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En medio de la ola de violencia que golpea a Buenaventura y que dejó más de 50 muertos en los primeros tres meses de este 2025 a raíz de la confrontación entre las bandas criminales Shottas y Espartanos, la gobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro, recibió una invitación por uno de los actores armados que hacen parte del espacio de diálogo sociojurídico que se adelanta con el Gobierno en el puerto para darle celeridad al proceso.
Este martes, 8 de abril, uno de los voceros de la banda Shottas explicó en W Radio que uno de los grandes pedidos que le han hecho al Gobierno es que tanto la gobernadora Dilian Francisca como la alcaldesa de Buenaventura, Ligia Córdoba, participen de la mesa de paz como garantes.
Frente a esa petición, la gobernadora Toro, quien está despachando desde Buenaventura como parte de un plan de choque para hacerle frente a la inseguridad en el puerto, señaló que estaría dispuesta, solo si las bandas criminales del espacio se comprometen con acciones de paz concretas.
Este martes también las dos bandas criminales, al parecer, retomaron la tregua que había finalizado el pasado 6 de febrero tras 19 meses consecutivos, una de las más largas en la apuesta de paz urbana del presidente Gustavo Petro, que además había logrado sacar a Buenaventura de la lista de las 50 ciudades más peligrosas de América Latina.
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En entrevista con Colombia+20, la mandataria local habló sobre el papel que entraría a cumplir en el proceso de diálogo siempre y cuando el gobierno lo avale. Asimismo, explicó los compromisos que la gobernación ha asumido para garantizar paz y desarrollo a los bonaverenses.
La banda criminal Shottas pidió que tanto usted como la alcaldesa de Buenaventura participen del proceso de diálogo como garantes. ¿Usted aceptará esa propuesta?
Eso es una decisión del Gobierno Nacional, no es una decisión nuestra. No considero que tengamos que negociar, sino dialogar para que esa voluntad que ellos tienen de paz se pueda reflejar en acciones concretas. Si el gobierno pudiera incluirme a mí, les exigiría varias cosas. La primera, que se desmovilicen, que dejen de estar haciendo narcotráfico, que no extorsionen, que tampoco cometan homicidios y que respeten a los jóvenes y los niños. Esa sería la exigencia, porque si hay voluntad de paz de ellos, tienen que cumplir ciertas condiciones para poder estar sentados en una mesa.
¿Qué significa que ustedes lleguen a esa mesa de diálogo? ¿Usted le va a pedir al gobierno que las pueda incluir?
Depende del gobierno, pero también depende de ellos, que tengan la voluntad de paz, que sea sincera y que realmente sí quieran ayudar a que el puerto de Buenaventura eche para adelante y que la institucionalidad sea quien tenga el control territorial, porque eso es lo que nosotros buscamos. Esa sería la única forma en que uno entraría, pero llegar a una mesa de diálogo sin tener condiciones no lo haría.
Usted ha sido muy crítica con este espacio de diálogo desde que empezó a funcionar. ¿Cómo lo ve ahora?
No critico el espacio como tal, porque me parece que es importante si hay voluntad de paz. Si hay voluntad real de ellos, a mí me parece que es viable, pero que esa voluntad de paz se refleje en la realidad. No que sea solamente de hablar, sino de hechos concretos. Eso es lo que nosotros queremos.
Hay una figura que ya utilizó la gobernadora del Meta, bastante conocida, que es la gestoría de paz. ¿Habría que implementar también esa figura?
Eso es lo que hace el presidente. El presidente nombra a gestores de paz, que sería la única manera que vería viable que fuera, pero como le digo, no entraría si fuera solamente para dialogar y no mostrar hechos de paz reales. Entro siempre y cuando sea así y por supuesto que el presidente acepte, porque yo no tengo potestad para hacerlo sin ellos.
En ese caso, ¿cuáles serían los compromisos de la gobernación frente a esta mesa?
