
Durante los próximos cinco años, Bogotá está condenada a ser la urbe de las obras, las polisombras y todo el desorden vial que conllevan estos trabajos. El 2024 cerró con 1.164 frentes, la cifra más alta en la historia, y un récord difícil de maniobrar, teniendo en cuenta el limitado manojo de soluciones de transporte público, las demoras de los proyectos y fenómenos galopantes como el incremento en la siniestralidad vial.
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Por Miguel Ángel Vivas Tróchez
