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Del ghosting al growth: ¿cómo superar rechazos sin perder el amor propio?

Cuando alguien desaparece sin una palabra, no solo se lleva su presencia: deja una herida en la autoestima.

Diego Alejandro Suárez Guerrero
06 de junio de 2025 - 01:08 p. m.
En un mundo donde desaparecer se ha vuelto más fácil que enfrentar, tener el coraje de mirar el dolor de frente y elegirte a ti mismo una y otra vez es, quizás, el acto más radical de amor propio que puedes hacer
En un mundo donde desaparecer se ha vuelto más fácil que enfrentar, tener el coraje de mirar el dolor de frente y elegirte a ti mismo una y otra vez es, quizás, el acto más radical de amor propio que puedes hacer
Foto: Getty Images
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Las relaciones líquidas, de las apps de citas y las conversaciones que desaparecen sin dejar rastro, se ha convertido en un fenómeno cotidiano. Sin embargo, más allá del enojo o la frustración que puede causar, este acto de desaparecer sin explicación plantea un desafío emocional profundo: ¿cómo recuperar el amor propio cuando alguien decide ignorar su existencia sin una palabra?

La respuesta, aunque compleja, tiene un nombre que está cobrando fuerza: growth, el crecimiento personal que se alcanza a través del rechazo. Pasar del ghosting al growth implica resignificar la experiencia del abandono y convertirla en una oportunidad de aprendizaje y fortaleza emocional. Es un proceso doloroso, sí, pero no imposible.

“Recibir un rechazo siempre duele, pero el ghosting tiene una particularidad muy cruel: no solo te rechazan, sino que además te silencian sin permitirte entender lo que pasó. Ese silencio duele más que un ‘no quiero seguir’, porque deja abierta la puerta a la especulación, a la culpa y a la duda”, dice Daniel Vargas, psicólogo clínico y terapeuta emocional, quien lleva más de quince años trabajando con personas que enfrentan rupturas y rechazos afectivos.

El golpe invisible: ¿qué es el ghosting y por qué afecta tanto?

El ghosting se define como el acto de cortar toda comunicación con una persona sin dar ninguna explicación, especialmente en contextos románticos. Lo que comienza como una interacción prometedora puede convertirse en un silencio absoluto de un día para otro. Sin respuestas, sin motivos. Solo ausencia.

“Lo que ocurre psicológicamente cuando alguien nos ghostea es una activación de nuestras heridas primarias de abandono y desvalorización. No entendemos qué hicimos mal, y eso nos lleva, casi por inercia, a asumir que fuimos nosotros el problema”, señala Vargas.

Un estudio realizado en 2018 por la Universidad de Western Ontario y publicado en la revista Journal of Social and Personal Relationships, analizó las experiencias de 1.300 personas que fueron “ghosteadas”. El 65 % reportó una disminución significativa en su autoestima, y un 20 % indicó síntomas de ansiedad severa después del suceso. El ghosting no solo es molesto: es emocionalmente disruptivo.

“Cuando alguien desaparece sin decir nada, se rompe una expectativa básica de respeto. No es simplemente que alguien ya no quiera estar contigo; es que ni siquiera se digna a explicártelo. Y eso hace que muchas personas empiecen a dudar de su valor”, comenta Vargas.

Del dolor a la transformación: el camino hacia el growth

A pesar del impacto emocional, el rechazo —incluyendo el ghosting— puede convertirse en un catalizador para el crecimiento personal. Pero esto no ocurre mágicamente. Requiere conciencia, trabajo interno y, sobre todo, compasión con uno mismo.

“El primer paso para sanar es dejar de buscar respuestas en la otra persona y comenzar a escuchar lo que sentimos nosotros. ¿Qué emociones aparecieron? ¿Qué pensamientos sobre nosotros mismos se activaron? Ahí es donde comienza el trabajo real”, indica Vargas.

Según el terapeuta, hay cinco fases clave para pasar del ghosting al growth:

1. Reconocer el dolor sin juzgarlo: No hay emociones correctas o incorrectas. Si duele, es válido. Lo importante es permitirnos sentir sin castigarnos por ello.

