- “El amor de un padre no se divide, se multiplica”.
- “Mis hijos son diferentes, pero los amo a todos con la misma intensidad”.
- “No tengo favoritos; los quiero por igual, aunque de maneras distintas.”
- “El amor de madre es como el sol: brilla para todos por igual”.
- “No hay preferidos en mi casa; cada uno es un tesoro para mí”.
- “Para mí, todos son igual de importantes y especiales”.
Estas frases son comunes en el discurso de los padres y madres. Todas refuerzan la creencia de un amor equilibrado hacia todos los hijos, aunque en la práctica, factores emocionales, contextuales o inconscientes pueden influir en la percepción del favoritismo.
Los padres pueden sentirse más identificados con un hijo cuya personalidad se asemeje a la suya.
La percepción de favoritismo y sus efectos
Laurie Kramer, experta en psicología aplicada de la Universidad Northeastern, explica que el favoritismo por uno de lo hijos se construye a través de experiencias cotidianas. “Los hijos pueden sentir favoritismo cuando perciben que un hermano recibe más tiempo, atención, elogios o afecto, o cuando enfrenta menos disciplina y control”.
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Esta percepción puede llevar a problemas de baja autoestima, ansiedad y depresión en los niños. Además, el orden de nacimiento y el género también juegan un papel importante, con los hijos menores recibiendo un trato más favorable, mientras que los mayores disfrutan de mayor autonomía.
La preferencia por las hijas y los niños responsables
Un estudio internacional publicado en Psychological Bulletin revela que tanto madres como padres tienden a preferir a las hijas sobre los hijos varones. Además, los niños responsables y organizados suelen recibir un trato más favorable, posiblemente porque los padres los encuentran más fáciles de manejar.
Martin Diewald, sociólogo de la Universidad de Bielefeld, destaca que “los padres desarrollan una relación más cercana con los niños sociables, porque esto hace muchas cosas más fáciles”. Alexander Jensen, autor principal del estudio, subraya la importancia de que los padres sean conscientes de cómo el trato diferencial puede influir en sus hijos. “Lo crucial es asegurarse de que todos los niños se sientan amados y apoyados”.
A pesar de que el favoritismo parental puede beneficiar momentáneamente a los hijos favorecidos, también puede desencadenar problemas de salud mental y tensiones familiares en aquellos que perciben sentirse relegados.
Conclusiones de los estudios
Los investigadores destacan que, aunque el favoritismo parental pueda parecer trivial, sus repercusiones pueden ser significativas y persistentes. Jensen y McKell Jorgensen-Wells examinaron cómo factores como el orden de nacimiento, el género, el temperamento y la personalidad influyen en las preferencias de los padres. Subrayaron la importancia de que tanto los padres como los profesionales de la salud comprendan estas dinámicas para garantizar el bienestar emocional y social de los niños.
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