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Con las manos pintadas de rojo, niños, niñas y adolescentes se encontraron en la Plaza de Bolívar en Bogotá para decirle no al reclutamiento forzado infantil, un fenómeno que sigue golpeando con fuerza al país y que solo en el último año ha dejado más de 400 menores reclutados por los grupos armados.
“Es mejor jugar que estar en la guerra. Imaginé a mis amigos jugando y todos con un corazón pintado en la mano”, escribió Lorena, una niña de 10 años, junto al dibujo de un sol sonriente, un arcoíris de muchos colores y niños con cometas jugando alrededor.
En el Día Mundial de las Manos Rojas, que se conmemora cada 12 de febrero, diversas organizaciones sociales y entidades entregaron balances sobre la situación en el país.
Según datos recientes de la Defensoría del Pueblo, solo en el último año, al menos 409 niñas, niños y adolescentes fueron víctimas de reclutamiento forzado. El 61% corresponde a niños y adolescentes, y el 39% a niñas y adolescentes.
“Vemos que los departamentos que presentan un índice mayor son Cauca, Valle del Cauca y Putumayo. Estamos hablando que hacia el suroccidente del país la problemática está mucho más exacerbada sin decir que en el resto del país también se generan muchas situaciones, más en donde el conflicto armado se ha venido recrudeciendo”, señaló Daniela Guerra, líder nacional de protección de World Vision, organización humanitaria.
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Actualmente, en el país hay por lo menos nueve focos de violencia que amenazan con ser iguales o peores a la crisis humanitaria que se vive en Catatumbo desde hace casi un mes, a raíz de los ataques entre la guerrilla del ELN y la disidencia de las FARC. A eso se le suman otros enfrentamientos en diferentes zonas también con el grupo Clan del Golfo.
Es en ese contexto que las cifras son mucho más alarmantes. La utilización de menores en el conflicto armado también ha provocado la muerte en combate de niños y niñas. En 31 días de 2025 murieron nueve menores, el mismo número que en 334 días del año pasado. La Defensoría del Pueblo ha reportado en los últimos cuatro años un aumento del 1.005% de casos de reclutamiento infantil. De 37 casos en 2021 se pasó a 409 en 2024.
Para el caso de Cauca, por ejemplo, la Defensoría registró que, hasta el 3 de diciembre, se presentaron 214 casos de reclutamiento en ese departamento, es decir, el 72% del total nacional. El gobernador del Cauca, Jorge Octavio Guzmán, reveló que por lo menos 20 menores de edad fueron asesinados tras ser arrebatados a sus familias durante 2024.
Agregó que las comunidades indígenas son las más afectadas y se han visto volcadas a implementar estrategias para rescatar a sus niños, logrando recuperar por lo menos 73 niños y niñas que fueron reclutados en 2024.
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Los niños y niñas migrantes son otra población directamente impactada por el fenómeno del reclutamiento infantil. “Los niños y niñas que son migrantes están en una situación de vulnerabilidad mayor. Están en condiciones de pobreza o viven en territorios donde el conflicto siempre ha estado presente”, agregó Guerra.
Entidades y organizaciones han identificado diferentes estrategias que son utilizadas por los grupos armados para reclutar a menores de edad. Entre ellas existen propuestas de sacar a los niños de la pobreza a cambio de unirse a sus bloques. Al mismo tiempo, el panorama de conflicto en el país ha prendido las alarmas, sobre todo en territorios de Catatumbo, donde corrió la versión de que en medio de los enfrentamientos, los grupos armados estaban reclutando a niños y niñas en el municipio de Tibú.
Además, comunidades en el sur de Bolívar han denunciado que el Clan del Golfo está usando redes sociales para que con frecuencia el algoritmo muestre videos de neoparamilitares que convocan a unirse a sus filas y ser parte del autodenominado Ejército Gaitanista de Colombia. En los videos, muestran fajos de billetes, armas y motos para llamar la atención de los menores y generar un referente de un estilo de vida que no puede darse entre la pobreza de los municipios.
“Las niñas y niños ya no se proyectan o no tienen un proyecto de vida que les vincule a la educación, mucho más allá de estar en el conflicto. Esa termina siendo la vía que les presenta su contexto y en esto las organizaciones de sociedad civil, pero también los entes gubernamentales tenemos una tarea fundamental y es poder acompañar el proceso de crecimiento de las niñas, niños y adolescentes de manera segura en el marco un bienestar y en el marco un desarrollo que les permita cumplir con su ciclo vital y no tener que estar vinculados en el marco del conflicto armado como víctimas porque no tienen otras oportunidades”, detalló la representante de World Vision.