2. Evitar la sobreinterpretación: El ghosting habla más de quien lo hace que de quien lo sufre. No todo rechazo significa que hay algo malo en ti. Muchas veces la otra persona simplemente no sabe manejar la incomodidad emocional.

3. Reforzar la red de apoyo: Hablar con amigos, acudir a terapia o incluso escribir lo que sentimos ayuda a sacar esa emoción estancada que suele acompañar al ghosting. El aislamiento solo alimenta la autocrítica.

4. Reformular la narrativa: No eres una persona rechazada, eres una persona que vivió una experiencia dolorosa. Cambiar ese marco cambia tu forma de verte.

5. Volver a elegirse: El crecimiento más profundo llega cuando decides tratarte con el amor que esperabas recibir. Ahí es cuando recuperas el poder.

Para muchas personas, el rechazo amoroso no solo es una pérdida de vínculo, sino una amenaza a su identidad. Esto se acentúa si se ha depositado demasiada validación externa en la aceptación de los demás.

“El ghosting duele más cuando tu autoestima depende de que te quieran. Por eso es esencial construir un amor propio independiente del afecto externo. No se trata de volverse frío o desconfiado, sino de recordar que tu valor no cambia porque alguien decida irse”, comenta Vargas.

Parte del growth implica aprender a ver el rechazo como un dato, no como un juicio. “No todos son para todos. A veces el otro tiene sus propios miedos, procesos o deseos distintos. Tu valía no se anula porque alguien no supo o no quiso continuar” señala el experto.

Esta perspectiva también está respaldada por investigaciones en psicología positiva. Un estudio liderado por Kristin Neff, profesora de la Universidad de Texas y pionera en el campo de la autocompasión, demostró que las personas con mayores niveles de autocompasión afrontan mejor los rechazos y tienen una recuperación emocional más rápida. La clave está en cómo nos hablamos a nosotros mismos después de una decepción.

“Cuando somos compasivos con nuestro dolor, dejamos de buscar culpables y empezamos a darnos lo que nos faltó. Eso es amor propio en acción” afirma Vargas.

¿Y si no fue ghosting? La importancia de no romantizar el abandono

Un aspecto importante en este camino de sanación es diferenciar entre un rechazo genuino y una idealización frustrada. En algunos casos, el vínculo ni siquiera era sólido o profundo, pero el dolor es igual de fuerte.

“Muchas veces no extrañas a la persona, extrañas la fantasía que creaste con ella. El ghosting interrumpe el sueño que habías comenzado a construir, y eso duele, aunque la relación haya sido breve o superficial”, explica Vargas.

Aceptar esta realidad es parte del crecimiento. “Una parte del growth es asumir la responsabilidad sobre nuestras proyecciones. Eso no significa culparte, sino reconocer que también idealizaste, que también esperaste más de lo que el otro estaba dispuesto a dar”.

El ghosting no es un simple acto de descortesía moderna; es un síntoma de una cultura que evita el conflicto y la incomodidad emocional. “Vivimos en una sociedad que idealiza la inmediatez, donde todo se puede descartar con un ‘unmatch’. Pero las emociones humanas no funcionan así”, asegura el especialista.

Este fenómeno también pone sobre la mesa la necesidad urgente de educación emocional. “No estamos enseñando a las personas a tener conversaciones difíciles. Romper con alguien, poner límites, decir ‘no quiero seguir’ son actos incómodos, pero profundamente humanos. Evitarlos solo nos desconecta más de nosotros mismos. Si puedes transformar el rechazo en una reafirmación de quién eres, entonces no solo sanas: creces”, concluye Vargas.

Diego Alejandro Suárez Guerrero

Por Diego Alejandro Suárez Guerrero

Comunicador social y periodista de la Universidad Externado de Colombia, con énfasis en comunicación creativa y medios emergentes.[email protected]

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German Cardona(06621)Hace 17 horas
Excelente,,,,,,
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