Transmisión de energía y sostenibilidad, ¿cómo se conectan?

Proyecto de Conexión Jaguar, Cimitarra, Santander.

Foto: ISA Conexiones

El cambio climático es uno de los temas más urgentes a nivel global y, en un contexto de transición energética, el sector de la energía es fundamental para mitigar sus impactos. Para lograrlo, es esencial transformar y descarbonizar las matrices energéticas de los países y regiones, promoviendo el uso de tecnologías innovadoras y eficientes, implementando métodos renovables de generación de energía y fomentando hábitos de consumo sostenibles.

Este proceso ha tenido un inicio significativo con la integración y desarrollo de infraestructuras inteligentes, el despliegue masivo de la generación distribuida, el almacenamiento a gran escala y la promoción de la eficiencia energética. Empresas como ISA juegan un papel crucial en este proceso, conectando estos centros de generación solar, eólica o de otras energías renovables no convencionales, con los centros de distribución, permitiendo que la energía llegue a las ciudades, empresas y s finales. Entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la energía asequible, segura, sostenible y no contaminante es uno de los pilares.

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Otros proyectos convierten a las redes de interconexión, tanto a nivel local como regional, en puntos clave para mejorar la eficiencia de los sistemas eléctricos. Desde almacenamiento mediante baterías, hasta válvulas inteligentes, líneas de conexión internacional y conexiones a nuevos proyectos de fuentes no convencionales, trabajan en los siete países donde están presentes para asegurar una transición energética limpia. Estos pasos aseguran llevar la energía donde se necesita, mitigando impactos.

Existen también otras formas de mitigar el cambio climático. Una de estas es la reducción de emisiones de CO2, con procesos de transformación profunda que logren empresas, sectores, ciudades e incluso países carbono neutro. El objetivo de descarbonizar las economías incluye, además de la adopción de energías renovables, todo tipo de estrategias para mitigar la influencia de los combustibles fósiles en la sociedad y, a su vez, proteger los ecosistemas que cumplen un papel más sensible y significativo en la absorción y retención de gases de efecto invernadero, por lo que conservarlos es una prioridad.

Operar negocios con una mirada de futuro

ISA y sus empresas lo tienen incorporado en su ADN: miden, evitan, reducen y compensan las emisiones de carbono de su operación, además de abanderar programas ambientales que buscan trascender esta gestión para tomar acción proactiva que maximice los beneficios generados al entorno. Para ello, en su estrategia al 2030, la compañía puso en el centro el concepto de “generar Valor Sostenible”, lo cual permite trascender la generación de valor netamente económico, para crear un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente, asegurando su vigencia corporativa y estableciendo metas para avanzar en una ruta donde todas sus operaciones en la región se conecten con este propósito.

En este sentido, en el manejo de impactos, ISA se caracteriza por tener bajas emisiones de gases de efecto invernadero y ha conseguido que sus operaciones en 11 empresas en Latinoamérica sean carbono neutro en sus negocios de transmisión de Energía, Vías y Telecomunicaciones. El objetivo a largo plazo es llegar a una operación carbono cero.

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Una de las metas de la estrategia de valor sostenible de ISA y sus empresas es contribuir a la reducción de 11 millones de toneladas de CO2 para el planeta. En esa línea, Conexión Jaguar es el programa voluntario de sostenibilidad de ISA y sus empresas que apoya iniciativas de restauración y protección de bosques que contribuyan a la conservación de la biodiversidad, la reducción de emisiones de CO2, el desarrollo de las comunidades rurales y la conectividad de los hábitats naturales del jaguar en Latinoamérica.

El jaguar, como depredador ápice de sus ecosistemas, requiere mucho más que un espacio protegido: los ecosistemas donde hay jaguares exigen unas condiciones de conservación y protección que permitan un amplio hábitat y una variedad de otras especies que le permitan subsistir. Esto hace parte del ODS 15, con la protección de la vida de los ecosistemas terrestres representada en el tope de su cadena alimentaria.

Este propósito también requiere de un trabajo con las comunidades locales en las áreas donde el programa se lleva a cabo. Al proteger a esta especie emblemática y combatir sus amenazas, se contribuye a que los bosques se mantengan vivos, las especies subsistan y el agua fluya. Para que esto ocurra, es determinante que la conservación en manos de las comunidades sea rentable y sostenible.

Para lograrlo, desde Conexión Jaguar, se desarrolló un modelo de gestión innovador, rentable y autosostenible, en el que se asigna la conservación a las comunidades y se les brinda apoyo técnico y económico para que las iniciativas forestales en Latinoamérica comercialicen créditos de carbono de alta calidad para financiar la conservación.

Actualmente, el programa tiene más de 828.000 hectáreas protegidas en Colombia, Brasil y Perú; y a través del uso de cámaras trampa en los territorios, implementadas para monitorear la presencia y densidad de fauna en un ecosistema, se han detectado más de 300 especies diferentes de animales, muchas de ellas vulnerables o amenazadas.

Este es un ejemplo de cómo actualmente las empresas pueden ir más allá del ámbito de los negocios para pasar a la construcción de conexiones positivas y promover programas como Conexión Jaguar, para asegurar una contribución relevante a que la humanidad siga siendo una especie viable y asegure su sostenimiento en la Tierra.

En el caso de ISA, la interconexión no solo es de líneas, fibra óptica y vías: interconecta vidas, ecosistemas y comunidades a través de corredores biológicos de especies tan representativas y estratégicas para la conservación como el jaguar.

Para ISA, no es suficiente lograr rentabilidad y una ambiciosa estrategia de expansión, se trata de comprometerse y contribuir proactivamente con causas mundiales como la mitigación del cambio climático, mejorando cada vida que toca en los territorios.

Así las cosas, la transición energética y las otras formas de proteger el planeta deben estar en el primer orden de la agenda de cualquier empresa del sector que quiera permanecer en el tiempo y generar el verdadero cambio que necesita el mundo. Trascender la operación para generar acciones contundentes por el medio ambiente y la sociedad se vuelve cada vez más un asunto necesario y de alto valor para todos.