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Las más de 9 mil víctimas del conflicto armado en el país, además de asumir el dolor y el sufrimiento que les provoca la guerra, también han tenido que enfrentarse a caminos laberínticos para reclamar lo propio: justicia, verdad y reparación.
Ese, por ejemplo, ha sido el caso de las mujeres buscadoras de La Escombrera, en la comuna 13 de Medellín, quienes por años han luchado para que este lugar conocido como la fosa a cielo abierto más grande del país sea intervenido para encontrar a sus desaparecidos, incluso lograron que se dictara una medida cautelar para focalizar las actividades forenses en esa zona. Tras una década de búsqueda, este miércoles lograron encontrar a su primer desaparecido, los primeros restos humanos, tras la tarea que emprendió la Jurisdicción Especial para la Paz y la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas.
Aunque es el Estado el llamado a garantizar los derechos, han sido ellas, las mujeres buscadoras y las miles de víctimas, quienes han emprendido búsquedas individuales para saber qué pasó con sus seres queridos, dónde están, por qué fueron secuestrados, asesinados o desaparecidos.
Ha sido en ese proceso en el que se encuentran con una cantidad de instituciones y procesos aislados que prometen una salida para las víctimas, pero que al mismo tiempo tejen entre sí un entramado burocrático y confuso que convierte todo en una labor casi titánica para lograr recibir respuestas y justicia.
En atención a la complejidad de ese panorama, un grupo de investigación de la Escuela Interamericana de Bibliotecología de la Universidad de Antioquia creó la cartilla “¿Cómo buscan quienes buscan?”, producto de la investigación: Búsquedas individuales por verdad, justicia y reparación en escenarios de justicia transicional en Colombia.
La publicación funciona como una guía para víctimas directas e indirectas del conflicto armado y fue construida a partir de las experiencias y aprendizajes de quienes han buscado la verdad sobre sus hechos victimizantes, así como la suerte de sus desaparecidos. Para ello, un grupo de cinco investigadoras se dedicó durante más de seis meses a identificar, visitar y compilar todas las instituciones, las rutas a las que se puede acceder y las formas en cómo se pueden vincular los procesos de búsqueda, verdad y justicia.
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“Hicimos una investigación documental para comprender qué hace cada institución, cómo atiende a las víctimas, qué les solicita, qué les entrega, por qué se debe acudir a ellas, para buscar qué, si es justicia, qué tipo de justicia; si es verdad, qué tipo de verdad; si es reparación o no es reparación, y las dificultades de los procesos”, explicó Sandra Arenas, profesora de la Universidad de Antioquia e investigadora principal del proyecto.
A través de entrevistas tanto a buscadores y buscadoras, como a instituciones, las investigadoras lograron traducir los principales obstáculos al momento de buscar. El primero y más evidente es que son las víctimas las que deben gestionar que les entreguen justicia.
“Lamentablemente en nuestro país es la víctima la que tiene que saber gestionar frente al Estado sus derechos. Digamos que el Estado tiene una ley donde dice que los garantiza, pero lo que nosotros comprendimos a través del proceso de investigación es que hay que tener una capacidad de agencia para lograr esa obtención de derechos”, apuntó Arenas.
Sin embargo, acudir a las instituciones tampoco resulta suficiente porque lo que las víctimas encuentran es un panorama confuso para lograr entender los pasos a seguir.
Según explicó Karen Sánchez, investigadora del proyecto, muchos de los casos que llegan a las instituciones no trascienden porque existe una capacidad de operación limitada y a eso se le suma la falta de comunicación con otras entidades. “Eso dificulta mucho los procesos de las personas que están buscando verdad, justicia y reparación porque cada vez les toca empezar de cero porque las instituciones no comparten información entre sí”.
Además de que se convierte en un sistema laberíntico, las personas deben enfrentarse a la revictimización de tener que repetir constantemente los hechos violentos que tuvieron que atravesar.
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Para la profesora Sandra, si bien la cantidad de instituciones para darle respuesta a las víctimas es un síntoma de un Estado que ha intentado ser garantista, al mismo tiempo se convierte en un entramado complejo que propicia todo lo contrario a raíz de los diferentes procesos que adelanta cada entidad, la falta de capacitación del personal que atiende a las víctimas y el lenguaje técnico que no se presta para comprender a totalidad.
En ese sentido, el trabajo de las investigadoras fue construir tres rutas que explican a qué instituciones pueden acceder las víctimas según el caso: Ruta del reconocimiento y la reparación; Ruta humanitaria; Ruta judicial, y el paso a paso para que sus requerimientos de verdad, justicia y reparación sean atendidos con éxito.
La cartilla propone construir inicialmente una ficha que reúna toda la información posible sobre el hecho, entrega recomendaciones sobre el cuidado del archivo y los documentos necesarios para cada proceso en las entidades, así como la elaboración de una bitácora para hacer seguimiento al avance de los requerimientos y el manejo de emociones durante la búsqueda.
“A veces para las personas que son buscadoras ninguna verdad es suficiente. En la mayoría de los casos, las personas inician el proceso con una pregunta y luego hay una búsqueda de otra verdad adicional. Sin embargo, también logramos documentar casos de personas que cuando encuentran esas verdades, son profundamente transformadoras”, explicó Sánchez.
Si bien son más comunes los procesos de búsqueda en casos de personas desaparecidas, Yuliana Lopera, también investigadora del proyecto, detalló que la cartilla fue construida de manera que se pudiera abordar todos los hechos victimizantes en el marco del conflicto armado.
“Desde que se construye la ficha inicial del caso, la cartilla da cuenta de cuáles son los hechos victimizantes, incluso si eres víctima directa o indirecta, y ahí se explica muy bien en qué casos se es cada una. Luego trazamos las rutas para esas búsquedas, porque no son solamente rutas de búsqueda de desaparecidos, sino que todo el tiempo les estamos recordando cuáles son los hechos por los cuales pueden buscar verdad, justicia y reparación. Por ejemplo, hay instituciones que no tienen que ver con búsqueda de desaparecidos como la Unidad de Restitución de Tierras, pero sí aplica para casos de desplazamiento”, dijo Lopera a Colombia+20.
Actualmente la cartilla está disponible únicamente para lectura en línea, pero el grupo de investigación espera lanzar próximamente una versión en formato de audio para que la difusión sea mayor y que también pueda llegar a personas con alguna dificultad visual o de lectura. Asimismo, a raíz de la crisis de financiación por la que atraviesa la Universidad de Antioquia, las investigadoras están en busca de financiación para difundir la cartilla física.
“Queremos que esta herramienta pueda motivar otras búsquedas, motivar a otras personas que de pronto por desconocimiento de las instituciones, por miedo a enfrentarse a un entramado que es difícil, la conozcan y se motiven a iniciar sus propios procesos de búsqueda, ya sea de verdad, justicia o reparación”, explicó Sánchez.
Aquí puede consultar la cartilla:
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