cómo se juega esta competición; al Liverpool de Slot, que ha potenciado el legado de Klopp; a Barcelona, que pareciera estar volviendo al lugar de otros años, y a Beyern Múnich, otro histórico de la Champions, de esos que sacan a relucir la camiseta cuando se necesita. El caso es que aquí comienza la verdadera Champions, sin duda el mejor campeonato de fútbol del mundo. Lástima, eso sí, que solo haya un colombiano, asunto que, dicho sea de paso, debería preocuparnos de cara al futuro.
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