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Tras finalizar un consejo de seguridad extraordinario en Tuluá, las autoridades locales señalaron que extenderían el toque de queda que se decretó en la noche del pasado 4 de mayo, debido a la oleada de ataques violentos que encabezarían integrantes de la banda delincuencial de “La Inmaculada”, por la extradición de su líder, alias Pipe Tuluá.
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El pasado miércoles fueron incinerados varios vehículos en diferentes puntos de la ciudad, mientras que este jueves 5 de junio fue lanzada una granada al Coliseo de Ferias, que no alcanzó a explotar
El toque de queda de este jueves comenzó a las 9:00 p. m. y finalizará a las 5:00 a. m. del viernes 6 de junio. En este tiempo se restringe la movilidad de cualquier persona por zona rural y urbana del municipio. Sumado a esto, se reforzó la presencia de la Policía y el Ejército en Tuluá.
Tras lo ocurrido, Guillermo Londoño, secretario de Convivencia y Seguridad del Valle, aseguró que la gobernadora Dilian Francisca Toro ordenó activar todas las capacidades institucionales para el municipio, así como ofreció una recompensa hasta de $100 millones por información de los responsables de los ataques.
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“Vamos a publicar el cartel de los más buscados, con imágenes que permitan identificar a las personas responsables de estos daños”, añadió Londoño.
Sumado a esto, la coronel Sandra Rodríguez, comandante de la Policía Valle, aseguró que han capturado a cinco presuntos de la banda delincuencial, mientras que la alcaldía señaló que también se prohibió el parrillero en moto, desde 8:00 p. m. hasta las 5:00 a. m., y la venta de gasolina en recipientes no aptos, ni se permite la distribución en la noche.
La violencia se disparó en el municipio tras conocerse la posible extradición de Andrés Felipe Marín Silva, conocido con el alias de ‘Pipe Tuluá’, a los Estados Unidos por tráfico de drogas y concierto para delinquir. El sujeto fue trasladado de la cárcel de La Picota a los calabozos de la Dijín, por una alerta de fuga.