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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó dos órdenes ejecutivas para permitir la pesca industrial en una de las reservas marinas más importantes del mundo. Se trata del Monumento Nacional Marino de las Islas Remotas del Pacífico, donde se encuentran algunos de los arrecifes de coral mejor conservados.
La primera orden ejecutiva de Trump abre las puertas a la pesca comercial en esta reserva. La segunda establece un límite de entre 50 y 200 millas náuticas al interior de la reserva para esta actividad, desarrollada únicamente por barcos de bandera estadounidense.
“El área del monumento abarca aproximadamente 370.000 millas náuticas cuadradas (1.270.000 kilómetros cuadrados), casi el doble del tamaño del estado de Texas. Se extiende desde el atolón Wake, en el noroeste, hasta la isla Jarvis, en el sureste, y también abarca las islas Baker y Howland, los atolones Johnston y Palmyra, y el arrecife Kingman”, explica la UNESCO su página web.
En 2017, la istración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) y el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos, entidades encargadas de su protección, enviaron una postulación a la UNESCO para reconocerla como patrimonio inmaterial de la humanidad. De acuerdo con esa organización, allí se encuentran importantes ecosistemas de aguas profundas, así como arrecifes de coral prístinos.
“Los siete atolones e islas incluidos en el Monumento Nacional Marino de las Islas Remotas del Pacífico se encuentran más alejados de los centros de población humana que cualquier otra zona de Estados Unidos. Representan una de las últimas fronteras y refugios para la vida silvestre en el mundo y comprenden la mayor colección de áreas protegidas de arrecifes de coral, aves marinas y aves playeras del planeta”, subrayaron en la postulación.
La reserva fue declarada en 2009, durante la presidencia de George W. Bush, y fue ampliada en el 2014, durante el período presidencial de Barack Obama. Ahora, Trump busca que grandes buques pesqueros puedan entrar a estas aguas, que habían estado protegidas durante más de una década.
Los motivos detrás de la decisión de Trump, según informó la Casa Blanca en un comunicado, serían el impulso económico del país y reducir la dependencia de importaciones pesqueras. Además, el mandatario sostuvo que la protección de estas áreas “hizo poco para proteger las poblaciones de peces contra la sobrepesca”.
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