Reclutamiento, uso y utilización de niñas, niños y adolescentes
Si bien el llamado es en general a no incluir a los menores en la guerra, hay diferentes modalidades en que los niños pueden ser vinculados a ese contexto.
“Ha sido muy visible el tema del reclutamiento, pero el uso y la utilización sigue siendo una problemática fundamental y el 12 de febrero es un llamado general para decir alto. No queremos que las niñas y niños estén más en el marco del conflicto armado, necesitamos dejar de volver paisaje que ellas y ellos se encuentren en este escenario”, apuntó Guerra.
Según detalló la Defensoría, el reclutamiento hace referencia a la acción de un grupo armado al separar a los menores de edad de su ambiente familiar y comunitario con el fin de que participen directa o indirectamente en las actividades bélicas o militares.
En ese tipo de escenarios, el actor armado entrena a los niños y niñas en el uso de armas e incluso puede obligar a que participen en combates.
Por otro lado, la utilización de niños y niñas en el conflicto se enmarca en el contexto de cuando un grupo armado vincula al menor en actividades ocasionales o permanentes, pero no necesariamente militares y sin ser separados de sus familias.
Dentro de esas actividades podría estar el envío de mensajes, la vigilancia de caminos, el transporte de suministros y otros elementos.
Mientras tanto, el uso de niñas y niños en la guerra tiene que ver con que un grupo criminal facilite la colaboración de los menores en actividades ilegales como el tráfico de drogas.
“Aunque no sean parte formal de la estructura criminal, están siendo explotados y explotadas en actividades ilegales que ponen en riesgo su vida”, señaló la Defensoría.
Prevenir la vinculación de niños y niñas en el conflicto armado
Desde organizaciones como World Vision y diversas entidades estatales se han logrado identificar casos en los territorios más afectados por el conflicto armado.
A partir de ahí, se realizan procesos de formación y acompañamiento para activar las rutas propias para cada caso. Asimismo, se han establecido campañas para fortalecer a las comunidades y que puedan hacer las denuncias pertinentes en un marco de seguridad.
Sin embargo, el panorama no es alentador tanto en términos de cifras como de procesos de prevención. Según Miguel Suárez, director de Construcción de Paz de la FIP, todavía hay vacíos importantes y grandes preocupaciones frente a los esfuerzos desde el Gobierno.
“El panorama es bastante preocupante porque pareciera que con la firma del Acuerdo, que por supuesto significó una oportunidad, muchos de los procesos institucionales fueron disminuyendo tanto en el gobierno de Iván Duque como en el gobierno de Gustavo Petro, que es donde hemos visto que en solo dos años el reclutamiento aumentó”, señaló Suárez.
Frente a ese contexto, Suárez menciona tres puntos importantes que son necesarios para abordar desde la prevención el reclutamiento infantil. Por un lado está la puesta en marcha desde el Gobierno Nacional de políticas de prevención, al mismo tiempo que desde el legislativo también se pueden promover iniciativas que velen por el fortalecimiento del plan.
Asimismo, existe la necesidad de insistir en el fortalecimiento de las instituciones para la recolección y unificación de los datos, junto con la dotación de herramientas precisas.
“La Defensoría trabaja en este tema, pero hay que conectarlo con el ICBF que además es quien atiende, guía todo el proceso y restablece los derechos de los niños que desvinculan de los grupos. Hay que fortalecer el sistema de datos para saber el tamaño del fenómeno, los métodos de reclutamiento y las consecuencias del mismo”, agregó Suárez.
Un tercer punto que podría impulsar los procesos de prevención de reclutamiento infantil tiene que ver con impulsar el tema en la agenda para comprender mejor el fenómeno.
“Hay que ser más insistentes en entender cuál es el conflicto en el que estamos actualmente. Ya no estamos hablando de grupos que están velando por el poder, sino con unos grupos con una naturaleza distinta que son los que están reclutando”, dijo.
En este contexto, la tarea del Estado es en términos generales el fortalecimiento de las herramientas, el uso de los datos, así como la armonización entre las entidades que abordan el tema.
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