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La propuesta del presidente Gustavo Petro para que el Vaticano sea la sede de los diálogos con la guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN) no es nueva, pero es una muestra más de que para el mandatario ese proceso de paz sigue vivo.
“Hay una segunda oportunidad” con el ELN, dijo Petro en una declaración en video difundida por la Presidencia tras la reunión con León XIV, el nuevo pontífice. “Hablé con el papa de este tema: ¿Cómo podría el Vaticano ser la sede de las nuevas conversaciones de paz?”.
Petro ya había puesto sobre la mesa esa idea en enero de 2024, tras una reunión con el entonces papa Francisco. En su momento dijo que buscaría que el Estado del Vaticano fuera sede de uno de los ciclos de negociación.
Tanto entonces como ahora, la propuesta tiene más contras que pros. El más evidente es que el diálogo está suspendido desde enero pasado tras el cruento ataque del ELN en Catatumbo, aunque en la práctica está congelado desde el año pasado tras la crisis por el diálogo regional del Gobierno con Comuneros del Sur, el frente que se separó de esa guerrilla; y luego el ataque a Puerto Jordán.
Esa suspensión sigue activa y, de hecho, el ELN ha recrudecido sus ataques y combates con otros grupos armados y con la fuerza pública, especialmente en Catatumbo.
El otro punto es que antes de la suspensión, la delegación de Gobierno había pedido que la mesa de diálogos se trasladara a Colombia. Entre otras cosas porque tanto Venezuela como Cuba ya habían dicho extraoficialmente que ya no querían seguir siendo sede de los diálogos.
Además, una mesa itinerante en el extranjero está sobrellevando un enorme esfuerzo logístico. En octubre de 2023, ya hubo por primera y única vez una sesión en el país.
A eso se suma que el papa León XIV acaba de aterrizar en el Vaticano y parecería improbable que abriera las puertas de la Santa Sede para ello.
Lo que sí es cierto es que las raíces e influencia religiosa que tiene la guerrilla cuyo origen se dio hace 60 años podría ser una de las razones por las que el Gobierno Petro ha insistido en esta propuesta del Vaticano. El ELN tiene en su ADN la herencia de la insurrección de los Comuneros, pero también la revolución cubana y, sin duda, la suma del cura colombiano Camilo Torres -y la teología de la liberación del que era uno de los exponentes- conjuró cierta unión entre la religión y las ideas marxistas.
De hecho, el presidente apeló a esos orígenes ideológicos del ELN, con una fuerte influencia de la teología de la liberación, para reactivar los acercamientos.
“Yo creo que es aquí donde se puede recordar la teoría del amor eficaz, en el Vaticano”, dijo Petro, refiriéndose a un concepto filosófico sobre el compromiso con los pobres desarrollado por el sacerdote Torres.
Otros antecedentes de diálogos en Europa
El más reciente fue la instalación el 8 octubre de 2012 en Oslo (Noruega) de la mesa de diálogos con las FARC, que derivó en el Acuerdo de Paz de 2016. Tanto ese país como Cuba fueron los primeros garantes de la negociación. El papel de Noruega fue fundamental, según el propio presidente Juan Manuel Santos, en temas de justicia transicional.
Por el Gobierno estaban Humberto de la Calle, Sergio Jaramillo, Frank Pearl, el General (r) Jorge Enrique Mora, Luis Carlos Villegas, Alejandro Eder, Lucía Jaramillo, Elena Ambrosi y Ricardo Santamaría. Mientras que por las FARC‑EP asistieron Iván Márquez, Jesús Santrich, Rodrigo Granda, Marco León Calarcá, Andrés París, Rubén Zamora, Patricia Sáenz, Viviana Hernández y Maritza Sánchez.
La instalación fue apenas de un día. Luego ambas delegaciones se trasladaron a La Habana (Cuba), donde se desarrolló todo el proceso de paz.
El ELN en Maguncia
Hay antecedentes de diálogos de paz que Colombia ha hecho en Europa. El 11 de julio de 1998 se realizó una reunión secreta en la ciudad alemana de Maguncia entre del ELN y delegados del Consejo Nacional de Paz, organismo convocado por el Congreso y que agrupaba a empresarios y sindicalistas colombianos. Allí se llegó al acuerdo de Puerta del Cielo en el que se exploró la posibilidad de que el Eln abandonara el secuestro y los atentados a los oleoductos y respetara el DIH.
Previo a ello, hubo el preacuerdo de Viana, donde delegados del Gobierno y el Comando Central de esa guerrilla firmaron una declaración secreta en el Palacio de Viana, en Madrid. El acuerdo preveía realizar reuniones preparatorias para Convención Nacional -propuesta del ELN para la participación ciudadana en los diálogos-.
Pero hoy el traslado a Europa supondría mucho más logística. El ELN sigue estando en la lista de organizaciones que la Unión Europea considera como terroristas. Aunque el Estado del Vaticano no es miembro de la Unión Europea, se necesita afinar detalles de seguridad jurídica como las circulares de Interpol que algunos de los de la delegación de esa guerrilla tienen.
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