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Por años, la imagen del corredor se ha transformado. De los shorts sueltos y camisetas de algodón de los años ochenta, hemos pasado a una generación de runners que prefiere la ropa ajustada, técnica, y sobre todo, funcional. Dentro de esta evolución, el uso de prendas de licra ha tomado protagonismo. No es solo una cuestión de estética o moda: detrás de la elección hay una combinación de factores biomecánicos, fisiológicos y psicológicos que inciden en el rendimiento del deportista.
Para entender mejor esta tendencia, El Espectador consultó al fisioterapeuta deportivo y entrenador de alto rendimiento, David Calderón, quien lleva más de 15 años asesorando a atletas de fondo y medio fondo. “La licra no es solo una prenda ajustada que ayuda a mantener todo en su sitio, como muchas veces se piensa. Es una herramienta técnica que puede ofrecer ventajas reales durante la práctica del running, especialmente cuando hablamos de entrenamientos prolongados o competencias”, señala Calderón.
Antes de analizar sus beneficios en el running, conviene aclarar qué es la “licra”. Se trata de una fibra sintética también conocida como elastano o spandex. Es famosa por su elasticidad, su capacidad para adaptarse al cuerpo y su resistencia al desgaste. Comúnmente, las prendas de running de licra no están compuestas por elastano puro, sino por mezclas con poliéster o nylon que mejoran la transpiración y la durabilidad.
Según Calderón, “lo que hace a la licra especialmente atractiva para el running es su compresión. Al mantener la musculatura en su lugar, reduce la oscilación muscular innecesaria que, aunque imperceptible a simple vista, puede causar fatiga acumulada”.
Beneficios fisiológicos
Los beneficios físicos más destacados del uso de licra en el running pueden dividirse en varios frentes, de acuerdo con Calderón:
1. Reducción de la vibración muscular: cada vez que el pie impacta con el suelo, las fibras musculares, especialmente en los muslos y pantorrillas, vibran. Esta vibración, aunque parezca inofensiva, representa un esfuerzo adicional para los músculos. “Con prendas de compresión como las mallas de licra, se reduce esa vibración, lo que a la larga disminuye la fatiga. No es que vayas a correr más rápido por ponerte licra, pero sí vas a tener un desgaste menor durante el mismo esfuerzo”, explica el experto.
2. Mejora de la circulación sanguínea: una de las propiedades más interesantes de las prendas de compresión es que ejercen una ligera presión constante sobre la piel, lo que puede favorecer el retorno venoso. “Esa presión ayuda a que la sangre regrese con más eficiencia desde las piernas hasta el corazón, lo cual mejora el suministro de oxígeno a los músculos y facilita la eliminación del ácido láctico”, afirma Calderón.
Este efecto también es valorado en la recuperación post-ejercicio. “Muchos corredores usan licra incluso después de correr, precisamente para acelerar la recuperación. El retorno venoso mejorado ayuda a reducir la inflamación y la sensación de pesadez”, añade.
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Prevención de lesiones y comodidad
Las lesiones por fricción y el famoso “rozamiento” entre muslos son uno de los mayores enemigos de los corredores de largas distancias. “La licra, al ajustarse perfectamente al cuerpo, reduce la fricción entre piel y piel. Eso no solo previene las irritaciones cutáneas, sino que también mejora la comodidad psicológica del corredor, lo cual no es un tema menor”, apunta Calderón.
Y es que la mente juega un papel fundamental. “Cuando corres durante una hora o más, cualquier incomodidad puede volverse una distracción. Tener la seguridad de que no vas a rozarte, que nada se va a mover fuera de lugar, te permite concentrarte en tu zancada, tu respiración, tu ritmo. Es una tranquilidad que no tienen quienes usan prendas más sueltas”, comenta.
La visión desde la industria textil colombiana
El auge de la licra en el running no solo ha generado impacto en el mundo deportivo, sino también en la industria textil, especialmente en Colombia, donde algunas empresas han comenzado a innovar en tejidos técnicos de alto rendimiento. Para entender este fenómeno desde la fabricación y diseño, El Espectador consultó a Natalia Rivas, ingeniera textil y directora de innovación de Textiles Andinos S.A.S., una empresa colombiana especializada en ropa deportiva de compresión.
