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Estefanía Bustamante García, de 26 años, y su hija Luciana Hernández Bustamante, de 9 años, murieron tras el incendio ocurrido el domingo 12 de enero en una vivienda de la vereda El Progreso, en Itagüí. La emergencia, provocada presuntamente por una fuga de gas, dejó con graves quemaduras a ambas y al padre de la niña.
La madre falleció el martes en el Hospital San Vicente Fundación, donde permanecía en estado crítico debido a las quemaduras que afectaron el 84% de su cuerpo.
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La menor de edad, quien sufrió quemaduras en el 80% de su cuerpo, murió el miércoles a las 5:00 p.m. en el mismo hospital. Ambas habían sido trasladados inicialmente a la Clínica Antioquia, pero debido a la complejidad de sus lesiones, fueron remitidos al San Vicente Fundación, donde permanecieron bajo pronóstico reservado.
El padre de la niña, de 27 años, sufrió quemaduras en el 40% de su cuerpo y permanece internado en el pabellón de quemados del Hospital San Vicente Fundación, recibiendo atención especializada.
Según el informe del Cuerpo de Bomberos de Itagüí, la explosión se registró en el segundo piso de una casa de tres niveles. “La hipótesis más fuerte es que la fuga de gas de una pipeta en la cocina provocó la explosión y las llamas que se extendieron rápidamente”, indicó el sargento Henry Muñoz, subcomandante del Cuerpo de Bomberos. Sin embargo, la investigación continúa para determinar con precisión las causas del accidente.
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Muñoz explicó que la emergencia fue atendida con una máquina extintora, una unidad de rescate y una ambulancia. Además, destacó la colaboración de la comunidad en la evacuación y traslado de los heridos a los centros asistenciales.
Tras el incidente, desde la Alcaldía de Itagüí y expertos en seguridad emitieron recomendaciones para prevenir este tipo de emergencias: Si hay olor a gas, ventilar la zona de inmediato y evitar encender o desconectar aparatos eléctricos. Cerrar siempre la llave de paso del gas antes de salir de casa. Vigilar que la llama de la estufa sea azul; si predomina el color naranja, se debe revisar la instalación. Y no dejar alimentos en el fuego sin supervisión, ya que el viento podría apagar la llama y provocar fugas peligrosas.