Yo soy una mujer comprometida con el puerto de Buenaventura y con la paz. Siempre creo en la paz y creo en el diálogo. Cuando el referendo que hubo (el plebiscito por la paz en en el marco del Acuerdo con las FARC), yo estaba de gobernadora y abiertamente apoyé la paz y la sigo apoyando, pero como le digo, con voluntad. Creo que nosotros tenemos que tener la fuerza pública para el control territorial, pero lo más importante es la inversión social. Lo más importante es las oportunidades que le damos a los jóvenes. Tengo 150 jóvenes estudiando gratuitamente en la universidad digital que se llama Digicampus. Tengo 178 en un programa de empleo que también es de formación, pero con articulación con las empresas. Tengo casi 200 jóvenes de Buenaventura que están en la fuerza pública y les damos un bono de consumo de un millón de pesos. Tenemos programadores y desarrolladores de software. Tenemos 71 que están estudiando. Tenemos programas, por ejemplo, con la Secretaría de Paz que llamamos Parches por la Paz, que son jóvenes que tienen procesos. Entonces, por ejemplo, ahorita estamos en las comunas, en los barrios y los procesos que hacemos es que dejamos un monitor deportivo, uno cultural, uno ambiental para que haga los procesos con los jóvenes y los niños, que no sea solamente la actividad de un día, sino que sea proceso. Eso es lo que venimos haciendo y vamos a hacer mejoramiento de vivienda. Estamos trabajando con las comunidades también para empleo, emprendimiento, créditos a cero de intereses para que ellos puedan fortalecer sus negocios. Todo eso lo venimos haciendo.
¿Esos programas de los que usted habla con esos números son de personas de Buenaventura?
Sí, solo de Buenaventura.
Varias de las cosas que han pedido los jóvenes es que el sector productivo se siente en el espacio socio jurídico y se articule con la alcaldía y la gobernación. ¿Qué responde?
He hablado con monseñor (Rubén Darío Jaramillo) y por ejemplo tenemos un programa de una barcaza que se llama el bote de la esperanza. Es una barcaza cien por ciento eléctrica con es solares que la hice con gente de Buenaventura precisamente para entregarse a las jóvenes. Ahí ya tenemos a los jóvenes y van a empezar a formarse. Nosotros en la formación ya les entregamos la barcaza para que ellos hagan todo el derrotero turístico que queremos que hagan, ya la Dimar les dio la ruta turística y todo. Estamos trabajando aunque no lo hicimos pensando en la mesa, sino porque es para que los jóvenes en lugar de irse para esas bandas tengan oportunidades.
¿Cuál es el mensaje que usted les envía a las bandas que están en el espacio de diálogo que están en medio de esta ola de violencia?
Lo único que pido es que primero ese diálogo sea el resultado de una buena voluntad de la paz, de desmovilizarse, de que no hagan extorsiones, que no recluten jóvenes o niños, que lo respeten. Creo que eso es muy importante y que esa pelea entre ellos lo que hace es afectar a la sociedad civil. Si paran eso, nosotros estamos dispuestos a sentarnos a hablar, a hacer procesos con todas las comunidades y esa es la única forma de poder lograr que la gente esté tranquila, esté segura y tenga mejores condiciones de vida, porque es un círculo de pobreza y de violencia que se vive en Buenaventura.
En un diálogo que propiciamos desde El Espectador, muchos sectores sociales y productivos dijeron que la agenda de Buenaventura debía ser la agenda que salió del paro cívico, que se debería retomar ese gran consenso que se hizo en 2017. ¿Esto también le concierne a la gobernación?
Yo estuve gobernadora cuando el paro cívico, participé en todas las negociaciones y la gobernación cumplió todo. El gobierno nacional nunca ha cumplido realmente esos acuerdos. Entonces tenemos el primer acuerdo, el agua para Buenaventura y desde que me fui, de verdad no ha habido avances. Ayer nos reunimos con el viceministerio de aguas, con el del ART y con los del Comité del Paro y nos sentamos a ver obra por obra qué cosa se ha hecho, qué no, qué tiene financiación, qué no, el 23 de abril nos vemos en Bogotá y vamos a definir qué nos hace falta para financiarlo y vamos a hacer una gran mesa el 10 de mayo para llamar a los empresarios para hacer obras por impuestos, a ver si logramos por obras por impuestos completar los recursos. Es decir, eso ya lo estamos haciendo y estamos trabajando articuladamente con ellos.
*Esta pieza periodística hace parte de la iniciativa “Comunidades que Transforman” de El Espectador, el Centro Internacional para la Justicia Transicional (ICTJ por su sigla en inglés) y la Embajada de la Unión Europea. Esta es una alianza para producir contenidos que narran los esfuerzos de las organizaciones comunitarias, las autoridades y el sector privado en la construcción de paz.
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