“El deportista colombiano ha evolucionado muchísimo en su exigencia. Ya no basta con que una prenda se vea bien. Tiene que ser funcional, cómoda, transpirable y con beneficios fisiológicos reales. Por eso la licra ha tomado tanta fuerza: es versátil y permite mucha exploración tecnológica”, afirma Rivas.
Según Rivas, la licra actual no es la misma de hace diez años. “Hoy trabajamos con tejidos inteligentes, mezclas con fibras de poliéster reciclado y acabados con tecnologías antimicrobianas. La licra moderna es un laboratorio en sí misma”, comenta. En su empresa, han diseñado tejidos que incluso ayudan a regular la temperatura corporal. “Una de nuestras líneas más recientes, llamada ThermoFit, tiene microcápsulas que reaccionan al calor corporal, disipando la humedad mucho más rápido”.
Uno de los mayores desafíos es el balance entre compresión y confort. “Nosotros diseñamos prendas con diferentes zonas de compresión. En muslos y pantorrillas usamos más presión, pero en las áreas abdominales dejamos mayor libertad. Eso lo logramos combinando elastanos de distintas densidades en una sola prenda, algo que hace cinco años era impensable en Colombia”, explica.
En cuanto al impacto sobre el rendimiento, la ingeniera textil coincide con los expertos del deporte: “No fabricamos ropa que haga correr más rápido, pero sí que permita que el cuerpo trabaje mejor. Cada gramo menos de fatiga, cada centímetro de piel bien ventilada, suma. Nuestro trabajo es optimizar eso”.
También reconoce que existe una revolución cultural: “La gente ya no se siente incómoda al usar licra. De hecho, en Colombia el 40% de nuestras ventas de ropa de compresión van dirigidas a corredores amateur, no a élite. Es gente que entrena en parques, que participa en 10k, media maratón, y que quiere sentirse profesional”.
Para Rivas, la clave está en la democratización de la tecnología textil. “Antes había que importar todo desde Europa o Asia. Ahora, desde Medellín, estamos fabricando tejidos que están al nivel de las grandes marcas globales. Y eso lo notan los corredores en cada paso”.
¿Licra solo para climas fríos?
Una idea común es que las mallas de licra solo sirven para entrenar en clima frío. Esto no es del todo correcto. Calderón aclara: “Hoy día existen prendas de licra diseñadas específicamente para el calor. Son más ligeras, con telas que evaporan el sudor rápidamente, y que incluso protegen de los rayos UV. Usar licra no es incompatible con correr bajo el sol”.
Además, algunas marcas ofrecen versiones con ventilación estratégica, insertos de malla o tecnologías antibacterianas que evitan el mal olor. “La industria ha evolucionado muchísimo. Ya no estamos hablando solo de la típica malla negra de invierno. Hay una variedad enorme para todos los gustos y necesidades”, agrega.
¿Es para todos?
Aunque los beneficios están claros, no todos se sienten cómodos con la apariencia que proporciona la licra. En este aspecto, la percepción social todavía pesa. “Hay quienes aún se sienten expuestos al usar prendas ajustadas. Pero la tendencia está cambiando. Hoy es muy común ver runners de todo tipo, edad y complexión usando licra sin prejuicios. Lo importante es encontrar la prenda adecuada y sentirse bien con ella”, expresa Calderón.
Existen también alternativas intermedias como shorts con calzón interior de compresión o leggings con falda integrada, que permiten beneficiarse de la tecnología sin sentirse incómodos. “No se trata de obligar a nadie a vestirse de una forma. Pero sí de informar que, más allá de la apariencia, la licra tiene argumentos técnicos sólidos que justifican su uso en el running”, remata el experto.
Un aspecto menos tangible, pero igualmente importante, es el psicológico. Algunos corredores reportan sentirse más “atléticos” al usar licra, lo que impacta positivamente en su motivación. “Cuando te ves como un corredor, te comportas como tal. Es un fenómeno de identificación. La licra tiene ese efecto en muchas personas: al sentirte como un atleta, adoptas hábitos de atleta”, dice Calderón.
“Mi consejo siempre es probar. No te quedes con la idea de que no es para ti hasta que lo hayas intentado. Si notas que corres más cómodo, que te recuperas mejor o simplemente que te sientes con más confianza, entonces valió la pena”, concluye Calderón.
