El futuro siembra datos, agricultura digital y transformación rural en Colombia

Esta plataforma se convirtió en una herramienta accesible de gestión y registro de los servicios de extensión agropecuaria, la cual permite la autogestión en el registro del Servicio Público de Extensión Agropecuaria (SPEA) y la gestión de información.

Foto: DRET II

Ya no es extraño encontrar tecnología volando entre cultivos, sensores enterrados en la tierra o datos transmitiéndose desde un celular rural a una nube global. Colombia, un país de profundas raíces campesinas, avanza hacia una revolución silenciosa, “la Agricultura Digital”.

No se trata solo de modernizar el campo, sino de transformarlo profundamente, con el conocimiento como semilla y la tecnología como herramienta para un desarrollo rural más justo, sostenible y competitivo.

Bajo la sombrilla de la Política de Agricultura Campesina, Familiar, Étnica y Comunitaria (ACFEC), impulsada por el Ministerio de Agricultura, Colombia ha venido sentando las bases para un nuevo paradigma, uno en el que la información, el a datos y la innovación tecnológica son bienes públicos que deben estar al servicio de quienes cultivan la tierra.

En este contexto, existen plataformas globales al servicio de las comunidades rurales, que son mucho más que soluciones digitales, son puentes hacia una nueva ruralidad.

Tan solo como un ejemplo se encuentra la plataforma global “Agroinformática” de la FAO, la cual es utilizada en más de 40 países para monitorear más de 30 millones de hectáreas conectando tecnologías como imágenes satelitales, teledetección y sistemas de información geográfica (SIG) con las necesidades reales del sector agropecuario, siendo su objetivo primordial transformar datos en decisiones. Gracias a instrumentos como este, es posible mapear cultivos, monitorear su salud, anticipar sequías, y evaluar la productividad en tiempo real, permitiendo dirigir las políticas públicas con una alta precisión, optimizando recursos y tiempo.

Frente a esto, en Colombia se ha ido avanzando lentamente, donde el camino hacia una agricultura verdaderamente digital aún enfrenta desafíos. la conectividad rural sigue siendo limitada en muchas regiones del país y según el DANE, más del 60 % de los hogares rurales no cuenta con estable a internet, lo que limita el potencial de estas plataformas. También se suma la necesidad de formar a más de 30.000 extensionistas en competencias digitales, para que el acompañamiento técnico sea efectivo y transformador. La alfabetización digital de pequeños productores, mujeres rurales y pueblos étnicos es una tarea pendiente. Y es vital garantizar que estas tecnologías no reproduzcan desigualdades, sino que las corrijan.

Cada día más los países están desarrollando herramientas propias para monitorear sus territorios, fortalecer sistemas de alerta temprana y mejorar la planificación del uso del suelo. Y sin ir muy lejos, en Colombia y en el corazón de este proceso, se encuentra la plataforma digital “El Campo Innova”.

Esta plataforma fue dispuesta por el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, y que con el apoyo de la Unión Europea (UE), la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo (AICS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), a través del Programa de Desarrollo Rural con Enfoque Territorial (DRET II), se convirtió en una herramienta accesible de gestión y registro de los servicios de extensión agropecuaria, la cual permite la autogestión en el registro del Servicio Público de Extensión Agropecuaria (SPEA) y la gestión de información.

La ventaja es que puede usarse con o sin conexión a internet, el diligenciamiento lo pueden hacer las Umatas, Alcaldías y hacer autoregistro a través de computadores o de dispositivos móviles.

“El Campo Innova” surge según lo establecido en la Ley 1876 de 2017 y lo propuesto en el Sistema Nacional de Innovación Agropecuaria (SNIA), con el cual se busca promover la articulación entre investigación, formación, transferencia de tecnología y asistencia técnica, elementos clave para elevar la productividad y sostenibilidad del agro. Así, la plataforma “El Campo Innova” se convierte en una gran herramienta digital que permite acercar más a las instituciones y a los Extensionistas Rurales del país.

Esto es vital si se considera que, según datos del Ministerio de Agricultura, más del 70 % de los pequeños productores no había recibido servicios de extensión técnica regular antes de 2017. La meta con plataformas como “El Campo Innova” es tratar de cubrir ese déficit estructural y garantizar asesoría de calidad para todos los actores del campo.

Carlos Fernando Martínez Chacón, coordinador de Políticas de Desarrollo Rural de la FAO en Colombia, lo resume así, “con el programa DRET II se dió el apoyo al Ministerio de Agricultura en la construcción de esta plataforma digital, que hoy permite fortalecer la productividad, sostenibilidad y competitividad del sector agrícola en las regiones. No es solo una herramienta técnica, es un instrumento de equidad territorial”.

Con el apoyo de estas herramientas digitales, la extensión agropecuaria en Colombia se consolida como ese puente entre el conocimiento técnico y el saber ancestral campesino y entra en una nueva etapa de renovación. Hoy, las visitas de los extensionistas no solo llevan recomendaciones, sino también aplicaciones móviles, imágenes satelitales y sensores que miden la humedad del suelo. La capacitación se vuelve interactiva, y las soluciones, adaptadas a cada territorio.

Estas nuevas capacidades digitales permiten que los agricultores, incluso aquellos en zonas alejadas, accedan a asesorías especializadas, alertas climáticas, y planes de fertilización más sostenibles. La tecnología se convierte en una aliada del trabajo comunitario, el fortalecimiento de los territorios y la gestión agroambiental.

El compromiso de la Unión Europea con la transformación rural en Colombia ha sido clave para el impulso de la agricultura digital. A través de su cooperación técnica y financiera con programas como el DRET II, ha promovido la implementación y adopción de tecnologías que mejoran la eficiencia productiva, reducen el impacto ambiental y fortalecen la gobernanza territorial, buscando garantizar que las soluciones tecnológicas estén al alcance de los pequeños productores, especialmente mujeres y comunidades étnicas, para cerrar brechas históricas y avanzar hacia un desarrollo inclusivo.

Ahora la meta es tratar de lograr que la digitalización del agro llegue a beneficiar a todos, que sirva no solo para aumentar rendimientos, sino para proteger el territorio, revitalizar la economía campesina y construir paz en el campo. En este sentido, Colombia avanza hacia una agricultura donde el conocimiento aporta a un modelo en el que las comunidades campesinas, familiares, étnicas y comunitarias sean protagonistas de la innovación, donde las tecnologías sean un apoyo a los productores rurales y en tiempos de crisis climática, desigualdad y transformación productiva, la agricultura digital se convierta en una herramienta tecnológica que beneficie al Desarrollo Rural del país.

*Este artículo es publicado en alianza con el Programa DRET II, que cuenta con el apoyo la Unión Europea (UE), la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo (AICS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Este es implementado por el Ministerio de Agricultura.